Observador político - Uriostegui, Yáñez y Garrigós, los aspirantes del FAM
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
En los pasillos de la clase política, se teje una narrativa que posiciona a Xóchitl Gálvez como la figura que podría encabezar el Frente Amplio por México (FAM) en la contienda presidencial, a pesar de la resistencia de la priista Beatriz Paredes a declinar en su favor.
JOSÉ LUIS URIÓSTEGUI SALGADO. - Mientras el foco está en la contienda presidencial, en el estado de Morelos la maquinaria electoral se pone en marcha para seleccionar al candidato que encabezará el Frente Amplio por Morelos (FAM) en la gubernatura. Los partidos de oposición: PAN, PRI y PRD, tienen prácticamente ya sus propuestas en mano.
En este marco, emerge José Luis Urióstegui Salgado, actual presidente municipal de Cuernavaca, como el candidato natural del PAN; su cautela en las declaraciones y respeto a las decisiones electorales es una muestra de su estrategia para evitar confrontaciones que puedan afectar su posición. Su respaldo se nutre de la dirigencia nacional y estatal, además del control político ejercido por los hermanos Terrazas, una influencia que ha permeado de manera negativa, incluso en la administración municipal.
Urióstegui también cuenta con el apoyo explícito del ex gobernador Graco Ramírez Garrido Abreu; la decisión del ex mandatario de respaldar al actual edil de Cuernavaca refleja la percepción de que el edil es la carta más competitiva en contra de cualquier candidato de Morena, sobre todo por su experiencia y trayectoria para contrarrestar el avance del partido que fundó Andrés Manuel.
No obstante, no podemos ignorar que la política es un terreno movedizo y voluble, por lo que la batalla por la candidatura no se limita a popularidad o respaldos políticos, derivado de que La verdadera prueba reside en la capacidad de los candidatos para articular propuestas sólidas y responder a las necesidades de la ciudadanía.
ÁNGEL GARCÍA YÁÑEZ. - En el escenario político actual, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) parece estar en una encrucijada, donde las aspiraciones de diversos personajes se mezclan con una serie de cuestionamientos que desafían su integridad y sus compromisos históricos. Entre los nombres que han levantado la mano se encuentran Eleasib Polanco Saldívar, diputado local, y Laura Ocampo, la secretaria general del Comité Directivo Estatal. Empero, estas aspiraciones políticas parecen más como bromas internas que verdaderos intentos de transformación.
El protagonista indiscutible en este tablero es Ángel García Yáñez, senador y veterano de múltiples cargos, incluyendo la presidencia municipal de Zacualpan de Amilpas y una diputación local, el mismo que asegura que tiene las preferencias dentro del tricolor. Su respaldo incondicional por parte del partido Nueva Alianza, a pesar de su reciente pérdida de registro a nivel nacional, añade un matiz interesante a su aspiración; pese a todo, no podemos obviar el peso de las denuncias penales que recaen sobre él, sumando más de una docena. Estos cuestionamientos plantean una pregunta crucial: ¿puede un líder envuelto en acusaciones ser el verdadero representante de las demandas ciudadanas?
A pesar de las turbulencias que rodean a García Yáñez, se observa un esfuerzo constante por presentarse como el abanderado del cambio en el PRI, buscando representar una amalgama de opositores, que incluyen al PRI, PAN y PRD.
MANUEL MARTÍNEZ GARRIGÓS.- En el sombrío panorama del Partido de la Revolución Democrática (PRD), una figura controvertida emerge, aunque la influencia de este instituto político se encuentra en declive en el congreso del estado y los ayuntamientos; por lo que la irrupción de Manuel Martínez Garrigós, captura la atención en medio de este desvanecimiento es el ex presidente municipal de Cuernavaca, Manuel Martínez Garrigos quien con audacia pública, ha declarado su participación en el proceso interno del Frente Amplio por Morelos a través del PRD, un partido que apoyará su incursión en esta competencia interna.
La figura de Manuel Martínez adquiere una tonalidad intrigante al mostrar respaldo a la senadora Xóchitl Gálvez, luego de que en un mismo evento realizado en Acapantzingo, compartió tribuna con Gálvez, también estuvo presente el ex gobernador Graco Ramírez de quien se deslindó no solo del tabasqueño, sino también, lo que resalta la interacción entre viejas y nuevas corrientes dentro del partido.
Esta metamorfosis política de Martínez no es un caso aislado, se encuentra respaldado por un grupo de perredistas que lo impulsan en su ambición por la candidatura al gobierno de Morelos¸ a pesar de la presencia de estos actores, el abanico de aspirantes y suspirantes es amplio, todos buscando aprovechar el tirón político y la influencia social que Xóchitl Gálvez ha logrado reunir a su alrededor.
La realidad es que este movimiento podría ser interpretado como un vuelo oportunista, donde diversos actores buscan encontrar su lugar en la vorágine política local. Xóchitl Gálvez, con su presencia marcada, se convierte en una especie de estandarte bajo el cual muchos intentarán ubicarse para luego saltar a otras candidaturas dentro de Morelos, un comportamiento que se ha vuelto moneda corriente en la esfera política local.
OPOSICIÓN FRAGMENTADA. - En un contexto político marcado por las tensiones entre el partido en el gobierno y la oposición, el actual ejercicio a nivel nacional adquiere una relevancia crucial para los aspirantes que buscan contrarrestar el continuo crecimiento de la fuerza gobernante. Los dirigentes de oposición, encabezados por los partidos PRI, PAN y PRD, se encuentran ante una oportunidad de oro para consolidar un frente unido que pueda frenar el avance que presume el partido en el poder, afirmado por sus líderes como una preferencia electoral que roza el 50%, según destacadas encuestadoras.
No obstante, resulta evidente que la labor de los dirigentes opositores en la región morelense ha dejado mucho que desear. En lugar de canalizar esfuerzos en proyectos tangibles que beneficien a la ciudadanía, su enfoque se ha limitado a pactos y reuniones en los círculos políticos internos. Esta desconexión con las necesidades de la población ha suscitado un justificado descontento en diversos sectores, quienes perciben que la oposición no ha estado a la altura de sus expectativas.
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