Observador político - Los presidentes municipales
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
La situación en el país, el estado y los municipios no es nada halagadora, sobre todo en materia de seguridad derivado de que las corporaciones policíacas han sido rebasadas desde hace mucho tiempo, pero además, las deudas millonarias, la incapacidad de recaudar fondos y la falta de apoyo real y efectivo del estado y la federación hoy hacen que el desempleo, el comercio informal, y los servicios pésimos en la distribución del agua potable, la recolección de la basura, bacheo de calles, alumbrado público, entre otros, tienen a los municipios como focos rojos.
CRISIS EN LOS AYUNTAMIENTOS.- El papel que hoy en día desempeñan los presidentes municipales son de alto riesgo. Primero, porque la mayoría de los 33 –los indígenas aún no están en funciones por falta de recursos- están sumidos en las deudas que las anteriores administraciones han heredado sin posibilidades de cómo resolver un asunto que se requiere para dar solución dinero, el cual no se tiene por los compromisos que se han hecho sobre todo, por el aumento en la plantilla laboral en razón de que al menos el 90 por ciento del presupuesto se va para el pago de salarios y prestaciones como aguinaldos.
Aunado a ello, los ediles sin excepción, sobre todo los de la región oriente y sur están literalmente a merced del hampa porque no cuentan con los recursos para poder combatirlos y porque ahora, quien tiene el control del combate y prevención de la seguridad es el Estado a través de la Comisión Estatal de Seguridad Pública, la cual no ha podido dar respuesta a las bandas delictivas, olvidémonos de erradicarla porque en los últimos meses, Morelos se ha convertido en un estado violento a su máxima capacidad y lo peor, es que no se ve para cuándo ni cómo se podrá resolver este gravísimo problema que tiene a la sociedad con miedo e incertidumbre incluso, de salir a las calles por las noches y en muchos de los casos en el día.
Pero además, de la gravísima situación de inseguridad que se vive en la entidad, los municipios están pasando por una situación extremadamente complicada porque no cuentan con los recursos y el retraso en cuanto a su desarrollo se ha literalmente detenido. Insisto, el caso de los laudos y las deudas heredadas se han convertido en un dolor de cabeza para los ediles de todos los partidos políticos sin excepción, lo que ha provocado una crisis severa por lo que no habrá obras de ningún tipo en perjuicio de la sociedad morelense.
RIESGO.- El trienio pasado, en los 33 municipios de la entidad al menos el 50 por ciento de los alcaldes se vieron inmiscuidos en temas delicados como la vinculación con células delictivas, y sobre todo, aquellos que se manifestaron en contra de la administración del ex gobernador Graco Ramírez Garrido Abreu, quien dedicó gran parte de su tiempo y del dinero público para acusarlos y señalarlos hasta de formar parte de una lista de pagos que supuestamente les realizaban los grandes capos de la zona sur poniente.
Esta situación, incluso, puso en evidencia que a finales del año pasado que los alcaldes a días de concluir su periodo les dejaron deudas por alrededor de mil 500 millones de pesos a los actuales munícipes, en gran medida por préstamos solicitados a la banca pública y privada tanto con Banobras, Interacciones, Banorte, Banco del Bajío, BBVA, Bancomer y Bansi, pero sobre todo, uno de los grandes problemas fue a consecuencia de los gobiernos anteriores que les heredaron alrededor de 5 mil demandas laborales y que actualmente se han desbordado por el número de despidos de personal que se siguen haciendo de manera grosera sin hacer la respectiva liquidación, tal solo para poder integrar a sus allegados, familiares y amigos y cumplir los compromisos de campaña de quienes hoy gobiernan en los 36 municipios de Morelos. Y es que hasta diciembre del año pasado, se tenía una deuda de 943 millones de pesos a los bancos y alrededor de 600 millones por laudos.
Los municipios más endeudados de Morelos son: Cuernavaca, Puente de Ixtla, Jiutepec, Cuautla Amacuzac, Atlatlahucan, Axochiapan, Ayala, Coatlán del Río, Jantetelco, Jonacatepec, Ocuituco, Temoac, Tepalcingo, Tetecala, Tlaltizapán, Tlaquiltenango, Tlayacapan, Totolapan, Yautepec y Zacatepec. Pero en general, son los 36 que están asfixiándose por la crisis económica y por ello, han buscado la forma de cómo obtener recursos extraordinarios tanto de la federación como del estado. Lo malo, es que ni Andrés Manuel López Obrador ni Cuauhtémoc Blanco Bravo les entregará algún peso, el primero porque mantiene una posición de austeridad y el segundo, porque el Estado está sin dinero.
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