Observador político - La peor legislatura de Morelos, la LV

En opinión de Gerardo Suárez Dorantes

Observador político - La peor legislatura de Morelos, la LV

La Legislatura LV del estado de Morelos se encuentra bajo el escrutinio público, siendo etiquetada como la peor en la memoria colectiva de la entidad; esta calificación no es fruto de una percepción arbitraria, sino el resultado de una serie de acciones que han evidenciado la priorización de intereses económicos y políticos por encima de las necesidades reales de la ciudadanía.

EXCESOS Y ABUSOS.- En los últimos dos años y medio, hemos sido testigos de los excesos y abusos a la ley perpetrados por aquellos que deberían representar los intereses del pueblo, por ello, cámaras empresariales, organizaciones ciudadanas y la Barra de Abogados han levantado su voz de alarma, denunciando la gestión deficiente y las decisiones cuestionables de esta legislatura.

Una de las principales críticas se centra en la manipulación de la ley para favorecer a determinados grupos económicos y políticos; hoy, vuelve a ser tema la designación de magistrados porque se aprestan a designar a otros personajes más que solo están contribuyendo a que la impartición de la justicia siga siendo la peor en el país por estar en los últimos lugares, de acuerdos a organismos internacionales porque eligen a personas sin la experiencia, capacidad y solo para favorecer a sus cuates y pagar sus cuotas partidistas sin importar que hayan incurrido en nepotismo y tráfico de influencias, generando un sistema judicial carente de legitimidad y respeto por parte de la sociedad para al mismo tiempo, para beneficiarse de más recursos económicos como lo denunció el Foro Morelense de Abogados.

Hay que señalar que todos, incluido el presidente de la Mesa Directiva del Congreso, Francisco Sánchez Zavala, han intentado minimizar las críticas argumentando que la participación de los diputados en campañas políticas no afecta el funcionamiento legislativo, sin embargo, esta postura ignora el reclamo legítimo de una ciudadanía cansada de ver cómo sus representantes abandonan sus responsabilidades en busca de intereses personales.

Basta con recordar que el Consejo Coordinador Empresarial ha sido contundente al calificar a esta legislatura como la peor en la historia de Morelos; la falta de compromiso con la sociedad y la prevalencia de intereses particulares han generado un clima de desconfianza y descontento que se reflejará en las urnas durante las próximas elecciones.

INTERESES OSCUROS.- Este negro capítulo en la historia legislativa de Morelos no debe ser pasado por alto ni olvidado, por ello, es un recordatorio contundente de los peligros que acechan cuando los intereses particulares se anteponen al bien común. Por tanto, la LV Legislatura ha dejado una herida abierta en la democracia del estado, erosionando la confianza en las instituciones y socavando los cimientos de la justicia y la equidad.

La falta de escrúpulos de algunos legisladores ha desencadenado una crisis de legitimidad que amenaza con socavar el tejido social de Morelos; por lo que la ciudadanía merece representantes que actúen con integridad, ética y responsabilidad, no con la voracidad de aquellos que buscan enriquecerse a costa del sufrimiento y la indignación de sus conciudadanos.

Es imperativo que se tomen medidas concretas para restaurar la confianza en el sistema político y judicial del estado; esto incluye la implementación de mecanismos efectivos de rendición de cuentas, la promoción de la transparencia en todas las esferas del gobierno y la eliminación de prácticas corruptas que socavan la democracia.

De ahí que la sociedad civil tiene un papel fundamental en este proceso de cambio y transformación; siendo necesario que continúen ejerciendo presión sobre las autoridades y exigiendo justicia y equidad en todas las áreas de la vida pública. Solo a través de la participación activa y el compromiso ciudadano podemos construir un futuro más justo y próspero para todos los habitantes de Morelos.

"ESAF: UN ELEFANTE BLANCO.- Durante décadas, la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización (ESAF) ha sido un monumento a la ineficacia y la impunidad en nuestro país; a pesar de su supuesta función de fiscalizar y sancionar los actos de corrupción, esta institución ha demostrado ser poco más que un elefante blanco, consumiendo recursos millonarios sin ofrecer resultados tangibles ni sanciones significativas, especialmente cuando se trata de los poderes Ejecutivo, Judicial y Legislativo, quienes paradójicamente son aquellos sobre los que debería tener mayor control.

Es alarmante observar cómo la ESAF derrocha cantidades exorbitantes de dinero en salarios, infraestructura y gastos de renta, como el escandaloso caso de los 50 millones de pesos que destina anualmente en arrendamiento; mientras tanto, la población sufre las consecuencias de la corrupción desenfrenada, con casos flagrantes como el del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca, donde actos corruptos quedan impunes bajo la inoperancia de esta entidad, a pesar de contar con representantes dentro de dichos organismos.

Resulta aún más desalentador descubrir que José Blas Cuevas Díaz, titular de la ESAF, ha gastado más de cinco millones de pesos en remodelaciones superfluas, mientras se jacta de continuar despilfarrando el dinero público en una renta desorbitada, todo ello en medio de una crisis económica que afecta principalmente a las familias más vulnerables.

Es hora de enfrentar la realidad: la ESAF no cumple con su deber de combatir la corrupción, sino que más bien contribuye a perpetuarla al mantener un sistema de impunidad y opacidad. En lugar de seguir alimentando a este elefante blanco con recursos públicos, es urgente replantear su función y estructura, asegurando que verdaderamente sirva al interés público y no a los intereses de unos pocos. La población merece una entidad de fiscalización eficiente y comprometida con la transparencia y la justicia, no un símbolo de derroche y complicidad con la corrup

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