Observador político - La legislatura que viene…
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
En un giro político que promete transformar profundamente la dinámica legislativa en Morelos, la reciente mayoría obtenida por Morena y sus aliados en el Congreso de la Unión y el Congreso local ha marcado un punto de inflexión. Con esta nueva conformación, se anticipa una alteración radical en la configuración de la Cámara de Diputados local, donde la oposición se ve reducida a una mínima expresión.
VA MORENA POR POSICIONES DE PODER.- La coalición encabezada por Morena, el Partido del Trabajo, el Verde Ecologista y Nueva Alianza ha asegurado un control absoluto sobre los órganos de decisión y económicos del legislativo, dejando prácticamente sin margen de maniobra a fuerzas como el PAN, PRI y MC, quienes ahora enfrentan una realidad de minoría sin precedentes. Este cambio, aunque democráticamente respaldado por las urnas, plantea serias preocupaciones sobre la concentración excesiva de poder y la falta de contrapesos efectivos en el proceso legislativo.
No obstante, la transición no está exenta de sombras. La administración saliente, caracterizada por acusaciones de corrupción y opacidad, ha dejado un legado de desconfianza y descontento entre los ciudadanos. La supuesta venta de plazas en el Poder Judicial, bajo la mirada indiferente de la LV Legislatura, ha sumido a la institución en una crisis de credibilidad y parálisis, mientras los intereses políticos y económicos parecen haber primado sobre el bienestar público.
Es crucial que los nuevos actores políticos en Morelos, conscientes del mandato otorgado por los votantes, actúen con transparencia y responsabilidad. La designación de magistrados y la elección de los órganos de control interno no deben convertirse en instrumentos de poder para favorecer intereses particulares en detrimento del Estado de Derecho y la imparcialidad judicial.
La sociedad morelense, cansada de los juegos políticos y la falta de rendición de cuentas, espera que esta nueva legislatura marque un verdadero cambio hacia la integridad y la justicia. Solo con una vigilancia ciudadana activa y un compromiso firme con la transparencia podremos evitar que la sombra de la corrupción continúe ensombreciendo el futuro de nuestro estado.
OPACIDAD Y DESPILFARRO DE LA LEGISLATURA LV.- En Morelos, la reciente composición del Congreso local refleja no solo un cambio político, sino también un sombrío legado de opacidad y gasto descontrolado que debería preocupar a todos los ciudadanos; Durante los últimos tres años, los diputados manejaron un presupuesto astronómico de 580 millones de pesos, con una falta alarmante de transparencia y rendición de cuentas.
El problema no es solo la cantidad de dinero involucrada, sino cómo se distribuyeron estos recursos sin un escrutinio adecuado por parte de la sociedad; la legislatura saliente, caracterizada por alianzas inusitadas entre partidos y acuerdos a puerta cerrada, deja un amargo sabor de boca en cuanto a la integridad democrática y la gestión fiscal responsable.
Recordemos que la reducción nominal de diputados de 30 a 20, supuestamente para ahorrar dinero, no resultó en ahorro alguno; de los 400 millones de pesos asignados inicialmente, no se redujo ni un solo peso. Peor aún, la siguiente legislatura no solo mantuvo este presupuesto, sino que lo aumentó en 100 millones de pesos, alcanzando la cifra de 500 millones. Y ahora, en 2024, el presupuesto se ha inflado aún más, alcanzando los 580 millones de pesos, un aumento adicional de 80 millones.
Este despilfarro no solo es un insulto a los contribuyentes, sino un ejemplo claro de cómo los intereses políticos han primado sobre las necesidades reales de la población, mientras los servicios públicos languidecen y las necesidades sociales persisten, los recursos públicos son malgastados en maniobras partidistas y clientelares.
Es imperativo que la nueva legislatura asuma un compromiso genuino con la transparencia y la austeridad; los ciudadanos de Morelos merecen representantes que rindan cuentas y trabajen en beneficio de todos, no de unos pocos privilegiados. La revisión exhaustiva del uso de los recursos públicos debe ser una prioridad para restaurar la confianza en nuestras instituciones y asegurar un futuro más justo y equitativo para todos.
LA LVI Y LA SOMBRA DE LOS RETOS SOCIALES.- El reciente anuncio del diputado electo Rafael Reyes de coordinar el Grupo Parlamentario de MORENA en la próxima Legislatura de Morelos marca un momento de expectativas y desafíos para la política local; En su primer mensaje, Reyes enfatizó la necesidad de unidad más allá de las ideologías partidistas para enfrentar los grandes problemas de la entidad: la inseguridad, el acceso al agua potable, el cuidado del medio ambiente y la restauración de la paz y tranquilidad.
Es alentador ver un llamado a la acción sobre estos temas urgentes, empero, la retórica debe traducirse en acciones concretas y resultados palpables para la población morelense, que ha sufrido largos periodos de desatención y promesas incumplidas por parte de las administraciones pasadas.
Rafa Reyes también se comprometió a trabajar en transparencia y rendición de cuentas, una promesa vital dada la historia de opacidad y malversación de fondos que ha marcado a algunas legislaturas anteriores. Es esencial que cada peso del presupuesto destinado a obras y programas sociales sea administrado de manera eficiente y con total transparencia, para asegurar que realmente beneficie a quienes más lo necesitan.
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