NUEVOS SALARIOS Y VACACIONES
En opinión de Juan Salgado Brito
La aprobación de los nuevos salarios y vacaciones que entraron en vigor en enero de este año representan todo un reto para el sector empresarial pero también para los trabajadores y desde luego para el gobierno, las micro y pequeñas empresas han mostrado su preocupación ante los compromisos y deberes para pagar 207.44 pesos diarios como mínimo para los trabajadores y 12 días de vacaciones para quienes tienen un año en el empleo y de 22 a 28 días de descanso a quienes tienen 6, 10 y hasta 25 años en el trabajo y aunque estas nuevas disposiciones surgen del diálogo y los acuerdos en la Comisión Nacional de Salarios Mínimos y en el Congreso donde están representados los empresarios, los trabajadores y el gobierno no deja de ser un tema polémico y político porque más allá de lo jurídico su puesta en marcha y hacer que se cumpla requiere de un gran esfuerzo de conciliación entre los patrones y trabajadores para la conciliación y armonización de intereses donde las autoridades y los gobiernos tienen una gran responsabilidad para que las empresas sobre todo las pequeñas y medianas no se caigan y tengan que cerrar por la carga que les representan los nuevos salarios de 207.44 diarios y de 312 pesos en 43 municipios en Estados de la frontera norte, más los periodos vacacionales así como diversas cargas tributarias y prestaciones de los trabajadores, sería muy grave para la economía que los aprietos en que se vea buena parte del sector empresarial conduzca al desempleo y fomente la economía informal., en todo caso el gobierno debe extremar su voluntad política y capacidad de mediación entre las partes además de generar apoyos e incentivos como el programa Jóvenes Construyendo el Futuro para apoyar a los empresarios y frenar el desempleo.
Lo dispuesto por el artículo 123 Constitucional, la Ley Federal del Trabajo y todas las disposiciones legales que regulan la relación obrero - patronales no serán suficientes si no se complementan con nuevas estrategias y programas gubernamentales para fomentar las inversiones, nuevas fuentes de trabajo, apoyar y fortalecer a las empresas ya existentes e impulsar políticas de bienestar para los trabajadores que permitan mejorar la productividad, la calidad y la competitividad en el más amplio sentido.
En este propósito, las organizaciones sindicales, las cámaras y las asociaciones empresariales, así como el gobierno deberán revisar y reorientar en su caso las políticas de apoyo tanto al capital como al trabajo porque es claro que buena parte de la paz pública y la tranquilidad social es consecuencia de la seguridad que los trabajadores tienen para conservar su empleo y los patrones para mantener su empresa., de esto depende sin duda y para bien de todos el crecimiento económico así como el desarrollo y el bienestar social.