MI EXPERIENCIA EN EL AUTISMO

En opinión de Yanelli Rojas Pérez

MI EXPERIENCIA EN EL AUTISMO

Soy maestra de educación primaria y mi primer acercamiento con un niño con Trastorno del Espectro Autista (TEA) inicio en agosto del 2022, cuando recibí al grupo de primer grado de primaria durante la pandemia por COVID-19, situación que nos mantuvo a todos distanciados y trabajando desde casa.

Para conocer a mis nuevos alumnos, realicé videollamadas y ahí me encontré con mi alumno Sebastián, noté que algo en su comportamiento era diferente, por ejemplo, no tenía contacto visual conmigo y repetía las oraciones que yo le decía, sin embargo, con la orientación de su mamá contestaba las preguntas que le hacía, en cada evidencia videográfica que me envió, noté que su capacidad de aprendizaje era suficiente para su edad porque realizaba sus dictados y leía las palabras que escribía, pero algo faltaba.

Al realizar el diagnóstico de mi grupo, expresé que uno de mis alumnos necesitaba apoyo porque tenía dificultades para concentrarse en las actividades virtuales y entablar una conversación e interactuar con los otros además de su familia.

Sabía que nuestra comunicación no era completa, ya que al preguntar la respuesta era una repetición de mi pregunta, lo que me causó preocupación por atender esta necesidad, y sobre todo por la dificultad que tenía en las actividades virtuales; todo esto representó para mí un nuevo reto como docente ya que a pesar de mis años de experiencia, no me había enfrentado con una situación en la que uno de mis alumnos necesitara, además de mayor atención y trabajo personalizado, un cambio en mi práctica docente. 

Al buscar una respuesta a lo que estaba observando, nos notificaron de una reunión virtual, ahí conocí a la maestra de aprendizaje Paola Pérez que labora en el Centro de Recursos e Información para la Integración Educativa CRIE 4 en Tetecala, quien nos brindó su orientación para trabajar con los alumnos que requerían de una atención personalizada, levante la mano y así inicio para mí el descubrimiento de un nuevo mundo de color azul (el autismo).

Para el ciclo escolar 2021-2022, regresamos a clases presenciales y me notificaron que seguiría con este mismo grupo. Sebastián acudió al CRIE 4, donde se determinó que presentaba rasgos característicos de TEA. Con esta información y el apoyo del CRIE pude ir adaptando mis estrategias, los materiales y los tiempos de clase, etc., adecuándolos a su ritmo y necesidades para lograr que Sebastián se integrara al trabajo escolar.

El primer día de Sebastián fue complicado, porque recuerdo que quería tocar todo, se salía del aula, tenía poca relación con la comunidad estudiantil y con los docentes. Había que mostrarle su horario de actividades para que fuera comprendiendo la dinámica escolar, se pusieron pictogramas para el reglamento del salón y en todas las áreas comunes para que él pudiera adaptarse mejor.

En el aula se fue creando conciencia que Sebastián no era un niño enfermo, sino que tenía una forma diferente para aprender y que necesitaba de diferentes apoyos, el grupo siempre se ha mostrado solidario, empático y cariñoso con él.

Hoy Sebastián está a unos meses de terminar el tercer grado de primaria, con otra profesora y como comunidad educativa nos seguimos adaptando; él ahora permanece en su salón trabajando, jugando en el recreo con sus compañeros de clase y de otros grados, a su forma se comunica con los docentes y personal de apoyo, participa en todas las actividades escolares y lo hace de una forma excelente. Tiene sus momentos complicados, pero el conocimiento sobre este trastorno del espectro autista nos ha permitido abordar cada situación de una forma tolerante, respetuosa y empática.

Podría seguir escribiendo más anécdotas de Sebastián y ese grupo tan especial en el que se encuentra, serian varias cuartillas, e incluso no encontraría fin, sin embargo, hoy quiero decirles que Sebastián me ha mostrado un maravilloso mundo azul que desconocía y para el cual al principio me sentía preocupada pero muy motivada a prepararme más y ofrecerle a él y a sus compañeros nuevas formas de interactuar y aprender al ritmo de cada uno, así como a desarrollar  sus habilidades fomentando  la sana convivencia en la riqueza de la diversidad.