¡Me dueles México! - Rojo desafío
En opinión de Alicia Vázquez Luna
Lamentablemente tengo que insistir sobre el tema de seguridad, muchas veces intento pensar como ciudadano y profesionista en otros temas, me gustaría escribir sobre el amor, la libertad, la bondad. No puedo. Me distrae la política criminal y la grave inseguridad ese cáncer que todos los días se manifiesta pintando al país de rojo, un rojo que lástima, un rojo que nos deja mudos y con la mirada hacia el horizonte. El rojo de la desesperación, el rojo de la miseria humana, el rojo de las lágrimas de las víctimas, el rojo de la pobreza, el rojo de la injusticia.
El presidente de la República, parece que ha considerado no dar continuidad a la estrategia de Felipe Calderón, no porque los asesores la hayan analizado a profundidad, sino más bien por un conflicto político entre esos dos personajes. ¡Los dos se pueden ir al demonio con eso! En realidad a los mexicanos no nos interesa su odio, actualmente AMLO es el garante de nuestros derechos y pretende combatir el crimen con un tema que también es correcto el combate a la corrupción, ciertamente inicio con la persecución de los huachicoleros, que dudo haya terminado esta práctica. Se suma la idea de capturar a aquellos personajes que se enriquecieron ilícitamente o inexplicablemente, en general sobre la práctica de las operaciones con recursos de procedencia ilícita.
El reporte sobre el crimen de Organicen crime and violence in México, Special report 2020 del informe de la Universidad de San Diego, señala que la violencia en México a pesar de la pandemia se ha incrementado sobre el homicidio doloso, extorsión, secuestro, feminicidio, con la ruta a superar la estadística del 2019. Dicho reporte señala: “De hecho, mientras que los déficits socioeconómicos de México son un importante contribuyente subyacente al “desgobierno” de la ley, los recientes aumentos de violencia son resultado de las complejas interacciones entre las organizaciones criminales, y las opciones y estrategias que los gobiernos pasados y actuales han empleado para combatirlos.
Agrega que “Resulta preocupante la capacidad de organizaciones criminales para prosperar cuando depende fundamentalmente de la aquiescencia y protección e incluso la participación directa de funcionarios públicos corruptos, así como actores del sector privado, que comparten los beneficios de las actividades económicas ilícitas”, enfatiza el informe.
Lo que debemos destacar es que mientras se persigue solo a los de abajo, es decir, a los criminales visibles, nos quedan a deber sobre los que no se ven, los que están en la estructura del servicio público, los políticos que se han encargado de contribuir a estos escenarios por acción u omisión.
Precisamente por esta razón, el presidente López Obrador deberá en lo sucesivo destinar mayores recursos a la infraestructura y tecnologías para combatir el delito organizado y desorganizado, suprimir a los partidos, incluida Morena, las prerrogativas que a manos llenas se destinan para los “procesos democráticos”. Los mexicanos deberíamos estar levantando la voz para exigir a todos los Congresos que se suspenda el despilfarro que se hace de recursos para los partidos políticos. Destinar mayores recursos a la educación, salud y seguridad es una prioridad. Sin embargo, el Secretario de Haciendo nos hizo saber mediante los medios de comunicación que el 2021 será un año difícil y en los próximos años, observa peores comportamientos económicos. ¿Dónde quedó la austeridad? ¿Porqué para las elecciones hay dinero? Mientras para los ejes prioritarios de las políticas públicas de beneficio a los mexicanos, se restringe.
Durante la pandemia del Covid-19 nos dimos cuenta que la tecnología es una aliada para avanzar en estos tres ejes salud, educación y seguridad, lo es también para la economía. De no proveer recursos económicos al sistema de seguridad y justicia para que superen éste color rojo que tiene inundando al país entero, al presiente López Obrador se le atribuirán los fracasos como los que él mismo señala ahora de Felipe Calderón. No basta perseguir a los corruptos, al mismo tiempo se debe lograr mejorar las condiciones socioeconómicas de los mexicanos. No hay que adoctrinar a los pueblos, hay que provocar que piensen, que sean libres con responsabilidad.
La inseguridad que se padece en todo el territorio mexicano, parece no tener freno y mientras los políticos y funcionarios sigan en su pose de divas, lamentablemente no quiero ser dramática pero aplica la idea de “sálvese quien pueda”. La violencia no es fácil combatirla, menos si solo velamos por el interés individual, cómo ciudadanos tenemos una responsabilidad. ¡Despierta mexicano!
Morelos, lamentablemente no es la exclusión, parece que regresa a los viejos tiempos (por cierto nunca terminaron, pero en algún tiempo se controló parcialmente) en donde los escenarios sangrientos eran el pan de cada día. En el 2009 eran carnicerías más de tres cuerpos dejaban en vía pública dando muestra de maldad pura así llegamos al 2012, cuando nadie incluso quería la seguridad del Estado; muchos querían ser procuradores, nadie secretario de seguridad, durante el 2013 se redujo al menos el 17% de los homicidios disminuyendo parcialmente los descuartizados, para el 2014 pese a la presencia de la violencia se maquillaba la realidad y se distraía con ruedas de prensa a modo, concluye el 2018 y ahora nuevamente se informa de homicidios en masas, siguen los descuartizados con claro desafío a la autoridad. No es un tema que solo se resuelva con policías, tampoco si son buenos o malos los policías, porque es claro que se necesita urgentemente una estrategia que trascienda a todo el sistema de seguridad y justicia aunado al núcleo social y político.
“la vida es peligrosa, no por los criminales, sino por los que se sientan a ver qué es lo que pasa”. Albert Einstein.