LOS ABOGADOS Y LA JUSTICIA
En opinión de Juan Salgado Brito
Hoy 12 de julio se celebra en México el Día del Abogado que fue instituido a iniciativa del Diario de México que dirigía el Lic. Federico Bracamontes Gálvez, por el Presidente de la República Adolfo López Mateos en 1960 y que aun cuando la celebración se remonta a la época colonial cuando el Virrey de la Nueva España Luis de Velasco abrió la primera escuela de estudios profesionales y allí un 12 de julio de 1553 se impartió la primera enseñanza de derecho por fray Bartolomé Frías y Albornoz un gran catedrático de jurisprudencia en esa época, al transcurrir de los años esta celebración ha cobrado fuerza porque además de ir creciendo el número de abogados, jurisconsultos y estudiosos del derecho, también ha crecido la necesidad de la población para ser defendida, asesorada y guiada en sus temas legales por un abogado que de preferencia sea honesto y amigo; pero además de que la gente parece requerir cada vez con mayor frecuencia ser asistida por un licenciado en derecho, también es indiscutible que la ciudadanía clama y reclama mejorar la procuración e impartición de justicia ante un desbocado crecimiento de la incidencia delictiva y una insuficiente y deficiente capacidad de las autoridades responsables de vigilar y resguardar el cumplimiento de las leyes y garantizar la plena vigencia del orden jurídico y del Estado de Derecho.
Los abogados, más allá del juramento que hacemos al graduarnos y obtener el título debemos asumir como principio y valor esencial el deber y compromiso de ver con sentido humano a las víctimas que buscan defensa legal y también más allá del derecho legítimo para cobrar honorarios por la defensa o asesoría para llevar un caso debería prevalecer el entendido que la justicia como fin último del derecho es uno de los bienes supremos para preservar el orden y la convivencia social.
Los abogados y la justicia son un binomio que permanece en el ambiente del interés público y de las corrientes de opinión porque el grito y el clamor social que crece en todos los ámbitos de la comunidad es por Justicia, Seguridad y Bienestar, elementos sustanciales estos, lo mismo para la gobernabilidad en todos los niveles que para alentar una nueva cultura de legalidad que conlleve a considerar por el Estado y la sociedad una revisión profunda de leyes, instituciones y del desempeño gubernamental.