La lectura implica «soledad»: Villoro
El hábito se comparte y se hace evidente. “Los libros nos vinculan, precisa el escritor
El escritor Juan Villoro expuso que “lo mejor de la lectura son las manos…”; en ese proceso, asentó, hay misantropía. El hábito se comparte y se hace evidente. “Los libros nos vinculan; es un ejercicio que hacemos en soledad”.
En el marco de la presentación de su obra: “Los once de la tribu”, dentro de la Feria del Libro 2019, externó que “nos relacionamos a través de los libros”. Es una de las “maneras más seguras de crear comunidad”. Los certámenes de esta naturaleza “contribuyen a este motivo de reunirnos, en función de la imaginación y del lenguaje; es decir, de los libros”.
El vademécum es un “complemento; una posibilidad de circular la lectura…”. Esta obra, que fue escrita “hace tiempo”, reúne artículos de su faceta periodística cultural y deportiva, puesto que –admitió- sus dos “pasiones” son la literatura y el balompié (es aficionado al equipo mexicano del Necaxa).
Asimismo, dijo que el título tiene que ver con el futbol, “… en donde 11 jugadores presentan algo que los trasciende. Yo creo que los grandes momentos, en los partidos… o en cualquier deporte, no solamente tienen que ver con una actividad atlética, en un estadio, en una cancha, sino con las ilusiones, las emociones, las esperanzas que muchas personas delegan en ellos”.
De igual forma, adujo que las escuadras representan a una porción del universo. En “Los once de la tribu”, el literato “trata” de indagar cuál es el sistema “simbólico de emociones que hace que los domingos, y algunos otros días, nos interesemos tantísimo en el futbol”. Y no sólo para “buscar un resultado”, sino con el fin de “sentir que formamos parte de esa experiencia”.
Alrededor de las 17:15, en Plaza de Armas, acompañado de la titular de la Secretaría de Turismo y Cultura, Margarita González Sarabia, Villoro añadió que no se puede “vivir de la escritura”. E, insistente, continuó con su ejercicio de similitudes: “cuando los jugadores saltan a la cancha; esos 11 que saludan al público, no son exclusivamente jugadores; son los nuestros; son los 11 de nuestra tribu”.
Al dar cauce a una serie de metáforas, agregó que en una playa “sin nombre” alguien está jugando. El balompié tiene un “componente tribal”, que se refleja cuando el aficionado se pinta la cara. Por tanto, a modo de epílogo, manifestó que la literatura “es la capacidad de mejorar el mundo, mediante las palabras”.
Y concluyó: “el futbol es un espejo de la sociedad. Me atrevo a decir que es un espejo acrecentado. Los defectos de la sociedad también se expresan… ahí hay racismo, dopaje y especulación económica”.