Juego de Manos - Definiciones
En opinión de Diego Pacheco
Ya lo veía(mos) venir. El proceso de designación de la precandidatura (o, como les gusta llamarle, representación) del Frente Amplio por México ha concluido y, con ello, Xóchitl Gálvez sale triunfante por default, posterior a que el partido tricolor y su aspirante, Beatriz Paredes, claudicaran en favor de la panista ante una declarada desventaja en las encuestas.
En el discurso, el asunto del Frente Amplio tuvo un desenlace pacífico dentro de la coalición, llegando a un cierre en el que las dos finalistas dan señales de unidad personal e interpartidista en vías al proceso electoral que está en puerta. Esto, simbólicamente, pesa; y en los ojos de la ciudadanía genera confianza en la estabilidad de esta unión de partidos opuestos que, hasta hace poco, daba señales de muerte de cuna con cada día que pasaba.
Y al frente… el proceso interno cuatroteísta
Mientras tanto, en el ala oficialista de esta historia, al momento en que se escribe esta columna se están levantando las encuestas, que forman parte de la decisión final sobre la persona que será abanderada por el partido para competir por la presidencia de la República el año entrante. Desde la dirigencia de Morena se ha señalado y reiterado que este proceso se lleva a cabo en armonía, unidad, imparcialidad y honestidad, en congruencia con los principios del partido movimiento.
No obstante, existen voces que opinan lo contrario. Al interior del partido, diversas figuras, que incluyen al aspirante Marcelo Ebrard y a sus aliados, aseguran que este proceso se ha visto viciado por un favoritismo desde la institución política hacia su contrincante Claudia Sheinbaum, con el cual se ha hecho uso de la estructura y recursos del Estado para beneficiar sus aspiraciones. Con estas denuncias —sumadas a las realizadas por los contendientes políticos del Frente y opositores de la sociedad civil— la imagen de este “asunto interno del partido” se ha visto contaminada.
Para cuando llegue la siguiente edición de este Juego de Manos, sabremos quienes encabezarán los dos bandos mayoritarios que competirán en el año próximo (muy probablemente, Xóchitl Gálvez [en el Frente] y Claudia Sheinbaum [en la 4T]). Posterior a ello, posiblemente tendremos mayor claridad sobre el proceso mediante el cual serán elegidas las personas que competirán por las gubernaturas que estarán en juego el próximo año y, con ello, se definirán los perfiles que, a su vez, aspiran y buscan hacerse de un espacio en el Congreso de la Unión, Congresos locales y alcaldías que se disputarán de manera paralela.
Para el proyecto de cualquiera de los bandos es crucial el triunfo de la competencia grande y, a su vez, de las posiciones en el Senado de la República, la Cámara de Diputados y las gubernaturas, las cuales garantizarán el progreso o el obstáculo de los proyectos políticos propuestos por uno u otro lado.
Asimismo, el triunfo en alcaldías y congresos locales generará las condiciones necesarias para la estabilidad dentro de las entidades federativas y, a su vez, lo necesario para la aprobación (o bloqueo) de reformas constitucionales. En esta competencia no hay puestos menores, puesto que cada uno cumple una función en el tablero general, para garantizar la gobernabilidad y el desarrollo fluido de los proyectos, o el contrapeso en contra de los grupos rivales.
En ese sentido, la viabilidad de las metas que se planteen parte de todos los espacios que se consigan. Como una especie de antecedente, podemos volver la mirada al 2021, donde el presidente de la República llamó a la ciudadanía a apoyar su proyecto político, principalmente con el voto en favor de legisladores de Morena y sus aliados. Ello, llevó a que el electorado mantuviera la mayoría morenista en la Cámara de Diputados, mientras que los espacios en el ejecutivo no fueron directamente proporcionales a esta tendencia.
Es decir, en ese momento, la ciudadanía mostró su apoyo a la petición presidencial, más no al partido político. Ello, cuando nos encontrábamos a mitad de sexenio y, por ende, López Obrador contaba con una fortaleza y aprobación superior a la actual.
El tiempo presente es distinto puesto que, a pesar de que el apoyo al presidente y su proyecto se mantiene relativamente estable, su poder político ha ido en descenso, mientras que son cada vez más las voces y los perfiles que se definen en su contra, un fenómeno normal en la vida política de cada sexenio. Asimismo, la aprobación del partido no se encuentra en su mejor momento, por lo que el triunfo absoluto que se visualizaba hace unos meses da paso hoy a un escenario incierto.
Mientras tanto, la oposición, que hasta hace unos meses brillaba en gris por su ausencia e inactividad, hoy se muestra unida y determinada a triunfar en las elecciones del próximo año y, si bien sigue siendo una fuerza política con menor respaldo social y poder que el ala oficialista, su rentabilidad electoral va en aumento. El techo para el crecimiento de la coalición opositora está por definirse y el resultado del 2024, aunque con una tendencia marcada en favor de la llamada Cuarta Transformación, aún está por definirse.
Por cierto
La semana pasada dio inicio el proceso electoral 2023-2024 en Morelos, con ello, arranca (ahora sí, formalmente) la carrera para que el próximo 2 de junio donde se elegirá 1 gubernatura, 33 presidencias municipales, 33 sindicaturas y 153 regidurías a lo largo y ancho del estado de Morelos.
Aquí, la moneda se mantiene el aire, junto con la multitud de manos alzadas que buscan obtener el apoyo del Morena y sus aliados locales para competir por el gobierno del estado. Los perfiles que veremos en las boletas dependerán en cierta medida de la decisión que se tome sobre los abanderados presidenciales. Por ello, podemos prever que este periodo de ante-pre-elecciones (que no son elecciones pero que, al mismo tiempo, definitivamente son elecciones) está por llegar a su fin. Y de ahí, las precampañas, campañas y elecciones.
Ya merito: