Joker y el sentido de la vida

Alejandro Cruz Solano en Cultura

Joker y el sentido de la vida

En historia de la locura en la época clásica Michel Foucault el gran filósofo francés  narra de manera riquísima cómo los leprosos, los locos, los enfermos, son llevados en grandes naves hacia horizontes donde jamás sean vueltos a ver. Así nace un nuevo saber al que Foucault llama, historia de la locura, historia de la sexualidad, historia de la clínica, arqueología del saber etc. Sin embargo, esa historia no pretende narrar los sucesos del “loco” o “enfermo”, sino cuestionar de manera epistémica como le llaman ahora, es decir, una subversión del saber desde otro saber ¿Quién inventó el saber de la enfermedad mental? ¿Quién tiene el poder de decir que es una enfermedad mental? ¿Qué es lo sano, que es lo enfermo? ¿Qué es lo normal, que es lo anormal? ¿Qué es lo sano, lo enfermo y lo patológico? El problema pues no está en el saber (que es discurso de poder) sino en su significado (qué la práctica ideológica de esos discursos de poder), entonces habría que revisar los significados del discurso, es decir, las prácticas ideológicas). Pero ¿Qué es un discurso? El discurso es lo que se habla. Notemos que la película de Jocker, los íconos de la producción gráfica, los mensajes visuales, los ritos, constituyen procesos lingüísticos portadores de significado, lo que constituyen discursos. Así, tenemos discursos psiquiátricos, discursos médicos, discursos del cine, discursos económicos, etc. Las prácticas discursivas están ubicadas en un tiempo y en un espacio y crean las condiciones de una función discursiva, ejemplo, René descartes filósofo francés planteó en el siglo XVII la cuestión del sujeto como de naturaleza racional, sin embargo Freud vino a desmoronar a ese sujeto de naturaleza racional mostrando su naturaleza antes que pensante como sujeto deseante. Entonces el tiempo, el saber y la historia crean un nuevo conflicto, la lucha entre dos maneras de ver al sujeto: como sujeto pensante (sujeto racional) y como sujeto deseante (sujeto del inconsciente); es en ese sentido en que esta lucha se convierte en un resultado discursivo producido por las contingencias históricas. Jocker refleja pues esa naturaleza del sujeto deseante (el sujeto deseante no vive en la lógica del saber, sino en “su” verdad”, que es la verdad de su deseo) desde el lugar común, atravesado por la palabra y flujo deseante frente a una maquina social (capitalismo), concepto acuñado por Deleuze, que se establece como maquina deseante de la “producción”. Esa máquina social funciona en automático para la producción, para ella el sujeto solo es objeto de la producción, de allí su contradicción, eso que llamamos contradicciones sociales. La función de la naturaleza crítica de los saberes es reconstruir ese discurso que a través de la maquina social se nos impuso como una “verdad” con un significado que termina de generar comportamientos adaptados y domesticados. La película de Jocker es por decirlo así, el otro discurso, que contradice esa verdad (impuesta por los discursos) y que niega al sujeto, luego entonces, termina revelando la naturaleza deseante del sujeto, Jocker. ¿Quién es Jocker? Es el sujeto perdido en esa máquina social producto de significados vacíos que encuentra un lugar en su dimensión singular de la palabra, de su deseo. El saber de Jocker incluye la carencia que lo funda, producido por las maquinas sociales, ese deseo capturado en la pantalla revela su falla, su carencia, su ruptura interior, es un saber que no queremos saber (por eso hay que encerrarlo en la cárcel, en el manicomio, en los hospitales, etc.). Hay muchos Jockers en el mundo que en su dimensión de lo singular que no existen, no están es eso que llamamos subjetivación. El acceso a esa “verdad” que es imposible traducirla en el marco del conocimiento es rescatado por la poesía, el teatro, el cine y revela en ello, la verdad del sujeto singular, de su subjetivación, revela el goce liberado, aquello que no puede ser absorbido por la máquina social. Así, el sentido de la vida es el goce, aquel que también la maquina social busca normalizarlo.