Eliminar violencia de género
En opinión de Juan Salgado Brito
El 25 de noviembre es el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, proclamado por la organización de naciones unidad ONU desde el año 2000, ante una realidad lacerante de agresiones y maltrato hacia mujeres de diversos estratos sociales; con esta determinación se propugna crear conciencia entre la sociedad y los gobiernos sobre el deber y el compromiso de implementar políticas, programas y acciones firmes para frenar y erradicar toda forma de violencia de género que todos los días se presenta en miles de mujeres víctimas de golpes, abuso sexual, acoso callejero, acoso cibernético, censura femenina, violación, esclavitud, explotación sexual, niñas y jóvenes obligadas a contraer matrimonio en contra de su voluntad, feminicidio, etc.
La violencia de género se presenta cotidianamente y por desgracia comienza la mayoría de las veces en el hogar, pareciera una cultura de ofensa y degradación hacía ellas; hacerlas menos, ignorarlas, atajarlas en sus propósitos y pretensiones de participar y aspirar a superarse o a cargos de dirección y de mando en la política, la administración o la iniciativa privada. Resulta ofensivo no sólo para las mujeres agraviadas sino para toda persona con sentido humano y ético observar y muchas veces tener que soportar actitudes y desplantes machistas de quienes parecen olvidar que tienen madre, hermanas e hijas, a quienes no quisieran que nadie haga lo que ellos hacen en perjuicio de muchas mujeres.
En hora buena las manifestaciones y protestas contra la violencia hacia las mujeres, bienvenidas las proclamas, los manifiestos, las canciones y la música que reprueban la agresión y toda expresión de violencia de género. Celebremos también que se instituyó por la ONU en el año 2009 el día naranja para que el 25 de cada mes gobiernos y organizaciones de la sociedad civil se unan a la campaña de motivación portando una prenda naranja como muestra de solidaridad en la lucha contra la violencia hacia las mujeres.
Los sucesos de violencia contra las mujeres se dan a diario, en todas partes y parecen ir en aumento, de ahí la urgencia de un esfuerzo extraordinario de las autoridades, familias y sociedad civil de cerrar filas para combatir este flagelo que lastima, agravia y avergüenza a todos; de ahí también el deber de ciudadanía y de responsabilidad común de procurar la máxima observancia del artículo 4to. constitucional, que establece que la mujer y el hombre son iguales ante la ley, con este precepto de nuestra Carta Magna es imperativo que se haga justicia a las mujeres violentadas y que se sumen fuerzas y esfuerzos en contra de la impunidad.