El Tercer Ojo - Par de Ases: ¨Democracia de Baja Intensidad¨ y ¨Las Personas con Discapacidad en el informe del presidente AMLO¨
En opinión de J. Enrique Alvarez Alcántara
Apreciados lectores que siguen El tercer ojo —los pocos que sean—, esta ocasión me propongo compartir con ustedes un par de reflexiones relacionadas con dos sucesos que considero trascendentes ocurridos muy recientemente.
En primer lugar, pienso que el magnicidio fallido contra la Vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández, merece ser valorado bajo el propósito de mostrar algunas de las condiciones que hicieron posible tal suceso, más allá de las descalificaciones que propalaron calificativos y anatemas sobre el evento, describiéndolo como un circo mediático, de uno y otro lado. Asimismo, en el mismo tenor, la derrota electoral en la hermana República de Chile de la propuesta de modificar la Constitución Política de tal nación, asumiendo que el “Pueblo Chileno”, democráticamente, acepta como Carta Magna más avanzada la que fuese elaborada durante la Dictadura Militar impuesta por los EE.UU., mediante un Golpe de Estado conducido por el General Augusto Pinochet, vigente aún.
Al parecer, se ha supuesto que estos fenómenos sociales derivan de los costos necesarios que deben ser pagados debido a la “vida democrática”, que es el objetivo a alcanzar por los Estados/nación más avanzados.
Por otra parte, la cuestión relacionada con el estado que guardan las Personas con Discapacidad, sus familias y círculos o redes de relaciones más próximas dentro del diseño o confección, así como su instrumentación, de las políticas públicas gubernamentales dirigidas hacia estos sectores de la sociedad, y su lugar dentro del informe de gobierno recientemente presentado por el Presidente.
Vayamos por partes.
Habiendo leído el día ocho de septiembre el diario argentino Página 12, particularmente el artículo de opinión de Atilio Borón, El frustrado magnicidio y sus profetas, inicio, a rajatabla, con el primer lapidario párrafo: “Lo ocurrido no fue un crimen perpetrado contra una persona, aunque no haya culminado como se esperaba, sino contra la ‘democracia de baja intensidad’ que existe en la Argentina”. Tratando de precisar la idea, Atilio Borón agrega: “Aun así, con sus penosas limitaciones y su incapacidad para construir una sociedad más justa e inclusiva aquélla despierta la furia y la impaciencia de una derecha que no ve la hora de gobernar directamente, sin apelar a la mediación de molestos intermediarios que no se atreven a refundar el capitalismo argentino liquidando las principales conquistas sociales de los últimos ochenta años”.
Esto es, la derecha —un conglomerado en el cual encuentran su lugar grupos de grandes empresarios, los sectores oligárquicos tradicionales, las trasnacionales y multinacionales que quieren seguir apropiándose de las riquezas nacionales, es decir, ricos, poderosos y privilegiados económica y políticamente—, unida por la defensa del capitalismo, la propiedad privada y las riqueza acaparadas, además de un odio por quienes viven —o sobreviven— en condiciones de pobreza trata de sostenerse gracias a los antecedentes de esta “democracia de baja intensidad” e intentan dinamitarla para recuperar los espacios que, piensan, perdieron. Ésta es la que alimenta las condiciones de confrontación que propician las condiciones favorables para la expresión de estos sucesos.
Por otro lado, tratándose del asunto de las Personas con Discapacidad en México y el lugar que ocuparon en el más reciente Informe de Gobierno del Presidente, es necesario recordar que, según datos del último Censo General de Población y Vivienda (2020), contamos con una población de 6, 179, 89 personas con algún tipo de discapacidad, es decir, lo cual representa el 4.9 por ciento de la población total del país —muy por debajo de las estimaciones para países como el nuestro, propuestas por la OMS—. Ahora bien, si adicionamos la proporción de miembros que conforman promediadamente una familia en el país constataremos que, aproximadamente 25 millones de personas tiene que vérselas con las cuestiones relativas a la discapacidad.
De esta cantidad, según el informe presidencial, aproximadamente un millón de menores con discapacidad son beneficiarios de una beca económica bimensual para fortalecer su sustento, lo que representa, bajo los mismos parámetros de análisis, una cantidad aproximada de cinco millones de personas; léase, un quinto de la población estimada.
Ahora bien, considerando la población de “adultos mayores” que, además de ello, adolecen de alguna discapacidad, no podemos representarnos una situación muy distinta.
Si nuestra “democracia de baja intensidad”, representada por el gobierno en turno, además justifica esta situación por la confrontación beligerante que la derecha no deja de diseñar e instrumentar, nos encontramos con una efectiva incapacidad política para asegurar la proyección hacia una nación más justa porque, también, no es prioridad en su programa político/económico.