El Tercer Ojo - Isaías Alanís Trujillo escribe sobre Isaías Alanís Tapia
En opinión de J. Enrique Álvarez Alcántara
Con permiso vía a dentrar
aunque no soy convidao,
pero en mi pago, un asao
no es de naides y es de todos.
Yo vía cantar a mi modo
después que haiga churrasquiao.
No tengo Dios pa pedir cuartiada
en esta ocasión,
ni puedo pedir perdón
si entuavía no hei faltao;
veré cuando haiga acabao;
pero ésa es otra cuestión.
Atahualpa Yupanqui,
El Payador Perseguido
Pido permiso primero, para empezar a cantar (¡No! ¡No!); para empezar a contar, pido permiso primero (¡Ahora sí!), pues bien saben los que saben de ello, ya que ellos me lo contaron, la historia (historia general de México y Morelos y la microhistoria regional) y la verdad, para muchos, es cosa de demonios o prestidigitadores o, más aún, de nigromantes, como lo hubiera sido Ignacio Ramírez.
Historia novelada ¡Perdón!, quise decir historia no velada, o ¿quizás debí decir historia revelada o desvelada? contada de boca en boca, de una generación a otra, hasta llegar a nosotros, los leedores, mediante la palabra escrita en un libro, valiéndose de una narrativa que a salto de mata pasa de la historia general a la regional y de ésta a la microhistoria y, por qué no, llegando a la biografía —con algunos toques autobiográficos— sirve de sustento y de apoyo a una labor que inusualmente los biógrafos aprovechan para presentarnos a los personajes objeto de su texto.
Desde la no tan lejana infancia, la nuestra, fuimos acostumbrados a leer biografías de los grandes personajes de una historia hecha pedazos y fragmentada en sucesos —que pudieran parecer verosímiles, pero carentes de sentido histórico— y seres humanos eyectados desde la nadidad –neologismo para referir el lugar que la nada ocupa-- y proyectados hacia otra etérea nada, como lo fue el cómic, en una serie, intitulado Vidas Ejemplares; allí leí por ejemplo las biografías de Martín de Porres, Teresa de Ávila, Ignacio de Loyola, Francisco de Asís y otros “santos” más; o como también lo fueron las que nos requerían los maestros en la escuela primaria y que para realizar las tareas íbamos a una papelería a comprar las biografías o monografías en cuestión.
Antes, durante mi primera infancia, a través de los escritos atribuidos a Juan, Lucas, Mateo y Marcos, en los Evangelios del Nuevo Testamento, hube conocido la vida y obra de Jesús, el Nazareno, el hombre. Desde luego sin historia y mutilada en varios segmentos de su infancia y adolescencia.
Posteriormente, ya siendo más que adolescente, un adulto joven, porque ahora dicen que soy “adulto mayor”, conocí a través de los exquisitos escritos biográficos de Stefan Zweig, la vida y obra de grandes personajes, así como la biografía, esta sí novelada, de Sinuhé el egipcio, escrita por Mika Waltari. Sin embargo, hasta que leí el libro The making of mind, de Alexander Romanovich Luria, un texto autobiográfico que tiene como sustento contextual la primera etapa de la Revolución de Octubre, léase la Revolución Socialista Rusa de 1917, pude comprender el sentido de la historia como base de cualquier biografía. Incluso, como sustento de cualquier historia de vida en la práctica clínica.
Como hubiera escrito nuestro Premio Nóbel de Literatura, Octavio Paz, en su Piedra del Sol, “Para que pueda ser, debo ser otro. Salir de mí, buscarme entre los otros, los otros que no son yo, los otros que me dan plena existencia”.
Repito, hasta antes de leer estos trabajos, debo confesarlo, las biografías eran para mí, ni más ni menos, escritos sobre personajes sin contexto, sin historia, surgidos por obra y gracia del espíritu santo, de una nebulosa amorfa, ubicada en las profundidades de un cuerpo o en las alturas del espíritu.
Pues bien, yo necesito decirles que ignoro si colocar este libro de Isaías Alanís Trujillo, Isaías Alanís Tapia, dentro del género del ensayo, de la narrativa literaria, del texto histórico o microhistórico, la crónica o de la biografía y, desde luego, de una obra artística. No lo sé; y desconozco el lugar que ocupa este libro porque quien desee aprehender fragmentos de nuestra historia nacional, regional o local podrá aproximarse a tal enfoque mediante la lectura del libro que ahora recesamos aquí. Asimismo, quienquiera conocer la biografía de Isaías Alanís Tapia, en contexto familiar, regional e histórico podrá hacerlo leyendo el texto escrito por Isaías Alanís Trujillo. Además, si alguien desea aproximarse a la obra musical, poética y política de Isaías Alanís Tapia, aquí, en estas páginas, hallará la información que se requiere para lograr ello.
Ah, pero eso sí, acompañado de otros que no son Isaías Alanís Tapia, como Cliserio Alanís, o Rubén Jaramillo o Emiliano Zapata, entre otros personajes.
No puedo omitir aquí, además de la consideración de que la edición y el material estético y gráfico con el cual se publicó el texto es de la más excelsa calidad. La elegancia y seducción artística de las imágenes que contiene el libro, refiero aquí los grabados y dibujos creados por el enorme grabador Alejandro Aranda, las fotografías que adquieren carácter de fotogramas históricos y, naturalmente, la obra poética y musical que contiene, incrementan el valor cultural, histórico y estético de la obra.
No quiero cansarlos con una larga exégesis del libro de mi estimado amigo y camarada Isaías Alanís, baste invitar a quienes escuchen y lean esta breve presentación, a adquirir y, sobremanera, leer y disfrutar sentados en el banco de los hedonistas cada una de las palabras e imágenes que contiene el libro.