Serpientes y escaleras - El apestado PES

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - El apestado PES

Lo importante en política es no convertirse en el enemigo común.

 

El apestado PES

Al Partido Encuentro Social, a su presidente y al grupo político que representa se les ha complicado el escenario. La fuerza y rentabilidad electoral del PES depende de su alianza con Morena y el empuje que el obradorismo puede darles a sus candidatos; solos o confrontados con el Movimiento de Regeneración Nacional su atractivo se pierde y sus posibilidades de ganar las elecciones disminuyen drásticamente. A nadie le atraería ser postulado solo por ese partido.

Veamos el contexto de una posible alianza para entender lo que puede deparar el futuro a Encuentro Social:

  1. De repetirse la coalición Juntos Haremos Historia en Morelos con la participación ahora de cinco partidos políticos (Morena, Encuentro Social, PT, Verde y Nueva Alianza), lo primero que se debe tomar en cuenta es que las candidaturas se dividirán entre todos los integrantes del bloque.
  2. Supongamos que, por ser el partido más rentable y mejor posicionado, el Movimiento de Regeneración Nacional se lleva la mitad de las candidaturas estatales (como sucedió en el 2018), es decir, 18 presidencias municipales y seis diputaciones locales. El resto se tendrían que dividir entre los otros cuatro integrantes de la alianza.
  3. Sí así fueran las cosas, Encuentro Social podría encabezar la fórmula en 4/5 alcaldías y tendría una o dos diputaciones locales de la coalición. Esto por supuesto si la coalición fuera total en el estado y las candidaturas que no sean de Morena se repartieran de manera equitativa entre el resto de los partidos. con menos partidos en alianza las cifras varían, pero no mucho.
  4. Otra posibilidad es que sea una coalición parcial y solo se compita unido en algunos espacios o bien se apueste por la fórmula de candidaturas comunes, lo cual permitiría a cada partido postular sus candidatos y solo coincidir solo en aquellos espacios en donde a todos les conviniera. En este escenario Morena, el PT y el Verde (en ese orden) tendrían cierta rentabilidad al competir solos, pero Encuentro Social y Nueva Alianza se quedarían sin fuerza para contender y casi nulas probabilidades de triunfar.

Por si mismo el escenario de una coalición electoral no es sencillo, porque obliga a los partidos participantes a ceder muchas posiciones. En una elección intermedia como la del 2021 la dificultad es aún mayor, porque la votación disminuye y los candidatos del gobierno se enfrentan a la evaluación de sus administraciones, particularmente las locales, es decir, la de Antonio Villalobos y la de Cuauhtémoc Blanco.

Precisamente por eso Mario Delgado ha dicho que su partido signará muy pocas alianzas a nivel nacional “Porque Morena es de la gente y se tiene que respetar la voluntad de la gente en la selección de candidatos y candidatas”. El presidente del Movimiento de Regeneración Nacional entiende que se avecina una elección compleja en donde, además, tiene que controlar los ímpetus de una militancia a la que le cuesta mucho ponerse de acuerdo, que no tiene reparo en boicotear sus procesos y hasta a sus candidatos si no los toman en cuenta.

Luego está lo que sucede en el ámbito local:

El dirigente estatal del PES, Jorge Argüelles Victorero, se cansó de despreciar a la dirigencia estatal de Morena y nunca le interesó acercarse a la militancia morenista; el diputado ha sido desde hace dos años uno de los principales asesores de Cuauhtémoc Blanco y también un personaje que junto con algunos miembros del gabinete se han encargado de confrontar al gobernador con casi todos referentes estatales del Movimiento de Regeneración Nacional, como Rabín Salazar y Lucía Meza.

En lugar de ser un personaje conciliador y constructivo, que acerque al gobernador toda la ayuda posible para sacar adelante al estado, se sumó a la lógica de Hugo Eric Flores: secuestraron al mandatario y lo alejaron de aquellos quienes desde su posición podrían coadyuvar a que el gobierno de Cuauhtémoc Blanco fuera mejor y la entidad recibiera más apoyo desde el centro del país.

Si fuera menos arrogante Jorge Argüelles entendería que en política nunca sobran brazos ni cabezas para trabajar, que un gobernante siempre necesita sumar aliados y lo más importante de todo es que nunca hay que volverse el enemigo común. Dada su cercanía con el jefe del ejecutivo estatal, el diputado pudo ser el conciliador del régimen, el articulador de un gran acuerdo político con Morena y el facilitador de las cosas con aquellos personajes de Morelos que hoy ocupan un cargo o posición federal y podrían apoyar al gobernador tanto en temas de carácter nacional como en la solución de conflictos de tipo local.

Pero no, igual que Hugo Eric Flores, Argüelles Victorero alejó al futbolista del estado y de su gente, lo convencieron de que todos los que no estaban con él eran sus enemigos y por ese camino ampliaron sustancialmente los frentes de ataque contra el ejecutivo. Rabín Salazar pudo ser un buen aliado de Blanco desde el gobierno federal y le podría ayudar a controlar las huestes de Morena en el estado; Lucy Meza sería una magnífica operadora desde el senado en las comisiones en las que participa (Hacienda, Comunicaciones y Transportes, Defensa y Seguridad Nacional), sin descontar que es muy cercana a Ricardo Monreal y consecuentemente al grupo de Mario Delgado y Marcelo Ebrard y cuenta con un fuerte liderazgo en el oriente morelense.

En el pecado va la penitencia: por sus desplantes Jorge Argüelles se convirtió en un personaje indeseado que representa al partido en el cual muy pocos quieren participar. Su arrogancia y malas expresiones en contra de la dirigencia estatal de Morena, lo mismo que la grilla contra aquellas figuras que tienen un peso específico en ese partido y un liderazgo regional importante lo tienen contra la pared y en riesgo de hacer naufragar la alianza.

El diputado no es un tipo torpe, pero si es una persona que no conoce al estado ni se ha interesado en vincularse con la gente de Morelos; supone que presumiendo su dinero, haciendo grilla nacional y estando cerca de Cuauhtémoc Blanco y Hugo Eric Flores tiene garantizada la trascendencia en política, pero olvida que la fuerza de ambos personajes tiene fecha de caducidad y si el PES pierde el registro, su sueño de continuar en el ámbito público se puede acabar en el 2024.

El proceso electoral ya está en marcha, en unos días más los partidos deberán registrar las alianzas o coaliciones con las que competirán, al tiempo de definir el proceso para seleccionar a sus candidatos. En menos de un mes arrancarán las precampañas y en ese momento todo lo anterior deberá haber quedado definido.

Las fallas del diputado Argüelles Victorero son las mismas que padece el equipo político del gobernador, en ambos casos se trata de personajes ajenos al estado, desconocedores de la gente y de las costumbres locales. Suponen que el cargo les concede automáticamente la posibilidad de resolver problemas, pero olvidan que detrás de cada conflicto social, económico, político o electoral hay personas.

La política ha sido y sigue siendo el gran talón de Aquiles del régimen estatal. Ese mismo padecimiento lo sufre el Partido Encuentro Social. El problema es que en ambos casos no saben que no saben.

  • posdata

Se veía venir: Morelos dio un paso hacia atrás y regresó al color naranja en el semáforo epidemiológico de covid; la movilidad aumentó, las medidas de sanidad se relajaron y con ello vino un lógico incremento de casos positivos y decesos.

Lo mismo que en Morelos ocurrió en otros estados del país; la capital misma va de mal en peor a pesar de que la jefa de gobierno insiste en no pasar al color rojo nuevamente; hacerlo implicaría un duro golpe a la economía de la Ciudad de México y pondría en evidencia que la estrategia falló, a pesar de que hace unos meses el presidente López Obrador la puso como ejemplo nacional y pidió que se replicara en todos los estados de la república.

El retorno al naranja en Morelos implica ajustar varias cosas, no la suspensión de actividades; el cambio en el semáforo se combina con la aprobación de una ley que hace obligatorio el uso del cubrebocas, lo cual podría ayudar a contener la segunda oleada del virus y permitiría que el impacto a la economía sea menor.

La clave está ahí: si las autoridades se ponen firmes en la implementación de medidas sanitarias y los ciudadanos hacemos nuestra parte para prevenir nuevos contagios, pronto podremos salir de esta situación. Aunque el presidente se oponga, la OMS y todos los especialistas han dicho varias veces que el uso de cubrebocas es determinante para frenar la cadena de contagios.

Si las autoridades hacen cumplir las medidas sanitarias y limita la movilidad, si los ciudadanos asumimos con responsabilidad la parte que nos corresponde y nos cuidamos en estas fechas decembrinas, en enero podríamos avanzar nuevamente al amarillo y sobre todo evitaríamos que el impacto económico fuera tan fuerte para todos. Es tiempo de cuidar la salud individual, pero también de proteger la fuente de empleo de miles de personas que dependen de que las cosas no se salgan de control.

  • nota

A sus 85 años de edad Raúl Iragorri perdió su última batalla, su enemigo fue el mismo que le ha arrebatado la vida a más de cien mil personas en México en este 2020: el covid.

Raúl siempre fue un hombre fuerte y optimista, los años no se le reflejaban en el rostro, porque en todo momento portaba una sonrisa y una frase ocurrente; siempre decía que estaba como injerto de rifle y mango, en una humorística referencia a su buen estado físico y mental.

La semana pasada comenzó a sentirse mal y fue diagnosticado positivo a covid; dicen que primero lo ingresaron al hospital Parres y luego lo trasladaron a la Ciudad de México. El virus no fue benévolo con él, le pegó duro y finalmente lo venció.

Detrás de Iragorri queda un legado que va más allá de su imperio empresarial; Raúl supo combinar perfectamente los negocios y la política sin descuidar ninguno y aunque nunca dejó de estar al frente de sus empresas, siempre tuvo tiempo para participar en actividades sociales y de partido.

A pesar de ser un hombre exitoso en lo económico, Raú Iragorri fue un personaje discreto en su vida; conducía él mismo su auto y en cualquier momento se le podía encontrar en un restaurant, en la calle o en un mitin de Morena, el partido que tanto quiso, el de su amigo Andrés Manuel López Obrador.

Pocas cosas deben haber quedado pendientes en la vida de Raúl, porque siempre hizo lo que quiso; una meta, empero, nunca le fue posible alcanzar: gobernar Cuernavaca. Varias veces compitió pero nunca lo logró. “En mi lápida dirá: aquí yace Raúl Iragorri, el eterno candidato a la presidencia municipal de Cuernavaca” decía en tono de broma. Lo que nunca fue broma fue el cariño que siempre le tuvo a una ciudad que le vio nacer y crecer, a la que pudo abandonar en cualquier momento cuando las cosas se pusieron difíciles, pero nunca lo hizo; Cuernavaca fue el gran amor de Iragorri.

Su cuerpo no estará más en este plano, pero su historia y sus recuerdos permanecerán por siempre entre quienes tuvimos la oportunidad de tratarlo.

Descanse en paz el luchador social, el político romántico, el empresario exitoso, el amigo.

  • post it

Si las diferencias entre los morenistas y el PES continúan, la posibilidad de triunfo para el candidato que lancen esos partidos (en coalición o por separado) se reducen de manera drástica. La imposición de una alianza y un candidato en la capital se ve cada día más lejana, porque  en Morena parecen decididos a no hacer sencilla la negociación.

Los anuncios espectaculares dirigidos al presidente de México rechazando la alianza en Morelos con Encuentro Social podrían haber sido financiados por la dirigencia estatal; item más: la presencia de Gerardo Albarrán en la rueda de prensa contra el PES pudo no ser casual, sino dialogada y aprobada por la cabeza política de ese grupo, es decir, por el subsecretario de gobernación Rabín Salazar.

No hay que pasar por alto que Morena cargará con el desgaste que le deja el escándalo del alcalde y su eventual destitución o encarcelamiento; los pleitos partidistas se añaden al de. por si complejo escenario que les espera el 2021. Dicho sea de paso: visto el desempeño del gobierno de la capital, los morenistas no tienen cara para reclamar la candidatura ni para defender el actuar de Antonio Villalobos. En el mejor de los casos la dirigencia estatal de Morena es cómplice de lo que ha hecho el edil.

La actuación política de Jorge Argüelles es mala, pero la de Morena no ha sido mejor. La dirigencia estatal del Movimiento de Regeneración Nacional es omisa ante los problemas, cómplice de la corrupción municipal y del mal desempeño de sus diputados y está ausente de la agenda estatal.

¿Cómo le pedirá Morena a los ciudadanos de Cuernavaca que vuelvan a confiar en ellos, cuando su gobierno tiene a la capital en el peor momento de toda su historia?

  • redes sociales

En medio de la pandemia y en pleno semáforo naranja el gobierno de Cuernavaca convoca a un concurso de baile.

¿Son o se hacen?

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