El Tercer Ojo - Emiliano Zapata y el Zapatismo de Carne y Hueso

En opinión de J. Enrique Alvarez Alcántara

El Tercer Ojo - Emiliano Zapata y el Zapatismo de Carne y Hueso

Esta ocasión, estimados seguidores que me leen, quiero llamar su atención (considerando que muchos –los cinco lectores de esta columna– de quienes siguen estos breves ensayos son originarios o avecindados del estado de Morelos), sobre el General Emiliano Zapata Salazar y lo que se ha dado en denominar el "Zapatismo".

 

Tal vez, pensarán muchos de quienes –me lean o no– conocedores son de la extensa tinta esparcida sobre millares y millares de hojas de papel –y ahora mediante las herramientas digitales de las cuales disponemos– sobre estos dos asuntos; a saber: el personaje y el movimiento social que representa.

 

No es, por ello, mi propósito intentar, por lo menos, aportar algunos datos novedosos o formas diferentes de abordar estas dos cuestiones; tan sólo trato de invitar al análisis y la reflexión sobre el personaje, el movimiento, las condiciones históricas –económicas, políticas, sociales y culturales, no obviando las personales– que hicieron posible la emergencia del líder y caudillo así como también la del movimiento social, político y militar que se expresó en el sur de México, que tuvo un desarrollo y que llegó a su fin sin haber logrado alcanzar los ideales y objetivos que hicieron explícitos mediante el "Plan de Ayala".

 

Mucho más justificado es ello cuando en esta época que vive nuestra nación, presidida por un líder y, por qué no, caudillo, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) que conducen un ¿Proyecto? de nación auto referido como Cuarta Transformación (4T), y que ensalzan como referentes señeros de su repertorio ideológico y político a los curas Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos y Pavón, a Benito Juárez, a Francisco I Madero y al Gral. Lázaro Cárdenas del Río.

 

Excepcionalmente se enuncia, pues ello es inevitable, a los hermanos Flores Magón, al Partido Liberal Mexicano (PLM), al movimiento anarquista que condujeron, al Gral. Emiliano Zapata, al Ejército Libertador del Sur (ELS), el Plan de Ayala, al Zapatismo, al Gral. Francisco Villa y la División del Norte y, mucho más oculta permanece, la persecución de que fueron objeto por la fuerzas de Madero, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón y otros más.

 

Bajo estos supuestos conceptuales y recordando lo que se atribuye al filósofo español Jorge Santayana y que aparece en una placa en la entrada de los vestigios de lo que fue el Campo de Exterminio y Concentración de Auswitch, en varias lenguas, además de presentarse en el primer volumen de su obra en cinco tomos, La vida de la razón: "Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo", asumo que es necesario abordar estos asuntos en esta hora y era.

 

Asimismo, y no menos relevante, parece necesario tratar la cuestión relativa con la herencia, legitimidad y validez, así como la pertinencia del ideario zapatista en esta época; ello es ineludible porque desde no hace mucho tiempo  se habla y pregona el "neozapatismo".

 

¿Es que acaso, como asumen quienes consideran tal hipótesis ideológica y política, fue limado y abollado el filo del machete zapatista?

 

¿Fueron factores externos o internos, o ambos, los que favorecieron la liquidación del Ejército Libertador del Sur y su ideario?

 

O, en sentido opuesto, ¿Se encuentran enterradas las armas teóricas, ideológicas, políticas y militares para cuando haya mejores y favorables condiciones?

 

Por lo que he escrito hasta este momento no quiero dejar de invitarles a ver y escuchar, a través de las páginas de Facebook de Enrique Alvarez, La Comuna de la Palabra y Neuropsicología del Desarrollo, el miércoles próximo, 30 de agosto, a las doce horas, la Charla: Emiliano Zapata y el Zapatismo de Carne y Hueso, con la participación del Prof. e historiador Amador Espejo Barrera, originario de Villa de Ayala, Morelos.

 

Debo resaltar el hecho de que la expresión "de carne y hueso" obedece al hecho de que nos proponemos, ante todo, trascender las aproximaciones apologéticas, exegéticas, canónicas, elegíacas o religiosas del personaje. La intención clara consiste en presentar al personaje y el movimiento en sentido socio histórico, humano, terriblemente humano.