EL CAMINO FACIL COMPLICADO POR EL GOBIERNO

En opinión de José María Román

EL CAMINO FACIL COMPLICADO POR EL GOBIERNO

Viene en camino la Reforma Electoral, es decir, el cambio de las reglas del juego democrático que o ponen en riesgo lo que en décadas hemos construido o conservamos al órgano electoral que nos da garantías de transparencia y de respeto a nuestra voluntad colectiva.

Por azares de la vida en los años 90s tuve la oportunidad de conocer por dentro los procesos electorales como consejero federal en el IFE para el estado de Morelos. Todo eso me dio una visión clara de cómo funcionaba el proceso y mirar si tenía efectivamente la transparencia necesaria para garantizar el respeto de la voluntad popular sin la intromisión del gobierno federal. Es por eso que hoy puedo, con cierto conocimiento hablar de este asunto.

Se acusó al inicio de la formación del antiguo IFE atribuyéndole como hoy, que nos salía muy caro y tenían y tienen razón los ciudadanos porque efectivamente si no es que es el más caro del mundo, es sin lugar a dudas uno de los más caros. La pregunta que se nos hacía antes y ahora es: ¿Por qué debemos pagar tanto en nuestros procesos electorales? La respuesta siempre estuvo ahí y pocos lo analizaron: El costo es el precio de lo tramposo que fueron y son los partidos políticos y sus candidatos. Para ganar un proceso electora, antes y ahora, había como hay abundante dispendio y reparto de despensas, bailes costosísimos con cantantes de fama, dinero en efectivo por la compra tanto de votos como de candidaturas, etc. Nada nuevo que no siga practicándose o que no se vaya a practicar con el agravante ahora que es al parecer  EL CRIMEN ORGANIZADO el que tiene el sarten por el mango; el problema era que el resultado debería ser claro y a la vista de todos manejado el proceso de la votación por ciudadanos elegidos al azar mediante un sorteo de equipo electrónico que seleccionaba al azar a los funcionarios de casilla que es donde se decide la suerte de cualquier candidato. Funcionó. Dejó de hablarse de que el gobierno inflaban urnas ya que todos los partidos participantes obtenían al momento de la suma de votos una constancia firmada por todos los de la mesa y demás representantes de partidos donde se definía, como ahora el número de votos para cada candidato. Tan funcionó que AMLO tiene ahora el poder gracias a ese proceso.

Pero ahora vamos a discutir el número de senadores y diputados que debemos tener, el presupuesto que debemos dar al Instituto y el nombramiento de consejeros. Es bueno reducir el numero de legisladores, no cabe duda. Sobre todo desaparecer a los plurinominales que a nadie representan porque nadie vota por ellos.

No cualquiera puede ser consejero, lo aprendí. Se requieren conocimientos y capacidad en esos personajes, no popularidad ni belleza. Para eso es  a través de los legisladores que se les entrega a los más aptos ese cargo, previo análisis de su nombramiento. Son los representantes populares elegidos por el pueblo, es decir, la voz misma del pueblo el que los elije hoy en día. Mi pregunta, ¿Por qué deben elegir los ciudadanos si tienen para eso a sus representantes populares? ¿Porque se supone que cuando elegimos legisladores, elegimos a los mejores hombres de la sociedad, y representan la voluntad del pueblo, luego entonces porque pasarlo al pueblo? Eso es politizar el órgano electoral que va dar origen a que retrocedamos a los viejos vicios y manejos sucios del PRI y las consecuencias son los desmanes y las inconformidades que entes teníamos traducidas en manifestaciones magnas y actos de violencia casi incontrolables.

Otra pregunta que me surge: ¿de veras tienen voluntad de respetar el sufragio y eliminar vicios tanto el gobierno como los partidos? Si es así, tomen una medida elemental que va contra la corrupción y que si se aprueba, no sería ilegal: Retiren los celulares o cámaras a los votantes de forma transitoria y mientras  votan para evitar la famosa compra de votos porque cobran los votantes contra la foto donde elijen al que les paga y la otra propuesta que realizo complementaria, hagamos lo que el Perú nos ponme como ejemplo de democracia: Que el voto sea obligatorio e imponer el ciudadano omiso una sanción de ¿$2000.00 o algo semejante para que su asistencia en la expresión de su voluntad, sea efectiva. Finalmente ese es una obligación de participación ciudadana que nos impone la propia constitución pero que solo de palabra decimos pero que no plasmamos en nuestras leyes. Otra más que legalmente podríamos implantar: La segunda vuelta. ¿Se es cierto como lo hablan todos los políticos y AMLO que somos una democracia, demostrémoslo con hechos, no con palabras? Por eso, la propuesta de AMLO es solo una simulación que pretende regresar al pasado donde el gobierno acaparaba los procesos electorales y los viciaba a favor de los que el presidente en turno a través de su partido quería. Barlett, creador de una magna estafa electoral y ahora alto funcionario federal en CFE, podría hablar e ilustrarnos de cómo se manipulan las elecciones. ¿Por qué el gobierno no la hace fácil en su proyecto? Porque quiere el todo por el todo. No tarugos, solo oportunistas…