Cuando sea demasiado tarde… - Ucrania, Tua, Ian, Guacamaya, Lobito, y las bombas.

En opinión de Gabriel Dorantes Argandar

Cuando sea demasiado tarde… - Ucrania, Tua, Ian, Guacamaya, Lobito, y las bombas.

Pues bien, esta semana estuvo, cuando menos, entretenida. Ya se terminó el mes de septiembre y todavía le quedan dos meses al semestre. El jueves apliqué evaluaciones de primer parcial y mis estudiantes, aunque han estado a la altura en actitud y esfuerzo, todavía no le agarran bien la onda a esto de aprender del profesor en clase y responder exámenes en papel (y tal vez el profesor tampoco le agarra bien la onda a precisamente lo mismo). Estoy seguro de que para la siguiente evaluación estaremos a la altura del hecho. Sin embargo, aprovecho la oportunidad para agradecer a todas las personas que no desaprovecharon la oportunidad para felicitarme por mi diablo. Mis estudiantes de licenciatura, maestría, mis compañeros de trabajo, mis amigos, mi familia… vamos, pasé como 4 días comiendo pastel sin riesgo a exagerar. Fue bonito saber que tantas personas se acordaron de mí.

            El resto del mundo, lamentablemente, no dejó de girar. Estos días han estado marcados por terribles hechos, así que vamos a revisar unos cuantos, desde lo internacional a lo más local, si me lo permiten. Empezamos con la guerra en Ucrania, que la cosa cada vez se pone peor. La semana pasada anunciaron en Rusia que conscribirían a 300,000 hombres rusos (el anuncio dice exclusivamente hombres) para luchar en el frente con Ucrania, lo cual ocasionó que más o menos esa misma cantidad de hombres emprendieran el éxodo. El presidente Putín anunció que los 4 territorios ocupados por sus fuerzas se anexaban a su país, y vamos a ir viendo cómo avanza la cosa. El presidente Zelenski solicitó membresía de urgencia a la OTAN, y para la hora que escribo este texto, la ONU ya había anunciado que tal acción viola tratados internacionales. ¿Será por fin el inicio de la 4ª Guerra Mundial?

            En un hecho internacional, aunque tiene más relevancia científica que política, el quarterback de los Dolphins de Miami sufrió dos conmociones cerebrales en el espacio de cinco días. La primera fue el domingo en el partido contra Bills, un linebacker de dicho equipo empujó al jugador dos segundos después de haber terminado la jugada. Se debate al respecto de si la acción merecía la falta, pero por las consecuencias de este, se dejó de discutir al respecto. Tua Tagovailoa se golpea la parte de atrás del cráneo contra el piso, no se puede sostener en pie y debe de abandonar el campo con la ayuda de sus compañeros. Lo sorprendente es que 20 minutos más tarde, reaparece el buen Tua para asegurar la victoria contra los Bills. Cuatro días más tarde, los Dolphins vuelven a ocupar el campo en contra de los Cincinnati Bengals, y otro linebacker tiene a bien a azotar el cuerpo de Tua contra el piso, lo cual le vuelve a ocasionar una segunda conmoción que le hace engarrotar las manos, evidencia de que el jugador ha sufrido daño neurológico. Se cuestiona la aplicación de los protocolos de la NFL ante tales situaciones y el hecho de que el jugador no sólo regresó al primero juego 20 minutos después del primer hecho, lo dejaron jugar en el siguiente evento 4 días más tarde. ¿Recuerdan cuando le rompieron la rodilla a Tom Brady?

Todo esto mientras el estado de Miami se veía azotado por el peor huracán que ha sufrido en la historia contemporánea, devastando comunidades enteras. Los videos de los sobrevuelos de tales territorios son desoladores, y los reportes indican que tomará varios años reconstruir toda la comunidad. Tal cosa me hizo pensar en el glaciar del fin del mundo y el hecho de que Florida quedará completamente bajo el agua para antes de 2040, tal vez sería una buena idea empezar a reubicar a todas esas personas.

            Ya en la escena nacional nos encontramos con que Latinus encuentra que un grupo autodenominado Guacamaya ha penetrado la seguridad de los servidores de la Secretaría de la Defensa Nacional y extrajo varios teras de información, entre los cuales se encuentran documentos sensibles que contienen información sobre varias operaciones militares, políticas, y hasta la salud del presidente López. Extrañamente, el pelmazo en turno decide no desmentir la información presentada en su contra (cosa poco habitual, hubiera esperado que dijera que era un montaje y además súmenle que la información viene de Latinus), sino que acepta algunos de los hechos y confirma que se encuentra mal de salud. Primeramente, apreciado lector, debe usted de considerar que el señor tiene la edad de 65 años, y parece un individuo de por lo menos 10 años más. La salud del presidente es un tema fundamental de seguridad nacional, y el hecho de que lo hayan escondido significa una gran traición a la confianza del pueblo. ¿Recuerdan cuando le dio covid y salió con un abrigo largo de color negro? Cantidad de médicos y especialistas sostuvieron que era evidente que mister López escondía en el abrigo un cateterismo, cosa que se viene a comprobar un año más tarde. ¿Es sensible usted a la gravedad de la salud del presidente y a la gravedad de haberle escondido al pueblo bueno y sabio que su mesías ya anda colgando los tenis?

            Aterrizando en el glorioso estado de Morelos, ¿a quién creen que entambaron? Resulta que el exalcalde de Cuernavaca, un hombre de apodo “Lobito”, lleva casi todo el año evadiendo las audiencias a las que se le convoca en los juzgados. Esta semana tuvo la ocurrencia de fingir un accidente de tránsito en el que se le traslada en ambulancia a un hospital cercano al parque Chapultepec, y manda a su abogado a gestionar la audiencia mientras él es atendido en el nosocomio. Algunas horas, y poca paciencia por parte del juez más tarde, arriba un comando de policías estatales a llevarse al Lobito a Atlacholoaya, donde descansa desde antier, me parece. Las notas indican que son cerca de cien los millones de los que no se sabe a dónde fueron a parar, y que están implicados también varios regidores. Con gran amargura recuerdo que el último bimestre de tal administración se modificó el sistema de pago del SAPAC de tal manera que sólo se podía pagar en efectivo, a ver si por ahí también se dan una vuelta para saber cuánto efectivo se desapareció en la medida de lo posible.

            Ya para ir cerrando, estos días nos dieron varios sustos en la gloriosa Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Resulta que en varias ocasiones se avisó de una amenaza de bomba, y en una ocasión incluso se detonó un dispositivo compuesto de ácido muriático y aluminio. Inicialmente, todo parecía que era un grotesco ejemplo del mal gusto de un puñado de estudiantes que preferían sacudir a la comunidad que ponerse a estudiar, pero luego pasó que un importante número de escuelas de la UNAM se fueron a paro. El pliego petitorio me parece algo pintoresco, y diría que varias de las peticiones de los estudiantes se deberían de resolver con facilidad. Sin embargo, no se ha anunciado gran cosa al respecto, esperemos al lunes a ver si se pospone el paro, o si más universidades sufren situaciones complejas. Ya ve usted que se acerca el final de semestre y el rescate de las 15 universidades en situación precaria, y dadas las condiciones de salud del preciso, es posible este año que no alcance el dinero para rescatarlas a todas.

            Por lo pronto yo pienso pasar el fin de semana actualizándome con el estreno de Andor, estelarizada por Diego Luna y que cuenta la historia de Cassian Andor y su camino por convertirse en uno de los líderes de la Rebelión; y por el otro lado mi novia me tiene viendo una serie que cuenta la vida de María Félix, cuento que nunca me ha interesado mucho, pero cuya realización encuentro bastante lograda. Al final del día, como dice Jamie Lannister en el  final de la primer temporada de Game of Thrones: “las cosas que hace uno por amor”.

            Así que como siempre, apreciado lector, si no tiene a qué salir le ruego no lo haga. Parece que el clima va a mejorar, así que tal como indican las autoridades de la ciudad, si no tiene por qué estacionar su coche en la calle, le ruego no lo haga. No vaya a ser que usted lo ocupe y al salir, ya no lo encuentre. Porque en Cuernavaca la inseguridad no ha muerto, pero me voy a dormir en la banqueta a ver si por fin ya se llevan mis llantas.