Cuando sea demasiado tarde… - Same sh*t, different a**hole.
En opinión de Gabriel Dorantes Argandar
Buen día, apreciado lector. Debo informarle que esta semana la terminamos con el bienestar grandemente reducido. La cosa se está yendo para el rancho del López a ritmos acelerados, literal y figurativamente, con el gusto de una niña que brincotea por la pradera con su canasta en el brazo. La cosa anda crespa, me alegra que pueda usted venir por estos lares, pásele a lo barrido, pero lamento tener que decirle que no le tengo muy buenas noticias.
En lo personal la cosa va bastante mejor, me reconecté con quien posiblemente es el amor de mi vida y pues a veces no queda de otra que seguir para adelante. Ando como que medio floto, y es lo único que me calentó el alma esta semana. También he hecho esfuerzos sobrehumanos por separarme un tantito de la chamba, empiezo a descubrir que ya no tengo veinte años. Además, temía que las tormentas eléctricas fueran a estropear mi Centro de Mando, por lo que trataba de desconectar mis aparatos en cuanto escuchara el primer tronido, que suele caer sobre las 5 o las 6 (ya ve usted que el VP ya no me quiso renovar el contrato y me tuve que cambiar de casa), que es más o menos la hora que se supone que tendría que terminar mi jornada laboral (ya ve usted que la letra no entiende de tiempos). Pues no, esta mañana, cuando inicié los sistemas del Centro de Mando, el Centro de Mando no pudo iniciar sus sistemas. Su silencio fue, literalmente, sepulcral. Larga vida al Centro de Mando. Ahora voy a tener que dejarme otros veinte mil pesos en una computadora nueva que tenga las capacidades que mi trabajo requiere (¿creerá usted que no es poca cosa?) porque, por supuesto, la tía Mula ya me expresó verbalmente que no tiene la más mínima intención de apoyarme con equipos nuevos (“si quieres buenos equipos, trae los tuyos”). La laptop en la que estoy trazando estas líneas me la pagó la Secretaría de Educación Pública a través de su Programa de Desarrollo del Profesional Docente, por ahí de 2016 (y tarda cuarenta y cinco minutos en prender y a veces cuando prende no prende la tarjeta del wifi, entonces hay que reiniciarla), y el Centro de Mando lo pagué de mi bolsillo en pandemia. Supongo que puedo estar así una semana, pero poco más. Qué lamentable que mi universidad no sea capaz de apoyarme con equipos dignos. Habrá que descender a los barrios bajos de la tecnología para atender a mi Navegante. Sobre todo, ahora que pienso hacer una segunda Maestría. Me pondré mi chamarra de Bladerunner para la misión, hasta la lluvia ayuda a crear el ambiente.
Mi país se está muriendo. Están modificando a saber cuántas leyes y estatutos para poder reelegir al López. Una vez que esté instalada la Claudia, van a permitir que regrese el López, porque el pueblo quiere que regrese el López. Mis columnistas favoritos (porque yo no juego en las ligas mayores) están que trinan al respecto. No voy a mencionar nombres porque más de uno se excedió en sus textos, lo que para mí demuestra lo enfadados y desconcentrados que están por la situación. ¿Se acuerdan de que dije que iban a hacer un Juanito? Yo digo que México se va a unir a lo que yo llamo la liga bolivariana de neocomunismo. Ahí junto a Evo Morales, Nicolás Maduro, Daniel Ortega, Alberto Fujimori, y demás personajes selectos, va a encontrar usted a Andrés Manuel López Obrador, y eso que él decía que iba a ser el mejor presidente de la historia de México. Todo el mundo se lo creyó, y se lo sigue creyendo. Supongo que el nuevo orden mundial va a tener un bloque de países que regresan del tercer al segundo mundo, y no estoy muy seguro de que sea algo bueno. Más bien tendríamos que estar pensando las cosas en términos nuevos, cosas como “izquierda y derecha,” y “primer y tercer mundo” ya no aplican a la realidad actual.
Eliminaron de un plumazo a saber cuántos organismos autónomos, se quedaron con literalmente el carro completo, reformaron al poder judicial para poder deshacerse de la Ministra Piña, que no quiere obedecer a milord López. Pusieron a Fernández Noroña como presidente del Senado de la República, ¿cuántos favores cree usted que le están pagando a ese perro con semejante hueso? Todavía le queda un mes al sexenio. ¿Hasta dónde cree usted que vamos a llegar? La cosa todavía se va a poner peor, antes de que se ponga mejor (si es que se va a poner mejor). Por eso como siempre, abrace usted a los suyos y si no tiene a qué salir le ruego no lo haga.
Porque México está a dos de morir.