Cuando sea demasiado tarde… - Los otros héroes.

En opinión de Gabriel Dorantes Argandar

Cuando sea demasiado tarde… - Los otros héroes.

 

            Conozco a muchos médicos. Bueno, tal vez diez o veinte, pero creo que tengo una perspectiva moderadamente clara sobre el riesgo que el personal de los servicios de salud y del mundo están viviendo hoy en día. Ellos son la primera línea de defensa con la que el resto de nosotros contamos, para bien o para mal. Ellos son los que viven la realidad de la carencia de suministros que padecen los hospitales, de las incongruencias burocráticas de los servicios de salud, de las mafias del poder entre el personal administrativo, los sindicatos y las figuras de poder. Una de las personas más importantes en mi vida es médico, y me queda claro que jamás seré tan grande como esa persona.

            Sin embargo, esta contingencia me ha dado la oportunidad de observar que también hay otros héroes. Paradógicamente digo “observar”, porque llevo tiempo escudriñando las redes sociales para enterarme de lo que ocurre allá afuera, y hoy más que nunca he estado al pendiente de noticias y eventos que ocurren en todas las esferas de la interacción de Urie Bronfenbrenner. Son varias las manifestaciones que he realizado de lo mucho que me gusta estar encerrado, pero a veces para enterarse de las cosas hay que salir a la calle. Creo que hoy en día, las redes sociales nos han dado esa ventana al mundo sobre los hechos que acontecen, y es preciso que no desaprovechemos la oportunidad de explotar las herramientas con las que contamos.

            Soy del puñado de personas afortunadas que ha podido guardar la cuarentena casi íntegramente (¡gracias UAEM!). Hace como 15 días saqué la camioneta y le di la vuelta a la manzana, me preocupa que se descargue la batería y/o se le peguen los baleros. Eso es lo más que me he aventurado al mundo real en las últimas cinco o seis semanas, tal vez siete. Sin embargo, he atendido la reestructura del plan de estudios de la Licenciatura en Psicología, la reestructura y reacreditación del plan de estudios de la Maestría en Psicología, he alcanzado niveles insospechados de producción académica y científica, he impartido mis clases y he estado al pendiente de los procesos académico/administrativos de varios estudiantes, y de alguna manera he podido dedicarle horas al Dark Souls 2 y a jugar con mi perro. Los tres estamos encantados.

            Todo esto es gracias, en gran medida, a la plantilla administrativa de la UAEM. Desconozco cómo se han organizado, pero la catorcena se recibe a tiempo, no ha habido problema con los vales, hasta los estímulos a la producción están llegando con mayor prontitud que en años anteriores. Me he encontrado inmerso en una comunidad que ha aprendido a poner su granito de arena desde su trinchera, y casi todos hemos trasladado nuestras trincheras a casa. Enhorabuena por la rápida y eficiente organización que los servicios administrativos han alcanzado, y tengo entendido que todavía le van a subir dos rayitas.

            También es gracias a un selecto grupo de individuos que se dedican a escudriñar las calles. Empezaré la mención con los periodistas, que no mencionaré a ninguno para no manifestar preferencia, pero tengo entendido que ya sufrieron su primera baja. Una de las maneras que hemos podido estar al pendiente de lo que ocurre es porque estas personas están en la calle alimentándonos con información, y al mismo tiempo exponiendo sus vidas y las de sus familias. Otro grupo importante es la mensajería. He podido resolver algunas pequeñas contingencias gracias a que hay personas que siguen asegurándose de que las cosas que desean cambiar de sitio, lo puedan hacer sin mayor complicación. Pedir comida a casa, pedir el super a casa, pedir un libro o un paquete para poder seguir trabajando. Nada de eso se podría hacer si no hubiera personas que adaptaran su modus vivendi a las circunstancias actuales, apechugando los riesgos que ello conlleva.

            Muchas gracias a todos. Siento una gran esperanza de que, así como sobrevivimos las particularidades vitales de los últimos 3 o 20 años, creo que vamos a sobrevivir esta también. Si no tienen a qué salir, la idea es quedarse en casa. Si usted va a salir, le ruego lo haga con la mayor cantidad de precaución posible, y para algo que sea verdaderamente crucial. Así, todos podremos estar agradecidos con todos, y juntos encontraremos un nuevo futuro para nosotros.