Cuando sea demasiado tarde… - Autonomía: la Guerra contra la Clase Media.
En opinión de Gabriel Dorantes Argandar
La autonomía universitaria se alcanza en 1929, cuando el presidente Emilio Portes Gil promulga la Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México, la máxima casa de estudios del país (Díaz-Barriga, 2004; Salmerón, 2011). Ahora, casi a punto de celebrar el centenario de uno de los logros más grandes de la educación pública en México, la administración del presidente López busca desarticularla de diversas maneras. La universidad pública es una comunidad en la que sus diferentes elementos se cohesionan con un fin fundamentalmente intelectual, de tal manera que las diferentes disciplinas pueden interactuar entre sí, y para ello depende determinantemente de la autonomía (Marsiske, 2018). El propósito de la autonomía es mantener como prioridad a la ciencia por encima de todo, no a los intereses políticos y públicos que puedan estar relacionados con la administración de los recursos y bienes que son propiedad del Estado.
La universidad pública autónoma de México es un en sí un organismo descentralizado del Estado, tiene personalidad y patrimonio propios; no depende de ninguno de los tres poderes tradicionales (Marsiske, 2018), de ahí que es autónoma. Si los poderes del Estado estuvieran involucrados en la gestión y administración de las universidades públicas, irremediablemente implicaría el uso de estos para fines necesariamente políticos. ¿Qué pasa con las entidades que sí se encuentran centralizados? Lo mismo que pasa con todas las aristas del aparato de gobierno: sirven a los intereses políticos, al grado que hoy en día más de hablar de crimen organizado, hablamos de gobierno desorganizado. El violentar la autonomía implica dar entrada a los poderes para influir en la administración y la toma de decisiones que deben tener como fin la producción y distribución del conocimiento. Al parecer, esto es contrario a los ideales del presidente López: ¡que las universidades pierdan sus privilegios! Es aquí donde se concentra la clase media, ahí donde está la gran necedad de reconocer que las prioridades del pelmazo en turno tienen la intención de mantener al pueblo bueno y sabio en la completa oscuridad de la ignorancia.
Es por esta razón que desde el principio trataron de borrar la autonomía de la Constitución (Guzmán, 2018, diciembre 13), fue de las primeras cosas que se trataron de hacer en este sexenio. Le señalo tres hechos que sostienen mi argumento sobre la guerra contra la clase media (supongo que con la idea de hacer menos pobres a los pobres y más ricos a los ricos, no hay neofascismo sin ideas socialistas): (1) un grupo de porros organizó a los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México a que declararan paro de labores porque “no se le estaba pagando a los profesores”, cosa que terminó en que casi se pierde el año escolar, cosa que no se comentó en las noticias; (2) la adjudicación ilegal por parte del gobierno de Puebla de la Universidad de las Américas, Puebla, tratando de disolver el patronato e imponiendo otro a modo, a las órdenes del gobernador; y (3) un nuevo intento por imponer un contralor dentro de nuestra universidad con el fin de ponerla de rodillas y al servicio de un gobierno que está a un sexenio de la anarquía absoluta.
El glorioso Estado de Morelos se está cayendo a pedazos. Hay hasta 10 asesinatos diarios, la semana pasada entró un comando armado a un partido de futbol y rafagueó a los que ahí se encontraban. ¿El resultado? 7 muertos y otro tanto de lesionados. Todos los días salen bolsas con porciones de individuo debidamente empaquetados. Los legisladores son los primeros en pasarse la ley por el arco del triunfo, y priman los intereses políticos por encima de la legalidad y el bienestar. La educación es lo único que le queda a la clase media para mantenerse a flote. Desde sexenios atrás, la clase política ha tratado de transformar la provisión de educación en una especia de sistema de adiestramiento en el cual le enseñamos a nuestros jóvenes a tirar de una palanca con gran habilidad, sin que se cuestione cuál es el propósito de tirar de dicha palanca, ni cuáles son sus efectos y resultados. La educación está muriendo, y cuando se vaya, se va a llevar a más de la mitad de la clase media. Se supone que, nada más derivado de la pandemia, el nivel educativo del país se ha retrasado un año. Tal vez con una ayudadita pueda conseguir el pelmazo en turno que sean dos, y así servirse mejor del pueblo bueno y sabio.
La autonomía no ha muerto, y será cosa de convertir el centro de la ciudad en un gran estacionamiento para mantenerla viva.
Diaz-Barriga, A. (2004). Autonomía Universitaria. Orígenes y Futuro en la Realidad Mexicana. Revista de Educación Superior. 33 (129), 41-48.
García-Ramírez, S. (2005). La autonomía universitaria en la Constitución y en la ley. Perfiles Educativos. 30 (119), 104 – 106.
Guzmán, S. (2018, diciembre 13). Iniciativa educativa de López Obrador propone desaparecer autonomía universitaria. El Financiero. Disponible en línea: https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/iniciativa-educativa-de-lopez-obrador-propone-desaparecer-autonomia-universitaria-pan/ Consultado 09-07-2021 17:00
Marsiske, R. (2018). La Autonomía Universitaria en México: Historia y Desarrollo. Integración y Conocimiento. 8, 151 – 166.
Salmerón, L. A. (2011). Autonomía Universitaria. Relatos e Historias en México. 35. Disponible en línea: https://relatosehistorias.mx/nuestras-historias/autonomia-universitaria Consultado 07-07-2021 21:00.