Columna Desde la Torre - Ma Licha ¡hasta pronto!
En opinión de Roberto Enrique Rodríguez Guerrero
El pasado 4 de enero, cerró sus ojos Doña Alicia Rodríguez Hernández, la gran mujer, empresaria con visión humanista, se fue a la Gloria de DIOS, que le tenía reservado un lugar especial, un legado difícil de superar, no solo fue la fuente de inspiración de la familia, sino que para todo el municipio de Tepoztlán, recordada como una luchadora socia ejemplar, con ánimo para hacer de Tepoztlán, uno de los pueblos mágicos de México, su constante batallar lo tendrán presente las generaciones presentes y venideras, lo agradecerán eternamente; ejemplo de una cultura de esfuerzo, para de salir ante cualquier adversidad, superándolas con trabajo y honestidad, poseedora de un dechado de virtudes, esencia que sus hijos abrevaron durante décadas, para alcanzar las grandes metas que se fijaron. Muy joven atiende el llamado de Doña Silvia Hernández su mamá, nuestra querida madre “Mamá Silvia”, (nos amamantó, crio y educó con palabras suaves y dulce mirada), era famosa por su extraordinario sazón, alimentos tradicionales de la comida mexicana, con aquellas tortillas hechas a mano, que calientitas, salidas del comal, indispensables para hacer parte de los ingredientes principales, como su olla de frijoles negros con epazote, que con crema y queso de rancho, acompañadas de una salsa molcajeteada, un rico manjar. Ahí fue donde Ma Licha aprendió a cocinar los huauzontles, las calabacitas rellenas, los exquisitos chiles rellenos en caldillo de jitomate, las tortas de papa, los inigualables chilaquiles con huevos montados, las sopas de lentejas, de haba y de tortilla, etc., utensilios de barro y madera, de la cultura prehispánica estaban presentes para que la comida con el sazón mágico de Ma Licha, tuvieran un sabor inigualable, características que le permitieron en el mundo restaurantero alcanzar un nivel 4 de promedio de calificación, que supera en mucho a los que se dicen de 5.
La historia de Ma Licha es digna de encomio, con la visión y coraje emprendió la construcción de la primera etapa del restaurante Los Colorines ubicado en la avenida del Tepozteco número 13, frente a la iglesia de la Santísima Trinidad, fue consolidando hasta ser un punto de reunión importante para el turismo nacional e internacional. Tenía a su lado un gran equipo de colaboradores visionarios e inteligentes, sus hijos Luis, Cecilia, Patricia, Carmen, Mónica, Genoveva y sin dejar de mencionar la gran aportación en la elaboración de los alimentos de aquella joven bonita “Chica”, que fue aprendiendo la magia de la buena sazón. Tiempos aquellos, inicios difíciles, cuando me tocaba ir al mercado a la compra de rábanos y los germinados o brotes, que en un pocillo se les ofrecía como entrada en la espera de los alimentos que ordenaban, mis hijos Roberto y Carlos, ayudaban como meseros los días domingos.
El ejemplo de Ma Licha y la familia, fue el detonante de que se abriera más la brecha para la instalación de más restaurantes, hostales y hoteles, locales para la vendimia de artesanías elaboradas por tepoztecos, las miniaturas de pochote, espacios de las casas para acondicionarlos para estacionamiento, actividades comerciales que fueron acompañadas de las tradiciones, como, la danza de los moros y cristianos, “el reto del Tepozteco” , el carnaval, con su brinco del chínelo, o el día de “Muertos”, Tepoztlán una cabecera que siempre está de fiesta.
Este fenómeno social de Ma Licha, no quedo en el ámbito empresarial, ideas y activismo, fundó con varias personas de Tepoztlán “la Mujer Tepozteca”, que jugó un papel muy importante para hacer que se respetara la voluntad de sus habitantes, aquellos días duros de 1994, iniciaron los encuentros con el candidato del gobierno en el poder que visitaba Tepoztlán para realizar su campaña electoral, a quien le expusieron su sentir en voz de la Licenciada Cecilia Meza Rodríguez (hija de Ma Licha); no les escuchó y desde ese momento sellaron el destino de quien fuera años más tarde depuesto como mandatario estatal.
En su administración, envió a su segundo a sostener pláticas con unas treinta personas representantes del municipio, las citó a desayunar en el “faisán de Cuernavaca”, a las 8 de la mañana, dieron las 11 y no se presentaba, unos instantes después con puro en mano, con aire de perdonavidas, se sentó con la comisión de tepoztecos, encabezados por Ma Licha, pusieron a su consideración peticiones para la construcción del Club de Golf en Monte Castillo, que si no se cumplían diera por hecho la cancelación del proyecto. Sin dejar su pose, el segundo del mandatario, les dijo que con ellos o sin ellos el Club de Golf, en 280 hectáreas, de los comuneros de Tepoztlán, se empezaría a construir. Si más se retiró de la frustrada reunión, ahí inicia el vía crucis de esa administración que no fueron capaces de reordenar el proyecto para evitar cambiar el argumento de que el Club de Golf, causaría severos daños que traería como consecuencia para el medio ambienten de la zona, cerraron caminos, hubo terrenos que nunca fueron enajenados. En el transcurso de esta lucha uno de los negocios de Ma Licha, Los Colorines de Cuernavaca, fue clausurado con la finalidad de presionarlos para que abandonaran la disputa.
El segundo del gobernador no debió ser comisionado para solucionar el problema, en su mente habitaba la desgracia en el Barrio de San Miguel, de esa comunidad, un familiar cercano se suicidó, con él tuvo que batallar Luis Meza Rodríguez, quien, a base de tesón y valentía se enfrentó con la ley en la mano, para exigir la apertura de su negocio en Cuernavaca, finalmente al no tener ningún fundamento la clausura, fueron levantados los sellos. Esto se da, cuando dos emisarios que envío el mandatario estatal, al entrar a la cabecera municipal, los llevaron al palacio municipal donde durante un buen tiempo los retuvieron, temieron lo peor, ya que los tepoztecos son de una particularidad muy especial, que pudieron haberlos linchados, pero inteligentemente los líderes de la resistencia, vislumbraron que el proyecto del gobernador había fracasado, ni con todo el oro del mundo los haría retractarse en su negativa, y así fue.
La última y nos vamos: Cuando me dieron la noticia de un grave padecimiento que me aqueja, ese día era un lunes, sin programar Ma Licha, me vio en el exterior de la UNITER, iba acompañada de mi sobrina Carmen, no mencioné mi padecimiento, me saludó con mucho gusto, me dijo “todo está perdonado y recibe mi bendición”, la abracé y besé su mano, fue la última vez que la vi, cada lunes visitaba Cuernavaca. Hoy reposa, descansando en paz la gran mujer guerrera Ma Licha, es y será un modelo de inspiración, su semilla germinó tanto que traspasó las fronteras de su hábitat, estará en el panteón municipal de la tierra que tanto amó, su mausoleo es prueba vigente de su legado, su grandeza con mucho amor será recordada. Ma Licha una mujer de bien, inmortalizada e imitada, surgirá en una generación de gente bien nacida. Reciban un fuerte abrazo solidario para: Luis, Cecilia, Carmen, Patricia, Mónica y Genoveva, así como para toda la familia y amistades.