Casos y Cosas de Morelos… a mano alzada

En opinión de Sergio Dorado

Casos y Cosas de Morelos… a mano alzada

Nada más imagine usted, estimado y único lector, hacer lo contrario. Imagínese usted a sí mismo, por ejemplo, con escoba y recogedor en mano, juntando la basura del primer peldaño para depositarla después en el segundo, e ir así sucesivamente vaciándola hasta llegar al último peldaño. Yo sería el primero en reprochárselo, estimado amigo, aunque sea usted mi lector y el único, y disculpe usted mi indolencia, porque incluso tentado estaría en usar la palabra común de mi pueblo, que es pendejo, pero la reputación del periodismo, usted sabe…, entiende..., ¿no es así? Buen chico usted, ¡caray!

Por unanimidad, estamos de acuerdo con el presidente, no hay manera de refutarlo. Sí es más fácil barrer una escalera de arriba hacia abajo, además de rápido, para mayor ventaja.Haciéndolo así, como lo recomienda el presidente, hasta la gravedad ayuda, pues según la Ley de Newton es mejor dejar caer algo que subirlo cuesta arriba con pujido extremo. ¡Guau! Hasta su lado científico tiene la elucubración, ¿ve usted?

Pero dejémonos de retruécanos y distracciones y vayamos al meollo del asunto, que es el de la metáfora de campaña que Andrés Manuel López Obrador pregonópor los pueblos empolvados de México: “Es más fácil barrer la escalera de arriba hacia abajo”. Y los chairos y los medio chairos se fueron a la cargada y embarazaron las urnas con AMLO.

En la época del unánime significado de fifí, es decir al principio de los tiempos históricos de la 4T, que se entendía como ser extra súper millonario, calculé que la cúpula era el último escalón de abajo hacia arriba, por donde, según mi entender de fifí pardo, debió haber empezado la enjabonada contra la impunidad, si me avala usted otra metáfora de ternura dedicada a la familia Siudae. Porque en palabras llanas, y dentro mi poco entender –y claro, solamente a ojo de buen cubero-, la sanción debióhaber empezado con Enrique Peña Nieto en vez de Emilio Lozoya Austin, ex director de PEMEX, quien es apenas un tercerón en el organigrama del crimen organizado de cuello blanco. Aunque también, para ser objetivo, hay que reconocer a Lozoya como fifí de pedigrí original con prestidigitaciones extraordinarias y habilidad experta para cometer ronchísima instantánea.

Dicen las lenguas bípedas de la colonia, por otra parte, y según el diccionario cívico de la Presidencia y otros enigmas semánticos, que los fifíes, o mejor dicho un tipo de fifíes, son seres parduzcos e indefinidos, más bien feos y sin chiste; aunque buenos para reproducirse en significado, los canijos; sin llegar tampoco al hedonismo extremo, no hay que exagerar, no son tan perversos.

En fin, dicen que si se les pregunta a mano alzada en la Plaza Emiliano Zapata Salazar de Cuernavaca, justo en el Centro Histórico donde Maximiliano II acribilló a dos líderes sindicales hace días, hasta la Gaviota alzaría la mano, y sumados todos con ella votaríancon gusto por la metáfora dedicada a los Suidae. Incluso un machetero promete pedir la troca al patrón de la constructora para levantar fifíes de todo tipo por la calle el domingo de la consulta, aunque en este caso sin ningún peligro de extinción por levantón.

Incluso se atreven a aseverar, los canijos –o sea los fifíes underground de México, ya ve usted que en ese sub mundo apenas si hay luz y modales cívicos-, que de no cumplir con su promesa, no volverán a votar por AMLO nunca más en la vida.