Caricatura Política - Presea áurea a Nadxieelii Carranco
En opinión de Sergio Dorado
Y un apretado “¡Chíquiti bum a la bimbomba; chíquiti bum a la bimbomba; a la bio, a la bao a la bimbomba; México, México, rarara!” para los atletas aztecas, que en los Juegos Panamericanos de Perú 2019 se distinguieron casi casi como los cárteles criminales de México; en cuanto a presencia en los medios, me refiero. ¡Cálmese! No se escandalice usted, por favor, estimado y único lector; ya ve que con frecuencia los chismes amenazan con esparcirse para abollar reputaciones ajenas, y esta no es una telenovela de Televisa. Disculpe usted, sin embargo, mi reiterada remisión, pero ante todo, el deporte contra las adicciones dañinas.
Como siempre los pinchis gringos se quedaron con el primer lugar en las preseas áureas de Perú 2019. Se impusieron con 120 medallas de oro contra 55 del segundo lugar, que fue Brasil. México se ubicó en el tercer sitio con 37 áureas, lugar que no ocupaba desde hacía tiempo en la historia, allá por la década de los cincuentas, si no estoy mal. Por los resultados en Perú 2019, la hazaña mexicana es un triunfo dentro de tantas derrotas que en su justa medida se debe celebrar.
Y por ello el presidente reconoce al deporte mexicano como glorioso y les regala la venta de la casa del chino del que siempre olvido su nombre; y bueno, no hay tiempo para la investigación. Pero para que usted lo identifique en pleno, fue el hombre de ojos rasgados al que le encontraron una recámara repleta de billetes de dólares del piso al techo. Por castigo sumario, lo de la venta del patrimonio asiático mal habido, va para los deportistas de Perú 2019. Una beca merecida con veinte mil pesos mensuales para que sigan ejercitándose sin hambre y con ahínco, en preparación para la próxima olimpiada. Además de premios adicionales para medallas de oro, plata, bronce, y entrenadores.
Y qué mejor escenario de Mañanera donde la ex corredora Gabriela Guevara pasó al podio del sermón gubernamental a aplaudir a los atletas aztecas, no sin antes condecorar a Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, en un acto de premiación que pareció inesperado. Y así, la “Gaba” Guevara, la pierna más fuerte y ancha dela región del Águila y la Serpiente, se echó una sucinta pero honrosa apología deportivadedicada a México, donde incluso trató de“tú” al presidente –para posible escándalo de los extintos fifíes de antaño-, y le otorgóla medalla de plástico áureo referida al cabecita de algodón por tan significativo apoyo al deporte mexicano.
Lo que pasa es que mi estimado y único lector me envió un e-mail de cuño urgente y hasta bronco al respecto, como si yo fuese el culpable. Pregunta ahí filudo el estimado que qué apoyo gubernamental recibieron los atletas mexicanos para volverse competitivos de bote pronto, que si fue oración divina o de verdad el apoyo económico del presidente fue crucial al éxito del deporte azteca, y que si quien esto escribe también recibirá beca deportiva aunque tenga la panza más cervecera del barrio norte, con tal de que ensalce el hecho con fanfarrias apologéticas. (¡Mamón, mi estimado!).
Y se atreve todavía, el muy méndigo, y como corolario de la calumnia, a ironizar que si fue por el lado de la religión obradorista la que hizo el milagro en Perú, qué diablos esperan en gobierno. Que de inmediato apliquen la fórmula mágica para capar a la criminalidad de raíz, y ya sin gene culero en el mundo, se extinga la maldad por seculaseculorum–latín secular obligado para darle un poco de aire al esqueleto dela antigüedad lingüística, raíz de los romances más apasionados de un amor chueco pero sabrosón, ¡me cai de madre!
Como sea, y para desteñir el brío de mi estimado y único lector que traigo como lapa en el cuello, síque se presta la celebración al desempeño mexicano en Perú 2019, pero no por el apoyo virtual del gobierno federal que dice la “Gaba”, sino por los huevos u ovarios individuales de los deportistas, que con su propia penuria, ponen la dignidad y el tesón al frente, y lo muestran con triunfos destacados, independientemente de las nuevas becas que López Obrador otorgará próximamente al deporte mexicano.
Y ya de refilón añado, que en Morelos se habría de otorgar una áurea anual a las lamentaciones otorgando la primera a Nadxieelii Carranco Lechuga, encargada de las víctimas de Morelos, que ya van para mil en el año 2019. Ante todo por la frescura del apellido, pero también porque la “lamentación” se ha vuelto la emoción favorita y más recurrente del gobierno del estado. La susodicha dice que está compungida pero cruzada de brazos por falta de apoyo presupuestal, argumento creíble pero no propio de la institución de Nadxieelii, sino de toda la suerte del país y del estado de Morelos; pero bueno, ella siendo mujer, quizá políticamente sea bueno contrarrestar la opinión y molestia morelense por la niña de 6 años recién violada y asesinada en la Carolina, a pesar de la dichosa Guardia Nacional que Cuauhtémoc ansiosamente esperaba desde la banca de Palacio de Gobierno. (Mejor ya debiera dedicarse a la “cáscara”).
Ahorita, a toro pasado, el gobernador, el congreso, derechos humanos, la mamá de Batman, Caperucita Roja y toda la cúpula de poder lamenta y lamenta las víctimas, mientras el pueblo la mienta, la mienta y la mienta, pero sin resultados.Y sin embargo, veo a Cuauhtémoc sin corbata pero con el ceño fruncido, colgándole la medalla a Nadxieelii con laureles y el himno nacional reformado de fondo: “Mexicanos al grito de fiesta, el acero aprestad y al bribón, y re tiemble en sus antros Morelos al sonoro rugir bien cabrón”.