Baja California, la forma es fondo
En opinión de Lucía Meza
Las polémicas reformas al artículo octavo transitorio de la Constitución del Estado de Baja California, deben resolverse por cualquiera de las vías, a fin de salvaguardar el Pacto Federal, el Control Constitucional y el Sistema Democrático de nuestro país, que quedaron vulnerables frente a esa modificación.
La forma es fondo y efectivamente ampliar de manera inconstitucional el ejercicio del gobernador Jaime Bonilla de dos a cinco años, tiene como único objetivo quedarse más tiempo, por el cual fue elegido para ocupar el cargo.
De acuerdo a la convocatoria lanzada al pueblo de Baja California por el órgano electoral de esa entidad federativa, fue para elegir gobernador por dos años, con base a la Constitución Política del Estado vigente en esos momentos.
Es decir, el pueblo de Baja California salió a las calles y participó en las elecciones del pasado primero de julio. La mayoría de ese mismo pueblo decidió y otorgó la confianza a Jaime Bonilla para gobernar el Estado a partir del próximo primero de noviembre de este año y hasta el 31 de octubre del 2021. Sólo dos años.
El propio Jaime Bonilla candidato electo de Morena promovió, previo a las elecciones, un recurso jurídico ante el Tribunal Estatal Electoral de Baja California para que la elección del gobernador fuera por seis años. En primera instancia los magistrados electorales estatales le otorgaron la razón.
Sin embargo, los magistrados del Tribunal Federal Electoral revocaron el fallo de los magistrados electorales de Baja California, por lo que quedó confirmado que el gobernador que fuera electo de las elecciones del primero de junio de este año, duraría en el cargo sólo dos años.
Por lo tanto, no habría razón alguna para modificar la Constitución y ampliar el periodo de la gubernatura de dos a cinco años. Los tiempos y momentos habrían quedado ya rebasados.
No obstante, y una vez de haberse realizado las elecciones y de haber elegido gobernador por dos años, los diputados del Estado de Baja California, modificaron el artículo 8 transitorio de la Constitución de ese Estado para imponer por tres años más al gobernador electo. La forma es fondo.
El transitorio en referencia decía originalmente:“El gobernador electo en el proceso electoral de 2019, iniciará funciones el primero de noviembre de 2019 y concluirá el 31 de octubre de 2021. Resumiendo el período de la siguiente gubernatura a dos años”.
Con la modificación, ahoraestablece que el gobernador electo en 2019 concluirá su periodo el 31 de octubre de 2024. Es evidente que, con ello, se pone en total vulnerabilidad el pacto federal, el control Constitucional y el sistema democrático, no sólo de Baja California, sino del país.
Todavía queda que los cinco municipios que conforman Baja California califiquen la reforma Constitucional y estaría en ellos rescatar el control Constitucional y echar abajo esas reformas. De lo contrario los legisladores locales en un acto de total congruencia y responsabilidad histórica tendrían que realizar una contra reforma.
Los diputados de aquel Estado saben perfectamente que han incurrido en una grave responsabilidad en sus funciones públicas y políticas, que bien podrían ser sancionadas con el juicio político y concluir hasta con la desaparición de poderes en aquella entidad federativa, porque la forma, es fondo.
La voluntad popular de quienes votaron y dieron la confianza a Jaime Bonilla para que gobierne por dos años la entidad de Baja California, fueron violentados. Así que las formas de solución son múltiples y tendrán que resolverse a la luz de la Ley y conforme a Derecho. El que mejor convenga, porque la forma, es fondo.