Auditoría ¿Más de lo mismo?
En opinión de Roberto Salinas
Morelos es penúltimo en del Índice de Desarrollo Democrático 2020 publicado por la Fundación Konrad Adenauer Stiftung en conjunto con el INE y las asociaciones USEM, PoliLat y CEPOS en el que factores como la corrupción y percepción de impunidad contribuyeron a que este indicador nos mandara a los últimos lugares.
En este papel de corrupción hay una institución que juega un papel fundamental en la vida pública. La Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización (ESAF) es la institución encargada de la revisión y fiscalización de los recursos que administra cualquier institución pública de Morelos, depende del Congreso de Morelos y cuenta con “supuesta” autonomía técnica y de gestión. Fue creada en 2003 como Auditoría Superior Gubernamental, por intereses políticos -más que administrativos o legales- ha cambiado de nombre. En 2008 fue eliminada y creada la Auditoría Superior de Fiscalización y finalmente en 2015 con la supuesta mejora de la auditoría que se señalaba era “ineficaz e inoperante” se creó la actual Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización.
En aquel entonces, otro pretexto para crear la actual ESAF era implementar el Servicio Profesional de Fiscalización que según el segundo párrafo del artículo 84 de nuestra constitución señala que: Para la consecución de sus objetivos, la ESAF contará con un Servicio Profesional de Auditoría, el que, mediante concursos de oposición interno y externo, será el mecanismo para el ingreso, permanencia y promoción de su personal. Sí, otro mandato constitucional que es letra muerta para los legisladores morelenses.
Así en 2015 eliminaron a la incómoda Auditoría y crearon una a modo que echó al caño, decenas de auditorías que por ejemplo, desde el año 2009 señalaban millonarios desvíos de recursos en administraciones estatales y municipales, como el caso de Cuernavaca, con posibles recuperaciones por más de 250 millones de pesos del año 2010 pero que goza de olvido y total impunidad como otras de la UAEM y Jiutepec también del año 2010, por 149 y 85 millones de pesos respectivamente.
La ESAF ha omitido publicar auditorías desde el año 2011, no ha concluido otras más desde el año 2015 y no hay seguimiento a auditorías y recuperación de recursos que podrían calcularse en centenas de millones de pesos. Desde noviembre de 2018 la ESAF no tenía titular hasta el pasado martes 6 de julio que fue designada la Maestra América López Rodríguez quien se desempeñaba como encargada de despacho de la misma auditoría.
En la presente (54) legislatura la ESAF ha sido utilizada como una agencia de colocación de familiares y amigos de Diputados, no hay logros palpables que reconocer y con una pésima transparencia, basta revisar su página www.esaf-morelos.gob.mx sin información histórica, escasos informes, documentos escaneados y en formatos que no permiten un análisis de sus auditorías. Un sitio web hecho para no informar.
Dar seguimiento a denuncias ciudadanas por presuntos actos de corrupción es algo impensable, no hay posibilidad de contactar al área jurídica donde el conmutador es un filtro para no dar información y hacer perder el tiempo a los denunciantes.
Por otro lado, también debemos reconocer que la ESAF es una institución con escasos recursos, con el tercer peor presupuesto de auditorías en el país, por ejemplo, en 2020 contó con 33.5 millones, detrás de Baja California Sur con 24 millones y Aguascalientes con 31 millones de presupuesto, sus recursos son transferidos desde el propio Congreso. Requiere más presupuesto y parece absurdo abogar por la Auditoría, el punto central de ello, será aplicarlo para que sea eficiente y de resultados.
Por lo tanto, debemos preguntarnos ¿Cómo queremos que sea la ESAF? preferimos ¿Más de lo mismo? con simulaciones en la fiscalización, auditorías dirigidas políticamente y con injerencia del Congreso o bien, ayudaremos a que sea una institución seria, profesional y aliada del combate a la corrupción.
Para que la auditoría sirva para lo que fue creada y contribuya a mejorar el desempeño de las instituciones públicas deben concretarse acciones como las que a continuación se proponen:
- Realizar reformas constitucionales para darle autonomía técnica y financiera.
- Al menos duplicar su presupuesto, esto pude darse reduciendo recursos del propio Congreso del que tiene un excedente de asignación.
- Incrementar su plantilla, apoyada en el Servicio Profesional de Fiscalización que permita el ingreso de personal con perfiles adecuados o bien el ascenso de quienes participan en ella y tengan el mérito de un ascenso.
- Implementar el uso de tecnologías de información para sistematizar y publicar las auditorías, conocer su contenido y estatus de cada una. Esto similar al sistema de auditorías de la Auditoría Superior de la Federación ( www.asfdatos.gob.mx ) el cual contribuye a la transparencia y al acceso a datos abiertos.
- Publicar todas aquellas auditorías pendientes de publicar, informar del estatus de las auditorías realizadas y de aquellas que ya prescribieron por falta de seguimiento.
- Vincular su trabajo al mecanismo de Red de Contraloría de la Ley de Participación Ciudadana de Morelos, en el que involucre el contacto y trabajo con los ciudadanos.
Si en verdad se quiere que Morelos salga del sótano de la corrupción y queremos transitar a un estado competitivo y justo, la Auditoría debe ser una apuesta de todos, no solo del Gobernador o de los Diputados, sino de todos los ciudadanos, porque la Auditoría puede ser un ejemplo de simulación y corrupción o bien de aplicación de estado de derecho y de justicia.