¡Adiós Transparencia!
En opinión de Roberto Salinas
El primero de abril se hizo efectiva la renuncia de la Comisionada del órgano de transparencia Mireya Arteaga Dirzo quien fue designada en junio de 2014 y concluiría su periodo en junio próximo. Con ello, el trabajo del IMIPE estará detenido en la mayoría de los trámites fundamentales para los ciudadanos en lo que respecta al acceso a la información.
El IMIPE (Instituto Morelense de Información Pública y Estadística) cumple una función fundamental para la democracia, la participación ciudadana, la rendición de cuentas y el combate a la corrupción. Este organismo público “autónomo” es el responsable de garantizar que sea respetado el derecho de acceso a la información pública de todos los ciudadanos. Es decir, de velar y obligar a las instituciones de gobierno en Morelos a que entreguen la información que solicitan los ciudadanos, además de hacer efectivo que cada institución publique información señalada en la Ley de Transparencia.
Con la salida de la comisionada Mireya Arteaga, sumada a la falta de un comisionado desde junio de 2019, el IMIPE dirigido por la comisionada Dora Ivone Rosales no podrá resolver las quejas de los ciudadanos que podrían ser más de 2,000 (que están pendientes desde el año 2016) e instruir a las instituciones públicas a que entreguen la información. El área de evaluación también se detuvo junto a la posibilidad de que avancen las denuncias hechas por los ciudadanos contra quienes no publican información.
¿Quién pierde? Como siempre, los ciudadanos, con carencias de información, respuestas a medias, resistencia a publicar y entregar información, con procesos prolongados para que los ciudadanos desistan y abandonen el acceso a la información.
¿Quién gana? La corrupción y la opacidad. Los funcionarios que se resisten a publicar información, quienes creen que la información es suya, quienes abusan de los presupuestos, de uno y otro color.
Dudamos que las cosas vayan a cambiar, por el actuar del Congreso Morelense, por su irresponsabilidad y por los intereses personales, políticos y económicos al interior, lograrán acordar repartirse los cargos de dos comisionados, sumados al de la auditoría. No les interesa que al frente de estos organismos haya personas independientes, profesionales y responsables, quieren subordinados y cómplices que puedan pagar favores o bien impedir que se abran las finanzas al interior del Congreso porque no han transparentado los más de 2,000 millones de pesos ejercidos en esta y anterior legislatura. Tendremos que decir ¡Adiós transparencia!
Aunque la ciudadanía ya está cansada de tantos engaños y en 2021 seguramente no votará por ellos de nuevo, debe darse un parteaguas para que desde los partidos políticos y candidaturas no se siga engañando a los ciudadanos y continuemos con un estado inmerso en el desorden, la corrupción e impunidad.