Serpientes y escaleras - Urióstegui, tres años después
En opinión de Eolo Pacheco
El alcalde concluye su primer periodo y las cuentas que entrega son buenas.
Urióstegui, tres años después
José Luis Urióstegui rindió su tercer informe de labores; el suyo no fue un periodo sencillo porque tomó un ayuntamiento quebrado, con deudas millonarias y agobiado por problemas internos. El esfuerzo no ha sido apreciado porque no se ha comunicado correctamente y los hechos de inseguridad, la violencia y falta de agua han marcado la narrativa. Las cuentas que entrega el abogado al final de su primer periodo, empero, confirman que hizo un buen trabajo.
La administración que recibió el abogado en el 2018 es muy distinta a la actual: al final del gobierno de Antonio Villalobos el gobierno de la capital enfrentaba múltiples problemas financieros, conflictos laborales internos y una marcadísima imagen de corrupción.
Las dos administraciones previas en la capital llevaron a Cuernavaca a una situación caótica al multiplicar laudos, créditos, ofrecer malos servicios y colocar a la capital en un punto de crisis por la cantidad de procesos judiciales y constantes muestras públicas de inconformidad social.
En paralelo el sistema de agua potable llegó a un punto de inviabilidad operativa por deudas que obligaron a la Comisión Federal de Electricidad a suspender el suministro de energía eléctrica en los pozos, situación que derivó en una inmediata movilización ciudadana y reclamos que afectaron a toda la ciudad.
La prudencia y capacidad de José Luis Urióstegui son características que le ayudaron a ganar la elección y generaron confianza en su gobierno, pero la prudencia excesiva, el acompañamiento de figuras impresentables y la incapacidad de su gobierno para comunicar adecuadamente sus acciones lo colocaron en una situación difícil que por poco lo hacen perder la elección.
Conocer los logros de tres años de trabajo cambian la manera de ver su gobierno. Veamos:
1- Se realizaron obras sin contratar nuevas deudas.
2- Se adquirió maquinaria y equipo para los trabajadores del municipio.
3- Se ha pagado puntualmente a la base trabajadora.
4- Se ha invertido el 40% del predial recaudado en la zona que lo genera.
5- La deuda pública disminuyó de 1 mil 046 millones a 224 mdp.
6- Se liquidó en su totalidad la deuda bancaria de 222 mdp.
7- Se logró un incremento del 25% en recaudación: de 1 mil 553 a 2 mil 229 mdp.
8- No se contrató deuda pública.
9- Se invirtieron 650 mdp en obras y servicios públicos cuando las dos administraciones anteriores juntas invirtieron 200 mdp.
La numeralia expuesta por el alcalde Urióstegui refiere un buen manejo financiero que permitió rescatar a la ciudad y colocar a Cuernavaca en una ruta muy distinta a la que seguía desde hace varias administraciones.
Su tercer informe de labores, además, fue el punto de reencuentro entre las autoridades municipales y estatales luego de años de ausencias, desprecios y choques entre los alcaldes y los gobernadores. Al acto protocolario de Urióstegui acudieron representantes de los tres poderes, algo que no se veía desde hace mucho tiempo.
El abogado es un hombre prudente, cuidadoso, disciplinado y decente; el recuento de acciones y logros detallados en su informe confirman que la ciudad está en buenas manos, pero también que al ayuntamiento le ha faltado dar a conocer su trabajo.
Visto a lo lejos, la Cuernavaca que los ciudadanos circulamos todos los días no parece el mismo lugar del que habló Urióstegui en su informe; la suya es una ciudad boyante, eficiente, con proyección y muy bien administrada. Pero la que vemos no luce igual: las obras inconclusas, las calles dañadas, los bloqueos cotidianos y la mala imagen de algunos personajes que pululan en la municipalidad impiden apreciar con claridad el trabajo que se está haciendo.
Las cifras que presentó el presidente municipal son extraordinarias y lo colocan como un buen administrador, mucho mejor, por ejemplo, que Rafael Reyes, quien por mucho tiempo presumió su trabajo en Jiutepec, un municipio en crisis, quebrado y con una población desilusionada por la mala administración que tuvo.
Lo hecho en tres años por el abogado no es cosa menor, sus logros superan por mucho lo que han hecho todos los alcaldes capitalinos de este milenio, pero su mala comunicación impide que la sociedad aprecie su esfuerzo. Precisamente por esa incapacidad para transmitir acciones es que en la elección anterior estuvo a punto de perder con una candidata malísima, a quien ni los propios morenistas querían.
El segundo periodo de gobierno de José Luis Urióstegui debe ser diferente, se trata de la continuación del trabajo, la consolidación de objetivos y la proyección de acciones; a diferencia de tres años antes, esta vez el abogado no empieza de cero y por el contrario, arrancará con finanzas sanas y dinero para trabajar.
Las críticas que a lo largo de tres años recibió José Luis Urióstegui como autoridad municipal estuvieron relacionadas siempre a personajes que lo rodean, figuras corruptas, ineficientes, políticos depredadores que abusan de la autoridad, que institucionalizaron el robo y utilizan los cargos para abultar sus bolsillos.
A él en lo personal se le ha criticado el exceso de prudencia, la sumisión ante personajes panistas impresentable y la falta de decisión en momentos clave. Visto a través del espejo de su informe la historia es otra: José Luis se dedicó a trabajar, a resolver el problema financiero de fondo en el ayuntamiento, para poder avanzar en otros temas. Y lo logró.
Esta nueva etapa en el gobierno municipal es clave en la carrera política de José Luis Urióstegui; tres años de esfuerzo rindieron frutos y le permiten un segundo periodo más tranquilo, sin tantos sobresaltos y con mejores herramientas para trabajar.
Pero no todo es miel sobre hojuelas: si el alcalde hace un buen trabajo puede buscar un espacio legislativo en el congreso federal o en el local, pero no está en condiciones de buscar la reelección porque la ley se lo impide. Por muy buena que sea su labor en esta segunda etapa municipal, la gubernatura aún le quedará lejos y no tendrá el gobierno de la capital como punto de proyección. Es clave que haga lucir su figura en los próximos tres años.
Como gobernante José Luis Urióstegui ha hecho un buen trabajo, entregó buenas cuentas y entra a una segunda etapa con menos presión.
Como figura política el saldo no es tan positivo porque su trabajo no es apreciado en su totalidad y a pesar de que sacó a Cuernavaca de la quiebra técnica, la gente no lo valora, porque no sabe que lo hizo.
Administrativamente el abogado trabajó bien, ahora debe comunicar mejor.
· posdata
Contra todos los augurios, el paquete económico 2025 para el estado de Morelos se aprobó casi tal cual fue enviado por la gobernadora Margarita González Saravia.
Los diferendos fueron subsanados, algunas cifras se ajustaron y al final todos estuvieron de acuerdo en votar el presupuesto antes de que se venciera el plazo límite que establece la ley.
A diferencia de los últimos años, donde la negociación se tensaba y la discusión se llevaba al límite, ahora hubo un acuerdo tempranero que no requirió compra de conciencias o pagos extraordinarios. El hilo conductor de la negociación presupuestal fue el diálogo.
El mérito de la aprobación presupuestal, cuentan en los pasillos de la cámara de diputados, es directamente de la gobernadora Margarita González Saravia y del jefe de la gubernatura Javier García.
Sin la participación de ellos no habría presupuesto.
· nota
Antes de iniciar su mensaje José Luis Urióstegui fue increpado por un reducido grupo de personas que recriminaba desde lejos el trabajo hecho por la administración municipal.
Fuera de protocolo y para sorpresa de todos, el abogado se dirigió a ellos y les dijo: “Ustedes son los más beneficiados de esta administración, ustedes son los que menos pagan predial y menos pagan agua… y todavía vienen a reclamar pagar menos”.
Los rijosos nunca esperaron el comentario del alcalde, callaron y el evento continuó según el protocolo.
Se puede estar de acuerdo o no con la reacción de Urióstegui, con el hecho de que enfrentara directamente a sus críticos desde la tribuna y se pusiera su nivel. Pero lo que les dijo no es mentira.
Ojalá esa misma firmeza de actuación se aplique en otras áreas de su gobierno.
La prudencia es buena, pero cuando se excede la P se vuelve altisonante.
· post it
Juan Salgado Brito acudió en representación de la gobernadora al tercer informe de labores de José Luis Urióstegui. Su discurso fue una extraordinaria pieza de oratoria que hace mucho no se escuchaba en actos públicos de Morelos.
“José Luis Urióstegui tiene el más amplio respaldo de su pueblo y el más amplio respaldo de la gobernadora y del Gobierno del Estado; y con ello también, sin duda, y como es una garantía para la gobernabilidad, tendrá el más amplio apoyo de la federación, del ejército, de la guardia nacional, de la marina y de todos los recursos de la Secretaría de Seguridad Pública.
El más amplio apoyo para que cumpla a cabalidad con los compromisos que tiene con su pueblo, porque son los compromisos del estado y de Margarita González Saravia; mis mejores augurios para que mantengamos esta relación cercana, esta relación estrecha y coordinación que hace mucho tiempo no se daba por la falta de oficio político de muchos que han estado al frente de responsabilidades que quizá no merecían, pero que el pueblo equivocadamente les entregó, se equivocó y sin duda hay arrepentimiento.
Hoy José Luis está demostrando que la política es el eje central del quehacer público y que la autoridad se gana precisamente con un buen ejercicio político. La autoridad no se impone, la autoridad se merece y José Luis ha sabido merecer autoridad y liderazgo para bien conducir los destinos de Cuernavaca”
· redes sociales
La buena: la gobernadora Margarita González Saravia obtuvo un logro personal con la aprobación del presupuesto.
La mala: el voto de los diputados no se repite en otros temas importantes para el estado, como el caso del fiscal.
La peor: algunos miembros del equipo cercano de la gobernadora, quienes la acompañan desde hace años y presumen ser muy cercanos a ella no la están ayudando y pecan de arrogantes.
Recordemos una frase del expresidente Andrés Manuel López Obrador: “El poder atonta a los inteligentes y a los tontos los vuelve locos”.
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