Serpientes y escaleras - Tres meses
En opinión de Eolo Pacheco
Un trimestre es tiempo suficiente para evaluar el desempeño de un equipo.
Tres meses
Tres meses son tiempo suficiente para que los funcionarios del nuevo gobierno tomen las riendas de sus áreas y definan las líneas de trabajo que seguirán a lo largo del sexenio. Este lapso ha sido complejo por múltiples razones: por la falta de recursos económicos, por la poca información que les dejaron y por las limitaciones profesionales de algunos secretarios. El siguiente año debe ser diferente.
Para la gobernadora Margarita González Saravia este periodo también sirvió para conocer y tomar el control del gobierno, para entender más a detalle el funcionamiento de la administración estatal y valorar el desempeño de su equipo más allá del escritorio.
Aunque la nueva jefa del ejecutivo tiene muchos años de experiencia en la administración pública, estar al frente de todo el gobierno es algo distinto, algo que conoce por primera vez y que requiere del apoyo muchas personas.
Asumir que al término del primer trimestre todo ha sido bueno, que nada ha fallado y que el gabinete entero es perfecto sería engañarse; aunque hablamos de un periodo de tiempo complejo por la falta de recursos y porque se trata del final del año, sí es posible medir el trabajo de los integrantes del equipo estatal.
La gobernadora estableció a sus colaboradores un plazo de cien días para evaluarlos y al término de ese tiempo es claro que no todos aprobaron; algunos funcionarios sobresalen por su capacidad y experiencia, como Javier García o Juan Salgado, pero otros solo flotaron, actuaron por ocurrencias y demostraron que no aportan nada a un proyecto como el de Margarita González Saravia.
Todas las áreas de la administración son importantes, pero de lo que hagan o dejen de hacer las oficinas de seguridad, política, hacienda y comunicación depende el destino de todo el gobierno. En este arranque de sexenio los titulares de esas cuatro dependencias han sido puestos a prueba varias veces, se les ha exigido mucho y en todos los casos ha habido una respuesta a la altura de las necesidades.
Otras oficinas, como la consejería jurídica y la contraloría también han sido requeridas y su respuesta no ha sido la mejor porque en ambos casos sobresale la arrogancia de sus titulares y una lealtad mal entendida con la gobernadora.
Las oficinas de la mujer y turismo han pasado de noche, sus titulares no son los más preparados en sus respectivos ámbitos y por ello los sectores que atienden no se sienten bien representados, ni satisfechos con su trabajo. Obvio: en el primer caso hablamos de una joven cuyo primer empleo es de secretaria de estado y en el segundo la posición es el pago de un compromiso de campaña.
El cierre del año marcará la conclusión de la luna de miel de la sociedad con el nuevo gobierno; de unos años a la fecha ese espacio de romance y tolerancia ciudadana que dejaba la elección se ha acortado producto del entorno que rodea los gobiernos, la poca paciencia de la gente y el enfado público que dejan las administraciones salientes.
La presión al gobierno de Margarita González Saravia se elevará al iniciar el nuevo año porque la cuesta de enero se refleja siempre en el estado de ánimo de la gente, se trata de un mes en donde la presión económica que dejan las fiestas decembrinas a las familias se refleja en un incremento de la delincuencia y el consecuente reclamo a las autoridades.
El cierre de año puede y debe ser el tiempo para que la gobernadora haga una primera reflexión de fondo sobre lo que ha sido el arranque de su administración y el desempeño de sus colaboradores; la conformación de su primer equipo incluye el pago de facturas, favores personales y oportunidades para quienes fueron invitados a formar parte del equipo; en tres meses todos los funcionarios debieron mostrar de lo que son capaces y quienes no dieron buenos resultados, porque evidentemente no todos hicieron un buen trabajo, tienen que ser relevados para no atrasar la marcha del gobierno.
Margarita González Saravia no recibió la gubernatura como regalo: ganar la candidatura le costó mucho trabajo, fue un esfuerzo de dos años en el que participaron varias personas que creyeron en ella desde el principio, que aportaron su capital político o trabajo individual a un proyecto que no era el favorito, pero en donde decidieron estar por empatía con ella. Luego vino la elección, un proceso igual de difícil en donde la morenista hizo un gran trabajo personal y recibió apoyos que hoy deben ser pagados.
Desde el ejecutivo la dama tiene una responsabilidad enorme que incluye las acciones y los resultados de todos sus colaboradores y precisamente por ello tiene que ser, como lo ha sido siempre, firme al momento de tomar decisiones. Al arrancar la administración dio oportunidad a muchas personas de participar, algunas por compromisos de campaña y a otras por confianza; es momento de evaluar su trabajo y tomar decisiones.
Gobernadores anteriores fueron omisos en la supervisión de su equipo, privilegiaron el amiguismo, la complicidad o la rutina, de ahí los malos resultados; a pesar de la experiencia de algunos, siempre pasaron por alto que la gente carga al jefe del ejecutivo los errores de sus funcionarios y acusa directamente al gobernante de las fallas u omisiones de las dependencias. La pifia del árbol de navidad de la plaza de armas, por ejemplo, se carga directamente a la gobernadora: hacia ella llueven las críticas, los reclamos y las burlas a pesar de que la responsable directa de ello es la titular de cultura.
El proyecto de cambio que impulsa Margarita González Saravia es enorme y no se puede detener por la incapacidad o negligencia de quienes no hacen correctamente su trabajo; la gobernadora quiere pasar a la historia por su buen desempeño, no por ser la primera mujer al frente del ejecutivo, apuesta por un cambio profundo en la actitud del gobierno e impulsa personalmente una transformación en el quehacer público que empieza por erradicar la corrupción y la impunidad. La incapacidad, dicho sea de paso, es una manera de corrupción.
Al final de los primeros tres meses todos esperamos que la gobernadora revise a su equipo y tome decisiones, que demuestre que no es igual a sus antecesores, ni solapará la incapacidad o las malas prácticas.
De Margarita González Saravia se espera mucho, confiemos que hará un buen trabajo.
· posdata
La decoración (¿?) navideña de la plaza de armas de Cuernavaca ha generado múltiples reacciones, todas desfavorables al gobierno estatal y a su titular. El extraño árbol colocado en la explanada es motivo de burlas por su mala calidad, poca iluminación y parecido con un elote.
“Son tiempos de austeridad” comentó alguien a manera de justificación, pero la falta de recursos no explica el mal gusto y desidia ante una celebración que espera la mayoría de los ciudadanos.
Con todo y lo malo que fue el gobierno de Cuauhtémoc Blanco, la decoración de los últimos años en la plancha del zócalo gustaba mucho y atrajo a miles de visitantes que acudían a la pista de hielo, a comer algo en la villa navideña o simplemente a admirar la iluminación y convivir en familia.
Puede ser que en esta ocasión no hubiera dinero para contratar una pista de hielo o para invertir en una villa navideña como la de los últimos años, pero se pudo hacer un esfuerzo para hacer más atractiva la decoración. Con iniciativa, inteligencia y talento se pudo hacer un mejor trabajo.
Imagino que en esta nueva época gubernamental la excusa es la falta de interés en estas tradiciones, pero se gobierna para todos y la mayoría de los ciudadanos, independientemente de creencias religiosas, celebra la navidad.
El enorme elote de la plaza de armas es un reflejo de la mediocridad de la nueva titular de cultura, su trabajo no solo enfadó a miles de ciudadanos que acudían a la plaza de armas a disfrutar de la decoración, se convirtió también en un motivo nacional de burla para la gobernadora Margarita González Saravia.
El manejo de la cultura de un estado no es cosa menor, ni puede partir de los gustos, intereses o ideas personales de su titular, debe ser el reflejo de todas las ideas, expresiones y tradiciones de un estado y su gente.
Reitero: quizá a Montserrat Orellana no le gusta la navidad, pero a mayoría de los ciudadanos la celebra; tal vez la dama prefiere otro tipo de festejos o le gusta de irse a otros lugares a pasar esta temporada, pero para miles de morelenses la plaza de armas es un punto de reunión, acorde a sus recursos y reflejo de su identidad.
Es claro que la secretaria de cultura de Morelos no acaba de entender el lema del nuevo gobierno, ni dimensiona que la identidad es el elemento que nos une como sociedad; hacer lo que hizo en el zócalo de Cuernavaca no es por la insuficiencia financiera, es una decisión personal trasladada a una acción institucional que está costando mucho a la imagen de la gobernadora.
Por una decisión así, en la iniciativa privada la habrían despedido.
· nota
El relleno sanitario de Cuautla se ha convertido en un foco de contaminación para toda la región. Teóricamente se trata de un centro de confinamiento de desechos certificado, que cumple con la norma ambiental y maneja la basura de manera profesional.
En los hechos la realidad es otra: La Perseverancia es un vertedero, un tiradero de basura a cielo abierto que genera contaminación y propaga enfermedades.
En el estado solo hay dos rellenos sanitarios: La Perseverancia en Cuautla y Loma Mejía en Cuernavaca: el primero lleva muchos años operando fuera de la norma, recibe basura de muchos lados y esta rebasado, de ahí que en los últimos años las montañas de basura se acumulan y se pueden apreciar a lo lejos; Loma Mejía es la otra cara de la moneda, cumple con la normatividad, procesa los desechos de manera adecuada y realiza de manera permanente acciones que amortizan el impacto ambiental en la zona.
En el resto de los municipios no hay rellenos sanitarios, la basura se deposita en terrenos sin ningún tipo de infraestructura o acciones que prevengan contaminación y enfermedades. Ahora que se habla de cambiar las cosas, revisar cómo funcionan los rellenos sanitarios y a dónde se deposita la basura de los municipios sería una buena manera de trabajar.
· post it
En Ocuituco la gente se cansó de esperar a que el alcalde Juan Jesús Anzures cumpliera con las obras que prometió y lo amarraron.
La imagen se volvió viral y es una muestra de la poca paciencia que tiene la población en sus autoridades.
Cuando veas las barbas de tu vecino cortar…
· redes sociales
Cuando creímos que Julieta Goldzweig había sido una mala titular de turismo y cultura, aparecieron Daniel Altafi y Montserrat Orellana.
La maldición se repite: siempre es posible estar peor.
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