Serpientes y escaleras - Seguridad ¿Valentía o ingenuidad?

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Seguridad ¿Valentía o ingenuidad?

Resolver la inseguridad en el escritorio es fácil; es como ganar los partidos desde un sillón.

 

Seguridad ¿Valentía o ingenuidad?

Un político que basa su proyecto de gobierno en la seguridad es un valiente, un romántico o un tonto. Muchas veces en los últimos años hemos escuchado a autoridades prometer solución inmediata a la violencia, caminos seguros para recuperar la paz o acciones que en un plazo determinado solucionarán el problema; todos han fracasado. Como gobernante entrarle al tema de la seguridad es un acto de responsabilidad y congruencia, pero hacerlo sin planeación es un suicidio. El problema delictivo supera a todos los gobiernos.

Veo y escucho a distintos personajes de la vida pública hablar de la seguridad como expertos, seguros de sus expresiones y convencidos de que tienen la razón. Antes, durante y después de las campañas se escucha a muchas figuras de la vida pública hacer criticas por la violencia y los actos delictivos que se han vuelto pan de cada día en nuestra ciudad. Y tienen razón: los planes de seguridad han fracasado, ningún planteamiento ha resuelto la situación y los grupos delictivos en lugar de retroceder, avanzan.

Invariablemente aparece un político que supone que él sí sabe como hacerlo porque ha estudiado el tema, porque conoce el territorio y porque se ha preparado. Humanamente pienso que las expresiones son sinceras, que los dichos no son retórica, sino la palabra legítima de alguien que piensa que tiene la salida en las manos o al menos, la firmeza de combatir frontalmente el problema. También hay otros que hablan por hablar, los que son expertos teóricos y arrogantes al extremo porque creen que nadie antes de ellos ha tenido la idea y la decisión de actuar.

Gobernar Morelos representa un reto en todos los sentidos; la cultura del morelense es enorme, tenemos un gran pasado histórico y la mezcla multicultural derivada de la migración que vivimos desde hace poco más de treinta años nos ha convertido en una comunidad cosmopolita donde conviven todo tipo de personas, ideas y pensamientos.

Visto desde un ángulo general la lucha contra la seguridad es un tema complejo porque requiere la participación de muchas personas e instituciones; la pacificación del estado no es un asunto que se resuelva solo con más policías o que vaya a derivar de la participación ciudadana; antes de ello se requiere la intervención de todas las áreas que combaten el delito: desde los policías que persiguen y detienen a los delincuentes hasta los jueces que los procesan… o en muchos casos los dejan libres.

La batalla, insisto, no es fácil desde ningún ángulo porque en todos los aspectos el estado va en desventaja: la fuerza policial es muy limitada, no hay elementos suficientes ni el equipo y armamento necesario; desde una oficina y desde un escritorio es fácil hablar de planes generales, pero actuar con pocos policías, pocas armas y sin dinero es algo que no aparece en los libros que citan los expertos.

Luego está la lucha a ras de suelo, esa que libran los uniformados y las autoridades, con elementos que ganan poco y en muchos casos reciben menos dinero del que deberían, porque les descuentan los préstamos que han solicitado. La operación es una historia similar: no tenemos suficientes patrullas ni presupuesto para comprar más equipo porque este sexenio desaparecieron los fondos federales de seguridad; entonces la batalla diaria empieza con la gasolina que se requiere para los patrullajes y la renovación del equipo táctico, que va muy atrasada porque no hay recursos para ello.

En términos humanos el problema es aún mayor: las autoridades lanzan convocatorias para reclutar jóvenes que acudan a la academia de policía, pero la respuesta es muy poca. Obvio: el sueldo que se ofrece es de menos de diez mil pesos al mes y el riesgo que se asume es muy alto. Peor: a últimas fechas la academia de policía está generando policías al vapor porque urge sacarlos a trabajar en calles, pero antes de enlistarlos se necesita la autorización de las autoridades hacendarias, para que tener el presupuesto con el cual se pagarán sus salarios.

De ahí llegamos al caso de los alcaldes, que representan el primer punto de contacto de los ciudadanos con la autoridad, pero también el eslabón más endeble de la cadena de seguridad. Son ellos, los presidentes municipales, las figuras más expuestas, los primeros en ser contactados por los grupos criminales y a quienes es más fácil presionar o someter. El sexenio pasado las autoridades de la CES confirmaron que 14 de los (en ese momento) 33 alcaldes eran extorsionados por la delincuencia organizada y tenían que pagar derecho de piso. Hoy no se ha revelado como está la situación, pero es evidente que ninguna autoridad municipal está libre de presión, ni sería capaz de aguantar los embates de  los grupos criminales.

La lucha contra la inseguridad es un asunto de alta prioridad para los ciudadanos, pero es un trabajo que se debe hacer de manera coordinada entre los tres niveles de gobierno, porque hacerlo de forma aislada no funciona. En unos meses se renovará el convenio de mando coordinado y vistos los resultados de ese plan de seguridad es urgente que se hagan ajustes de fondo, porque luego de nueve años no ha funcionado.

En esta nueva etapa la coordinación debe ser real y los presidentes municipales deben ser tomados en cuenta en todas las decisiones; lo que pasa en Jiutepec es un ejemplo de como se puede modificar el convenio: el alcalde nombró al secretario de seguridad y de esa forma participa de manera real en la estrategia. También está el caso de Jojutla, donde el edil ha desarrollado una pequeña oficina de control y mando policiaco que se suma al plan estatal de seguridad y le concede una visión clara de la situación en la que se encuentra su comunidad.

Cuernavaca deberá hacer su propio planteamiento en función de lo que considere la siguiente administración, pero en cualquier caso es indispensable que la colaboración institucional continúe, es decir, que la capital permanezca dentro del mando coordinado de seguridad; salir de él sería un suicidio político para el presidente municipal, un riesgo para su familia y un peligro para toda la ciudadanía de la capital.

La delincuencia que tenemos hoy enfrente no es la misma que se veía en el estado hace algunos años; ahora las bandas criminales están bien armadas, tienen muchas personas a su servicio y realizan labores de inteligencia mejores que la del estado. Además tienen a su favor el factor sorpresa: actúan en la clandestinidad, gozan de la protección de diversos grupos de poder y operan con mucha más solvencia financiera que la policía.

Conociendo lo anterior (y muchas más cosas que faltan) podemos entender el tamaño del problema que representa el manejo de la seguridad. Cuando escucho a un político teorizar sobre el tema y presumir soluciones sacadas de algún libro lo que me que observo es una enorme arrogancia que le impide ver la realidad que tienen frente a sus ojos.

La lucha contra la inseguridad la tenemos que dar todos, con acciones preventivas, con cultura, con reconstrucción del tejido social, detonando la economía, con participación ciudadana y sobre todo, con la certeza de que es una batalla que nadie ganara solo.

  • posdata

Antes del primero de septiembre las autoridades federales electorales resolverán el dilema en el primer distrito local de Morelos, donde ganó Andrea Gordillo y el tribunal estatal electoral revirtió la victoria en favor de Alejandra Flores.

Charlando sobre el tema con varios abogados, algunos especialistas en materia electoral, la coincidencia es que la siguiente instancia judicial volverá a corregirle la plana al TEE y retornará la diputación a la panista. “Los magistrados actuaron de manera oficiosa, se extralimitaron, le corrigieron la plana a la defensa jurídica de la morenista y resolvieron a favor porque así se los ordenó Rabín Salazar”.

Al respecto esto escribe Chucho Castillo en la revista Cauce Legal:

“… La magistrada ponente no le concede el interés jurídico necesario al PSD para impugnar los resultados de la votación, pero sí utiliza sus argumentos para favorecer a Morena. “Destacó en su demanda la existencia de errores subsistentes aún después de haberse efectuado el recuento de la votación por parte de la autoridad electoral en sede administrativa, lo cual contribuye a sostener que, al menos en las tres casillas anteriormente citadas, el nuevo escrutinio y cómputo realizado por el Consejo Distrital I del IMPEPAC no subsanó la irregularidad detectada en las mismas.

Pero la verdadera “perla” viene en la página 90 del expediente que puede ser consultado en el portal del TEEM, cuando la magistrada ponente hace valer un agravio QUE NO PIDIÓ MORENA:

“Como puede apreciarse, si bien el partido demandante (MORENA), sostiene en su reclamo en la supuesta actualización de la causa de nulidad prevista en el artículo 376 fracción X del Código Electoral local, lo cierto es que DE UNA LECTURA INTEGRAL DE SU RECLAMO, así como de una INTERPRETACIÓN DE SU VERDADERA PRETENSIÓN FINAL (…) este tribunal arriba a la conclusión de que, en realidad, sus manifestaciones se encaminan a cuestionar la votación recibida en las casillas que refiere por la presunta actualización de la causa de nulidad prevista en la fracción VI del mencionado precepto legal”.

Y bajo ese argumento, declara nulas las votaciones en casillas que no fueron impugnadas, hace un nuevo recuento de votos y le da el triunfo a Alejandra Flores, del Partido Morena.”

Lo que resuelva la sala regional del TEPJF va a ser interesante no solo si los magistrados le regresan la diputación a Andrea Gordillo sino porque de suceder esto habría un reacomodo en las diputaciones plurinominales: Morena recuperaría un espacio plurinominal y el partido Movimiento Alternativa Social lo perdería.

  • nota

El alcalde electo de Cuernavaca vive su mejor momento: es la quinceañera de la fiesta, lo buscan, quieren hablar con él y todos celebran sus comentarios, sus chistes, sus canciones y sus ocurrencias.

Hoy todo es alegría en torno al futuro presidente municipal: sus opiniones son escuchadas con atención y su figura es vista con esperanza; para algunos porque puede representar mejores tiempos para la ciudad y para otros porque lo ven como una opción laboral.

Como persona José Luis no ha perdido su sencillez, sigue siendo el mismo de siempre, aunque ahora todo el tiempo está rodeado de gente que quiere tomarse una foto con él. Su hermana es la cara opuesta de la moneda, en ella sí hay arrogancia: actúa, habla y ordena como su hubiera sido ella quien ganó la elección y organiza fiestas masivas sin pensar en la pandemia o reparar en la posibilidad de que su hermano pueda volver a enfermarse.

Un punto es llamativo en esta etapa es el actuar del abogado: anda solo, sin seguridad ni compañía de ningún tipo. Emulando a Andrés Manuel López Obrador quiere parecer un ciudadano normal y piensa que el pueblo lo cuida; olvida que la situación que vive Cuernavaca no es sencilla y los problemas que enfrentará una vez que asuma el cargo son mucho más grandes de lo que imagina.

José Luis debe ser cuidadoso y entender que ya no es un abogado litigante, sino la autoridad electa de una capital ubicada dentro de las veinte ciudades más peligrosas de México. No se trata de que cambie de actitud frente a los demás y deje de saludar como siempre lo ha hecho, pero es importante que entienda que su rol ha cambiado y necesita actuar con más cuidado; no debe exponerse ni andar solo.

Muchas historias hemos escuchado en los últimos tiempos sobre alcaldes que son abordados por emisarios de la delincuencia: los tratan de obligar a llegar a algún tipo de acuerdo, son sujetos de amenazas y se vuelven víctima de extorsión.

Además de lo anterior José Luis Urióstegui se debe cuidar del alcalde saliente, un personaje torpe, pero perverso, que sabe los problemas en los que esta metido: difícilmente librará la cárcel derivado de los grotescos actos de corrupción que cometió como autoridad municipal.

La prudencia es buena, pero cuando se lleva al extremo la P se vuelve altisonante.

  • post it

El gobernador Cuauhtémoc Blanco volvió a la carga y la emprendió contra los fiscales; de paso le puso un coscorrón al ombudsman morelense. Así se los dijo:

“El hermano carnal fiscal es él, porque Graco lo dejó a él y al fiscal anticorrupción para protegerlo, esa es la realidad. Las investigaciones que tiene son de SEIDO, porque no han hecho las cosas bien…. Los tres ases les llaman al fiscal, al anticorrupción y al de derechos humanos, porque entre ellos se defienden. El señor de derechos humanos tiene que decirle al fiscal que se ponga a chambear”

  • redes sociales

El dirigente nacional de Morena urgió a los legisladores federales que aceleren los desafueros pendientes; aquí no hay impunidad, dijo, no somos iguales.

Se trata de dos diputados federales de Morena y el fiscal general de Morelos.

La polémica sigue.

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