Serpientes y escaleras - Músculo y estructura
En opinión de Eolo Pacheco

La fuerza de Morena en el 2024 fue la estructura; ¿Lo será en el 2027?
Músculo y estructura
En el ámbito político, sindical e incluso en los movimientos sociales “mostrar músculo” es una expresión que refiere la capacidad de revelar de forma visible y contundente la fuerza organizativa y el respaldo popular de algo o de alguien. A lo largo de los años el músculo electoral, entendido también como la estructura operativa, es la base, la fuerza, la señal de que eres líder. ¿Cómo anda la estructura de los partidos en Morelos?
Cuando un partido político muestra músculo envía dos mensajes: el primero a sus bases, señalando que están fuertes, organizados y motivados; el segundo a sus adversarios, advirtiendo que tienen gente y están listos para lo que venga. En la práctica mostrar músculo es parte de la guerra de percepción: quien se vea más grande y parezca más poderoso gana imagen de inevitabilidad.
Para efectos prácticos el músculo de los partidos es su militancia y su estructura; lo primero refiere a aquellos que se inscriben de manera voluntaria al padrón, tienen derechos y obligaciones internas y participan de manera activa en la organización, funcionamiento y estrategia, se involucran en las campañas, difunden propaganda y forman parte de comités y brigadas.
Lo segundo alude a la capacidad del partido para movilizar votos el día de la elección y generar fuerza política en sus eventos; las estructuras son parte del acarreo organizado, del transporte de votantes y la vigilancia de casillas. Esto último se lleva a cabo con grupos sociales, movimientos ciudadanos, sindicatos o personas que, sin ser necesariamente militantes, garantizan respaldo en las urnas. Aquí el dinero es parte fundamental, porque a diferencia de la militancia que actúa por convicción, la estructura se mueve a cambio de algo, de un apoyo en especie o de un pago económico.
La historia de Morena es corta en tiempo, pero interesante en forma; aunque es el partido de más reciente creación, su crecimiento ha sido exponencial casi desde su fundación. El Movimiento de Regeneración Nacional nació en 2011 como un movimiento de protesta contra la corrupción y su desarrollo acelerado se explica en buena medida por el liderazgo y carisma de Andrés Manuel López Obrador, quien construyó una enorme base social en sus dos campañas presidenciales del 2006 y 2012.
Morena capitalizó la desilusión ciudadana contra el PRI y el PAN tras múltiples escándalos de corrupción y ofreció una narrativa de Cuarta Transformación que se nutrió con liderazgos locales marginados y un modelo de partido distinto, transparente, como tómbolas o encuestas simplificadas que, sin ser eficientes en los resultados, fueron sumamente atractivas para la gente y reforzaron la idea de que era un partido “del pueblo”.
A lo largo de los últimos años Morena capitalizó el aumento de la violencia ligada al crimen organizado, la desigualdad económica y la percepción de impunidad; la suma de estos elementos alimentó un deseo de cambio profundo que motivaron al electorado a votar por una alternativa que prometiera orden y justicia social.
La polarización del país potenció la identificación de nuevos grupos de votantes que podrían volverse afines al proyecto de la 4T: adultos mayores y jóvenes. Estas generaciones estaban menos vinculadas al PRI y al PAN y vieron en Morena a un movimiento atractivo que les ofrecía esperanza y a la vez desquite con quienes desde el poder habían engañado y lastimado al pueblo.
Actualmente la campaña nacional de afiliación tiene como meta 10 millones de militantes y en ella pueden participar todos los actores de la 4T. Quienes más afilien tendrán un mayor capital político interno, formalizarán su liderazgo y tendrán más chance de acceder a órganos de dirección, cuotas de representación y por supuesto, mayor oportunidad de obtener candidaturas.
El proceso generará también una especie de ranking: el que más militantes afilie tendrá más visibilidad ante la dirigencia nacional y recibirá más apoyo para su propia carrera política en puestos de elección popular o cargos de representación en el partido. La afiliación servirá también para saber quién es quien dentro de Morena.
Lo mismo que el músculo electoral que muestran los partidos en sus eventos, las afiliaciones de militantes construirán poder interno, acceso a puestos de toma de decisiones e irán formando los perfiles de las siguientes candidaturas.
Igual que la ley de la gravedad que establece que todo lo que sube eventualmente tiende a caer, Morena podría estar en un punto de inflexión que obligaría a sus líderes a ajustar o replantear el camino, de ahí las últimas medidas que está implementando el partido en el país.
Las elecciones en Durango y Veracruz son ejemplos de que Morena ha dejado de ser una marca que por sí sola gana elecciones, es también un recordatorio de lo que sucede cuando se toman malas decisiones y se fragmenta la coalición. En Veracruz, como en Morelos en el 2024, se rompió la alianza con el PT y eso provocó que Morena ganara 60 municipios, 7 menos de los que obtuvo en el 2021; en solitario el partido triunfó en 11, menos de los 20 que logró en la elección pasada.
En Durango se impuso un liderazgo externo (Andy López Beltrán) que nunca conectó con el electorado duranguense e intentó imponer candidaturas ajenas al tejido social; a pesar de que en ese estado si hubo alianza con el PT, la debilidad organizativa provocó un acuerdo electoral si cohesión, lo que provocó que obtuvieran peores resultados que en la contienda pasada.
Lo anterior permite advertir lo que podríamos ver en Morelos en el 2027 si no se corrigen los errores cometidos en el 2024: la alianza con los integrantes de la 4T evitaría la dispersión del voto y la derrota en los municipios; involucrar a liderazgos sólidos del partido en el proceso de selección de candidatos, en lugar de imponer perfiles ajenos reforzaría la percepción de cercanía y legitimidad.
Históricamente se conoce a Morelos como un bastión obradorista, pero en la última elección los resultados advierten que eso ha cambiado, porque aunque existe una amplia simpatía por el expresidente e identidad con la presidenta, ese cariño no se traslada en automático a un partido cuya dirigencia formal carece de liderazgo y representatividad, porque su llegada fue coyuntural y producto de una imposición.
En este momento Morena ya no tiene músculo político en Morelos, tampoco un número importante de militantes y aunque su imagen es mucho mejor que la de sus adversarios, para que esa ventaja se traduzca en votos, es necesario que se combine con una buena estrategia de campaña y candidatos que conecten con la gente.
Si quieren ganar la elección del 2027, tienen que comenzar a trabajar desde ahora.
· posdata
Recordemos algunos errores cometidos por Morena en el diseño de la campaña del 2024 en Morelos y algunos elementos que podrían lastimar al partido en el 2027:
1- Selección de malos candidatos, excluyendo a aspirantes con apoyo social, lo cual provocó deserción, fracturas en la base y ruptura con partidos aliados. La mala conducción de la campaña estatal costó al movimiento la derrota en 30 de los 36 municipios.
2- Si persiste la percepción de que el partido y sus gobiernos protegen al exgobernador Cuauhtémoc Blanco y no se avanza en la promesa de combatir la corrupción, se profundizará el desencanto de simpatizantes y militantes, lo cual de manera colateral fortalecerá el discurso de la oposición.
3- Simular que se tiene estructura, jugar con un padrón inflado y mantener actores que fingen, sin capacidad de coordinación y trabajo tangible en los municipios o apostar por candidaturas sin respaldo social, impuestas o creadas de último momento, repetirán el escenario de derrota del 2024.
El punto de partida estatal para Morena en la contienda intermedia son 6 municipios; aunque se trata del partido que gobierna Morelos y es la primera fuerza nacional, en la entidad no arranca como puntero y, por el contrario, se coloca estructuralmente muy por debajo de la alianza opositora.
Además de lo anterior es evidente que dentro de Morena hay división, existen varios grupos operando y el menos consistente es el afín a la gobernadora. En la carrera de afiliación el gran ganador será el senador Víctor Mercado y a partir de ahí su posibilidad de competir en Cuernavaca en el 2027 y perfilarse como candidato a la gubernatura en el 2030 aumenta exponencialmente aún contra la voluntad de Margarita González Saravia.
A dos años de la contienda intermedia y uno de que arranque formalmente el proceso electoral, hay mucho que hacer en Morena para ganar la elección.
La reflexión de la que deben partir es básica: gobiernan Morelos, pero son oposición para el 75 por ciento de los morelenses.
Hay mucho que hacer antes de que se instalen las urnas.
· nota
Hay al menos 15 impugnaciones al resolutivo que obliga a los partidos políticos a imponer mujeres en 21 de los 36 municipios de Morelos en la elección del 2027; la primera impugnación la presentó el PAN.
Aunque la acción afirmativa fue celebrada por la diputada Meggie Salgado Ponce, todo indica que la norma no aplicará, porque se trata de una sentencia excesiva, radical, que en lugar de fortalecer la equidad trastoca el espíritu de la democracia.
Pero aún si la norma aplicase, es muy baja la posibilidad de que la diputada federal Meggie Salgado sea postulada como candidata a la alcaldía de Cuernavaca, porque no tiene peso dentro de Morena, ni arraigo con la militancia.
Igual que en todos los partidos, las candidaturas dependen del ánimo de quien decide, de la fuerza que tengan con la militancia, de la estructura que las acompañe y la imagen que les devuelve la sociedad.
Salgado Ponce no es (al menos hasta ahora) candidata de la gobernadora, no milita formalmente en Morena (fue candidata ciudadana), carece de estructura y en las últimas mediciones está por debajo de otros aspirantes. La figura de Morena mejor evaluada en Cuernavaca es Víctor Mercado.
La acción afirmativa es clave en esta historia para todos los partidos.
· post it
Los diputados locales son candidatos naturales para el 2027, varios de ellos están perfilados a la reelección y algunos tratarán de competir en los municipios.
Daniel Martínez Terrazas, Rafael Reyes, Andrea Gordillo, Jazmín Solano, Alberto Sánchez, Francisco Sánchez y Alfonso Sotelo podrían buscar un nuevo espacio en el proceso electoral del 2027, en las alcaldías o la reelección, pero no todos tienen la candidatura asegurada, ni mucho menos la victoria en la bolsa.
Por supuesto todos los demás quieren mantenerse activos dentro del presupuesto, pero no todos podrán hacerlo. La dirigente petista Tania Valentina seguramente tratará de hacer otra maniobra para colocarse por quinta ocasión consecutiva en una posición plurinominal, mientras que la presidenta de la cámara podría buscar la reelección o tratar de volver a gobernar su municipio.
Daniel Martínez y Andrea Gordillo tienen un escenario interesante: si aplica la regla de género en Cuernavaca, la candidata a la alcaldía será la diputada, pero si no, el abanderado será Daniel. En este escenario a Andrea le quedaría buscar un escaño federal (que no ganaría) o esperar a incorporarse al gobierno municipal, si el PAN repite por tercera vez.
Los morenistas Rafael Reyes y Alfonso Sánchez tratarán de regresar a sus municipios, el primero con la vía libre para obtener la candidatura y el segundo con la esperanza de ganar la nominación por encima del alcalde actual. El apoyo de Juan Ángel Flores en Jojutla será decisivo: a quien apoye, tiene más posibilidades de ser candidato.
Alberto Sánchez puede buscar la reelección o tratar de regresar a Xochitepec de la mano del PT, mientras que a Francisco Sánchez el panorama se le complica porque no puede reelegirse una vez más, ni buscar la alcaldía de su municipio porque la ocupa su hermano.
Parece lejos, pero el 2027 está a la vuelta de la esquina.
· redes sociales
Varios actores políticos ya se promocionan de cara al 2027; muchos lo hacen a través de sus redes sociales… donde solo los ven sus seguidores.
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