Serpientes y escaleras - Los tiempos en política

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Los tiempos en política

En política no todo lo que parece definitivo resulta al final como se planea.

 

Los tiempos en política

En política los tiempos no se miden de la misma manera que en otras actividades; las circunstancias que rodean las actividades públicas de un gobierno suelen cambiar de manera precipitada y muchas veces contraria a los planes que elaboran los actores de poder. “En veinticuatro horas se pueden mover muchas cosas en política”, me dice un experimentado gobernante. Los tiempos y la operación política son factores sustantivos de la gobernabilidad.

Las promesas y los compromisos políticos suelen estar sujetos a distintas variables; el tiempo es un punto clave en este tipo de arreglos: tomar acuerdos o hacer promesas con mucho tiempo de anticipación conlleva un doble riesgo, porque a partir de lo que ocurra en el entorno social los planes pueden variar, cambiar o de plano revertirse.

Tomemos por ejemplo el caso de un candidato que en la pasada elección del mes de junio presumía tener la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador para ser el próximo gobernador de Morelos; el aspirante refería dicho acuerdo en las mesas con la intención de crear expectativas y allegarse voluntades en una contienda que sentía en la bolsa y finalmente perdió. Ahí quedaron todos los planes y escenarios construidos en base a esa supuesta promesa: la derrota electoral lo dejó fuera de cualquier posibilidad de buscar la gubernatura en el 2024.

Otros ejemplos de cómo se mueven los tiempos en política los podemos observar en los virtuales candidatos de Morena y de la oposición a la gubernatura de Morelos en el 2024, Rabín Salazar Solorio y José Luis Urióstegui Salgado. El subsecretario es en este momento la carta más fuerte del Movimiento de Regeneración Nacional en el estado porque existe la idea que el presidente le debe la candidatura y se la pagará en la siguiente contienda electoral. Rabín es un personaje conocido, aunque alejado desde hace varios años de Morelos; si la candidatura de su partido deriva de una designación es muy probable que el contador represente los intereses de la 4T, pero si la decisión se toma a partir de una encuesta, los favorecidos podrían ser los alcaldes de Jiutepec y Jojutla Rafael Reyes Reyes y Juan Ángel Flores Bustamante. Todo depende de lo que pase en los próximos dos años.

El caso del alcalde electo de Cuernavaca es similar: José Luis Urióstegui se perfila como el candidato más fuerte de la oposición, ya sea solo bajo las siglas del Partido Acción Nacional o como el representante de un frente amplio opositor. Por supuesto que en el trayecto pueden aparecer otros aspirantes, pero no hay ninguno que tenga en este momento la proyección ni las condiciones que tendrá el abogado desde la capital.

Rabín Salazar y José Luis Urióstegui comparten el mismo panorama: están sin estar, es decir, para muchos son los candidatos naturales aún sin haber pasado ninguno de los filtros que debe cruzar cualquiera que aspire a ese cargo. En ambos casos el tiempo puede ser una ventaja o una desventaja, los puede ayudar a fortalecer su imagen, su estructura y consecuentemente su aspiración o por el contrario, conducirlos por un camino contrario hasta dejarlos fuera de la competencia.

El gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo también entra en esta circunstancia de tiempo: hoy el jefe del ejecutivo de Morelos es una persona cercana al presidente de México, goza de su simpatía, su afecto y su ayuda; gran parte de los problemas que ha tenido que enfrentar al frente de la administración estatal han recibido el apoyo de la federación, incluso los momentos de crítica más severa al régimen fueron atendidos y atemperados desde oficinas en la ciudad de México.

En este instante el panorama político del exseleccionado nacional es bueno porque a pesar de que como Miguel Mejía Barón se rehúsa a hacer cambios en su manera de actuar, la coyuntura lo ha colocado como un fuerte aspirante al gobierno de la ciudad de México bajo las siglas de Morena, de ahí sus constantes apariciones en el escenario capitalino, varias veces al lado de la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum.

Aquí los tiempos también juegan: Blanco Bravo está en el ánimo del presidente y por ello podría ser candidato allá en el 2024, pero debemos tomar en cuenta que su nombre ha surgido con muchísimo tiempo de anticipación, lo que provoca molestia e incomodidad en otros personajes del partido que buscan el mismo cargo y estarían interesados en ponerle piedras en el camino al futbolista. El surgimiento del gobernador de Morelos como un probable candidato a la jefatura de gobierno de la CdMx no es casual, está relacionada con el interés de cuidar a Claudia Sheinbaum, quitándole reflectores y golpes en la carrera presidencial. Entre más tiempo antes asome la cabeza un político de cara a una elección, más difícil es controlar los escenarios.

Dentro del gabinete hay que ver el contexto en función de los tiempos, porque de manera natural el gobernador jugará con algunas de sus piezas en el tablero político del 2024: por su encargo como titular de la política interna Pablo Ojeda puede considerarse el candidato natural del jefe del ejecutivo, pero visto su desempeño, resultados y posicionamiento, otra pieza que debemos observar es el secretario de movilidad Víctor Mercado, un hombre que mantiene en orden su sector, que ha dado buenas cuentas al ejecutivo y con un reconocimiento social y habilidad política que lo vuelven una ficha muy importante para el gobernador.

Los años que nos separan del arranque formal del proceso electoral se van a mover en función de tiempos y circunstancias y todo dependerá de lo que todos los días hagan los actores políticos, los partidos y la propia sociedad.

En un primer análisis es posible ubicar desde ahora a quienes en este momento son figuras preponderantes, tienen factores a favor y condiciones para avanzar en la carrera por la sucesión, sin embargo no podemos dejar de observar que es mucho tiempo el que aún debe transcurrir y demasiadas cosas las que pasarán antes de que las dirigencias de los partidos decidan con quienes apostarán de cara al 2024.

En política el timing cuenta mucho.

  • posdata

El primer clavo en el ataúd de la iniciativa del Fondo para el Bienestar propuesta por el PRI en el congreso local lo colocó el diputado Agustín Alonso al referir que su voto sería en contra porque lo consideraba una incongruencia y un espacio que al fungir como intermediario podría dar pie a actos de corrupción.

El segundo lo dio el panista Oscar Cano al señalar que su grupo parlamentario iba en contra de la iniciativa de Eliasib Polanco porque se trataba de un proyecto con intereses personales políticos y económicos, ajenos al desarrollo de los municipios, con los cuales Acción Nacional no congeniaba.

El remate se lo puso el presidente de la mesa directiva de la cámara de diputados Francisco Erick Sánchez Savala, quien dijo que la iniciativa tricolor que contemplaba un fondo económico de 540 millones de pesos para realizar obra pública en los municipios estaba congelada, por lo que no ha sido dictaminada “ni pasará”.

Habría que recordar que al principio, cuando la idea fue presentada e intentada llevar en fast track al pleno, muchos legisladores simpatizaron con el proyecto porque lo consideraban una oportunidad para obtener recursos para operar políticamente (“Eran 2 millones de pesos mensuales para cada uno” me comentó un diputado); luego de que algunos personajes clave mostraron su oposición al tema poco a poco la tendencia ha ido cambiando al grado que hoy nadie, salvo el priísta, defiende dicha iniciativa.

El fondo de bienestar municipal propuesto por el PRI es otro ejemplo de una mala operación política y un grave error en el timing. Eso y que detrás de Eliasib Polanco están los hermanos Lelos, ampliamente conocidos por sus abusos y sus torpezas.

Ojo: lo buey se pega.

  • nota

Un comentario, un tuit, un incidente de tránsito, algún hecho del pasado, un malentendido político, un problema familiar… todo cuenta en política en tiempos donde las figuras públicas están expuestas de manera permanente al escrutinio.

Nunca como ahora quienes tienen un espacio político, de poder o de opinión debieron ser tan cuidadosos de su actuar en lo público o en lo privado, porque cualquier cosa puede alterar la percepción y modificar los planes. Un día eres el político consentido del régimen, el que se mueve en vehículos último modelo y rodeado de escoltas y presume sus encuentros cotidianos con la clase gobernante y al otro no eres nadie; un día el teléfono suena incesante y todos te piden una cita y al siguiente nadie se acuerda de ti y cuando te ven te evitan.

El ejercicio de poder es tan complicado que no basta con el buen comportamiento de la persona, las miradas están puestas en el círculo cercano que rodea al personaje: su familia, sus amigos y sus incondicionales; hay errores personales que pesan, pero también existen fallas en otros que cuestan lo mismo o a veces mas.

Los primeros dos meses de la nueva legislatura morelense nos permiten ir entendiendo la imagen de un congreso en donde hay veinte diputados iguales, que no pesan lo mismo, es decir, todos tienen una representación popular, pero no todos tienen el mismo liderazgo, la misma confianza, ni la misma inteligencia política.

Lo mismo ocurrirá cuando en unas semanas veamos el arranque de los gobiernos municipales: son 36 ayuntamientos que se renuevan, pero no todos arrancan del mismo punto; en este plano hay dos ediles que refrendaron el triunfo y de manera natural llevan ventaja sobre los demás, también hay un alcalde que gobernará la ciudad capital y atraerá las miradas porque muchos lo consideran desde ahora un candidato a la gubernatura. Después están todos los demás, figuras que generan esperanza y sobre las cuales existen diferentes expectativas; el equipo de gobierno, la actitud, el manejo de su imagen y los resultados irán acomodando a cada uno en su sitio.

Para Cuauhtémoc Blanco el timing también será importante, porque a partir del siguiente año comenzará la bajada de su gobierno, es decir, el punto a partir del cual los días se cuentan al revés: no los que llevan, sino los que faltan. La política siempre es importante en una administración pública, pero se vuelve sustancial conforme se acerca el final del camino. Para el gobernador la política puede ser a partir de ahora la diferencia entre cerrar exitosamente su gestión y proyectarse a una nueva encomienda o enfrentar un cierre difícil con más enemigos y problemas de los que puede ser capaz de enfrentar.

  • post it

A unas semanas de tomar el cargo, la presidenta municipal electa de Temixco Juana Ocampo habla de la mina de Tetlama y dice que el proyecto avanzará solo si las autoridades federales lo avalan y otorgan los permisos necesarios para su funcionamiento.

Obvio: el debate en torno a este multimillonario proyecto se da en dos vertientes: el social, que deriva de la socialización del proyecto entre las comunidades aledañas, lo cual por cierto, parece estar bastante avanzado y por buen camino. Y el otorgamiento de los permisos para funcionamiento, los que en su mayoría de carácter federal y solo alguno corresponde al gobierno municipal.

La mina de Tetlama es un buen proyecto, representaría un impulso económico muy importante para toda la región y sería la inversión más grande del estado en los últimos años; lo delicado es que de parte de la empresa ha faltado habilidad en el cabildeo político local al tiempo de que se han ido enfriando sus acuerdos a nivel nacional. Ítem más: si atendemos a lo que en una rueda de prensa mañanera dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador, el gobierno de AMLO no otorgará más permisos para proyectos mineros.

Veremos que sigue en esta historia.

  • redes sociales

Se han vuelto cotidianos los hechos de violencia en la capital; ayer más muertos.

Lo bueno es que a partir de enero eso cambiará, porque José Luis Urióstegui ha prometido que las mejoras se notarán desde el primer día y en dos meses bajará la incidencia delictiva en Cuernavaca.

Así sea.

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