Serpientes y escaleras - Los nuevos magistrados
En opinión de Eolo Pacheco
Los diputados de oposición nombraron diez nuevos magistrados. Ahora controlan dos de los tres poderes
Los nuevos magistrados
Pese a las críticas al proceso, al perfil de los aspirantes y la supuesta venta de magistraturas, el congreso local nombró la madrugada del viernes a diez nuevos integrantes del TSJ. “Es nuestra facultad” dijo retador hace unos días Francisco Sánchez a grupos sociales y de profesionistas que solicitaron que se privilegiaran la carrera judicial. De nada sirvieron los intentos de última hora del gobierno estatal y federal para que los diputados dejaran de lado los intereses personales, políticos, económicos y de grupo en esta historia: de noche, como bandidos, designaron a los nuevos magistrados. Ganó Graco.
Basta con revisar el perfil, los antecedentes y los vínculos personales de los nuevos funcionarios para darse cuenta que varios de ellos tienen una fuerte relación personal con el exgobernador Graco Ramírez y con los legisladores actuales. Su designación no deriva de una trayectoria profesional, experiencia profesional o preparación académica; salvo alguna excepción, se trata de personajes que llegan a los tribunales con un perfil político y una encomienda específica. De ellos depende el futuro de Cuauhtémoc Blanco.
Al gobernador saliente le debe preocupar la nueva conformación de Poder Judicial porque quienes llegaron a ocupar las posiciones vacantes son figuras antagónicas a él, relacionadas directamente con su archienemigo y con la facultad para procesarlo antes o después de que concluya su periodo de gobierno.
Esta historia se puede observar desde dos ángulos: del lado institucional representa un duro golpe al Poder Judicial porque en lugar de que a los espacios vacantes lleguen profesionistas del derecho con carrera judicial, calidad moral y sentido de la institucionalidad, arriban personajes políticos, sin conocimiento de lo que representa el cargo, ni experiencia en la impartición de justicia.
Luego está el ángulo político: los diputados opositores lograron colocar más piezas a su favor en la lucha contra el gobernador: con sus diez magistrados controlarán ahora el poder judicial y tendrán los votos suficientes para, llegado el momento, actuar contra Cuauhtémoc Blanco.
El jefe del ejecutivo está viviendo el peor momento de su mandato, está perdiendo aceleradamente poder y ha quedado descobijado por el gobierno federal; no logró colocar a su delfín en la candidatura al gobierno estatal y difícilmente podrá ubicar a sus incondicionales en los congresos local y federal. El cierre de sexenio será duro y el año siete muy complicado.
Estamos frente a un hombre que al final de su mandato está quedando descobijado políticamente y a merced de sus muchos enemigos; con el G15 mantiene un duelo frontal, es una lucha que se volvió personal y hasta hace poco pudo ser contenida por el gobierno de la república y sus aliados en el poder judicial, pero ahora las cosas han cambiado.
Los opositores a Cuauhtémoc Blanco manejan el congreso local y están a punto de tomar por asalto el poder judicial; Jorge Gamboa está en una encrucijada política y personal: puede mantener su lealtad al jefe del ejecutivo y consecuentemente ser removido de la presidencia o sumarse al bloque opositor y encabezar desde el Tribunal los embates contra el futbolista. ¿Qué decisión tomará?
Aunado a ello están los fiscales, presionados desde hace meses por el gobierno federal, pero momentáneamente empoderados con la llegada de los nuevos magistrados, entre los que se cuenta la esposa de Uriel Carmona. En este bloque hay que considerar al titular de la comisión estatal de derechos humanos y a la candidata del FAM, quien abiertamente ha dicho que va tras la cabeza del jefe del ejecutivo.
La tormenta perfecta en contra de Cuauhtémoc Blanco se ha formado y no es casualidad; la ausencia de política, de diálogo y de acuerdos fue lo que originó tanto encono en su contra; hoy todo se ha conjugado en el peor momento para él, justo cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dejado el control político del país en manos de Claudia Sheinbaum y la coordinación de la 4T en Morelos recae en una dama que no pertenece al grupo político del mandatario, ni estaría en el ánimo de ayudarlo.
Quizá en este momento el americanista comience a darse cuenta el tamaño del problema que tiene enfrente y del riesgo que corre con este nuevo escenario; tal vez ahora entienda el costo de no dialogar, de no acordar y llevarse bien con quienes, como él, están al frente de las instituciones del estado; puede ser que ahora pondere por qué las diferencias políticas no deben volverse asuntos personales.
El problema más grande para el gobierno saliente es que aquellos con quienes ha mantenido diferencias a lo largo de cinco años se han empoderado y se ubicaron en un espacio desde donde sí le pueden hacer daño. Cualquier cosa que intente Cuauhtémoc Blanco en el futuro, aunque no sea en el ámbito político, depende de lo que sus adversarios y este nuevo grupo de magistrados hagan, porque la responsabilidad de sus acciones al frente del gobierno estatal no concluyen con su gestión.
Por supuesto la manera como actuaron los diputados locales es revanchista, parcial y plagada de críticas; serán los profesionales del derecho, particularmente los interesados y/o afectados directamente por este proceso quienes podrán impugnar el proceso si lo consideran fuera de la legalidad. Pero en este caso concreto el ejecutivo no puede hacer nada, no puede recurrir a un amparo ni interponer una acción de inconstitucional, porque la ley no se lo permite.
Los que transcurren son días claves en esta historia, la designación de diez nuevos magistrados representa un golpe contundente al gobierno saliente y una amenaza muy fuerte a Cuauhtémoc Blanco y a su equipo, porque la mayoría de los integrantes del poder judicial estarán en su contra y varios de ellos responden políticamente a Graco Ramírez.
El bloque opositor del congreso local había acordado con el gobierno federal no actuar de manera alevosa en la designación de nuevos magistrados y privilegiar la carrera judicial, la experiencia y currículo de los aspirantes al cargo; al final rompieron su palabra. La designación apresurada ocurrió como lo advirtieron los profesionales en derecho: sin transparencia, con parcialidad y privilegiando el perfil político de los aspirantes.
Esta historia no ha concluido para ninguna de las partes: para el gobernador Cuauhtémoc Blanco implica un riesgo latente por lo que implica que los juzgadores sean actores políticos enemistados con su gobierno y con él en lo personal; para los legisladores también quedan pendientes que revisar, porque actuaron de manera irregular, corrupta y rompiendo los acuerdos pactados en la secretaría de gobernación.
Cuauhtémoc Blanco, como cualquier funcionario público, tendrá que rendir cuentas de sus actos como gobernador del estado de Morelos, pero también los diputados son sujetos de escrutinio y tanto sus actos como sus decisiones pueden ser impugnadas y sujetas a acciones legales.
La tormenta perfecta para el gobernador se está formando.
· posdata
Ellos son los nuevos magistrados del Poder Judicial de Morelos:
La magistratura que dejó vacante Nadia Luz María Lara Chávez será ocupada por el exdiputado Javier Mojica Díaz, colaborador y aliado de la diputada del PT Tania Valentina Rodríguez Ruiz, amiga personal y aliada política del exgobernador Graco Ramírez.
En lugar de María Leticia Taboada Salgado llega Nancy Giovanna Montero Mercado, propuesta por el PAN.
La magistratura que ocupaba María Idalia Franco Zavaleta será de Rolfi González Rodríguez, esposo de la actual Magistrada del TSJ Guillermina Jiménez Serafín.
El espacio de Carlos Iván Arenas Ángeles corresponderá a María Luisa Sánchez Osorio, esposa del Fiscal General del Estado de Morelos Uriel Carmona Gándara, propuesto para el cargo por el exgobernador Graco Ramírez.
En lugar de Ángel Garduño González llega Juan Gabriel Vargas Téllez, abogado defensor personal del exgobernador Graco Ramírez.
La silla de Rubén Jasso Díaz será de Cecilia Verónica López González, hermana de Jorge Meade González, funcionario y cercano excolaborador de Graco Ramírez.
La oficina de Norberto Calderón Ocampo es para Arturo Loza Flores, asesor del diputado Alberto Sánchez Ortega.
A las magistraturas de Cuautla llegan:
Miriam Janet Uribe Peralta, actual Auxiliar Jurídico en la Procuraduría de la Defensa del Trabajo del estado de Morelos.
José Anuar González Cianci Pérez, exconsejero Jurídico del exgobernador Graco Ramírez.
Y Anahí Bahena López, exfuncionaria del gobierno de Graco Ramírez, esposa del exsecretario de gobierno de Graco Ramírez, Ángel Colín y receptora de una Pensión Dorada en la legislatura graquista.
¿Así o más claro?
· nota
Luego de lo ocurrido la noche del viernes en el congreso local, Cuauhtémoc Blanco tendría que replantear su estrategia de cierre de sexenio y buscar aliados. Le urge.
Queda claro que el gobierno federal ya no está en condiciones de blindar al futbolista y proteger sus intereses por encima de todas las cosas; la secretaria Luisa María Alcalde dialogó hace unos días con los diputados locales, llegó a acuerdos con ellos en varios temas, incluyendo la designación de magistrados y al final los legisladores de oposición hicieron lo contrario a lo pactado.
El gobierno saliente tiene muchos fierros calientes en la lumbre, enfrenta una embestida sumamente peligrosa y sus adversarios ya tienen el control de dos de los tres poderes.
De cara a la renovación del gobierno, el único y mejor camino que tiene el futbolista es cerrar filas con la candidata de su partido, necesita abrir un canal permanente de diálogo, buscar acuerdos y retomar la buena relación que tuvieron en otro momento. Pero sobre todo es importante que el mandatario saliente entienda su circunstancia política y la importancia de cerrar su ciclo de la mejor manera, con más aliados y menos enemigos. Su futuro depende de ello.
Reitero: aún cuando este sea el último espacio político que ocupe Cuauhtémoc Blanco, su futuro depende de que la revisión de lo hecho en su administración no se haga con la intención de dañarlo.
Ningún club de fútbol o cadena televisiva reclutaría a un personaje sujeto a proceso, aunque se trate del famoso Cuauhtémoc Blanco.
· post it
El alcalde José Luis Urióstegui se destapó como aspirante a la reelección; finalmente se dejó de rodeos y manifestó su interés por continuar los trabajos que lleva a cabo en la capital “para darle continuidad a las acciones y alcanzar los objetivos”, dijo, en materia de seguridad, desarrollo y bienestar.
En esta cruzada el abogado volverá a toparse con Javier Bolaños, a quien en el 2021 dejó fuera en la carrera por la candidatura de Acción Nacional; ahora Bolaños competiría bajo las siglas de Morena.
De concretarse las candidaturas de ambos, el duelo será interesante: Urióstegui utilizará la plataforma municipal para proyectarse, pero cargará con la pesada carga de los Terrazas, los sinsabores que provoca su gobierno y la pérdida de aliados. En la elección del 2024 Urióstegui ya no podrá prometer y deberá presentar los resultados de su gobierno como un argumento para volver a recibir la confianza del electorado.
La capital es una plataforma política natural para la gubernatura, pero no aplica igual para Urióstegui que para Bolaños; el abogado se puede reelegir una vez más, lo que implica que dejaría el gobierno de Cuernavaca en el 2027; si el ingeniero gana, puede buscar la reelección en el 2027 y llegar al 2030 como un candidato natural a la gubernatura.
La clave en la elección que viene, además de las siglas partidistas, son las alianzas y la percepción. Quien mejor comunique irá un paso adelante.
· redes sociales
Arrancó la precampaña de Margarita González Saravia. Comienza a escribirse una nueva historia política en Morelos.
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