Serpientes y escaleras - La penúltima mordida: el alumbrado

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - La penúltima mordida: el alumbrado

Privatizar el alumbrado público, decisión polémica que ya no le corresponde a Villalobos

 

La penúltima mordida: el alumbrado

A cuatro meses de concluir su mandato el presidente municipal de Cuernavaca pretende concesionar el servicio de alumbrado público de la ciudad por los próximos quince años, lo que representa comprometer el 30 por ciento de las participaciones municipales por las siguientes cinco administraciones. La historia es clara, se trata de un negocio de casi 1 mil 500 millones de pesos que dejará una jugosa comisión para quienes lo aprueben.

Este tipo de concesiones existen, aunque no son comunes en Morelos; en los años recientes algunos gobiernos municipales lo han hecho y en todos los casos se ha hablado de que hubo dinero de por medio. En Cuernavaca el último proyecto de este tipo lo implementó el alcalde Manuel Martínez Garrigós, quien cambió gran parte de las luminarias de la ciudad por lámparas de origen chino que se descompusieron a los pocos meses de haber sido instaladas. Eso no importó: el negocio de la concesión ya estaba hecho y por varios años representó una enorme carga financiera para el ayuntamiento.

El documento con el cual inició este nuevo proceso está fechado en noviembre del año 2019 y fue confirmado este mes de agosto en una sesión extraordinaria de cabildo. El proyecto es por 1 mil 498 millones de pesos que se pagarían en los próximos quince años reteniendo el 30 por ciento del Fondo General de Participaciones.

La idea de privatizar el servicio de alumbrado público no está libre de polémica; en la administración pasada hubo un intento del gobierno estatal y de la legislatura 53 de privatizar el servicio de alumbrado en la mayoría de los municipios de Morelos. En ese momento el plan era mucho más ambicioso porque lo impulsaba el congreso con la ayuda de Graco Ramírez y se obligaría a los ediles a participar en un fideicomiso expresamente creado para ello.

Un diputado local me confió como se estaba “planchando” el tema: se va a privatizar el alumbrado público en todos los municipios, se va a crear un fideicomiso que se encargue de renovar la infraestructura y darle mantenimiento por los siguientes veinte años; los ayuntamientos no tienen manera de hacerlo, por eso se les va a plantear el modelo y las empresas que se encargarían de hacerlo. Es un plan en donde todos ganan porque los municipios estarían totalmente iluminados sin pagar más y cualquier deterioro en la infraestructura sería inmediatamente resuelto por la empresa concesionaria”.

¿Y cómo van a convencer a todos los alcaldes? Fue la pregunta obligada. Ya estamos hablando con ellos, algunos ya están de acuerdo y Rodrigo (Gayosso) está presionando a los que todavía se oponen; además de los beneficios para sus municipios habrá un porcentaje de la ganancia que se llevarán ellos (los presidentes municipales). ¿Y los diputados? Ahí el planteamiento es distinto: para algunos habrá una comisión en efectivo al momento de votar y para algunos otros, los menos, el esquema es diferente: se han formado varios fideicomisos que participarán en la concesión y algunos de nosotros entraremos en sociedad con la empresa a través de esos fideicomisos.

Ese intento de privatizar el servicio de alumbrado público en Morelos no prosperó porque hubo desencuentros personales y políticos entre algunos de quienes intervenía en el negocio y la ambición de Rodrigo Gayosso hizo naufragar el negocio. El esquema estaba bien hecho y representaba ganancias de millones de pesos para cada uno de los participantes, pero la codicia del hijastro era monumental. Dato anecdótico: en ese tiempo el alcalde de Cuernavaca Cuauhtémoc Blanco denunció públicamente que un diputado le había ofrecido 80 millones de pesos por avalar la concesión del servicio de alumbrado público en Cuernavaca durante los siguientes 20 años.

Viendo la fama pública de Antonio Villalobos como presidente municipal de Cuernavaca y entendiendo que se trata de un negocio de 1 mil 500 millones de pesos es imposible suponer que se trata de una acción noble de parte de las autoridades municipales salientes. El tema es llamativo por muchas razones, empezando por el golpe financiero que representa para la ciudad y porque, de aprobarse, se autorizaría a cuatro meses de que termine el periodo de gobierno municipal y a unos días de que concluya la gestión de la actual legislatura.

La voracidad de la familia Villalobos no tiene límites: el gobierno de Cuernavaca es fallido, ha mostrado niveles de corrupción e ineficiencia nunca vistos y abusos de autoridad que sin duda obligan al gobierno entrante y a la 55 legislatura a revisar puntualmente de lo que se hizo en estos tres años. Pero regresemos a la concesión de alumbrado:

El negocio está planeado en el municipio, lo encabeza el alcalde Antonio Villalobos, pero en él participan también los regidores y algunos funcionarios municipales, empezando por la jefa de la oficina de la presidencia Laura Mendizábal, el secretario privado del alcalde Héctor Ordoñez, el tesorero José Reynón Quiñonez y el secretario del ayuntamiento Erick Santiago Romero.

La aprobación de este contrato de Asociación Público-Privada no está en manos del ayuntamiento, aunque el cabildo ya haya dado su autorización; corresponde al congreso local dar luz verde al proyecto a más tardar este viernes, cinco días antes de que se lleve a cabo la transición de legislaturas. El vicepresidente de la mesa directiva de la cámara, José Luis Galindo, ya adelantó que el proyecto no es viable y el coordinador de Morena dice que él no votaría a favor.

El del alumbrado es un negocio millonario que deberá ser sufragado por la ciudad durante los siguientes quince años;, el dinero correspondiente al pago de ese contrato se retendría en automático de las participaciones municipales, es decir, los siguientes cuatro gobiernos de Cuernavaca perderían de un plumazo el 30 por ciento de sus recursos, lo cual afectaría severamente la operación de una ya de por si golpeada ciudad.

Conocedor de este tema el alcalde electo José Luis Urióstegui ya se manifestó y solicitó al cabildo saliente no tomar una decisión que comprometa las finanzas municipales más allá de su periodo. El llamado, empero, fue discreto, tibio, apenas un susurro; el abogado tiene que ser más firme en este y todos los temas que corresponden a la administración de la capital; aunque aún no está en funciones, todo lo que está haciendo hoy Villalobos va a impactar en su gobierno.

Cuernavaca tiene muchos fierros en la lumbre, hay demasiados problemas en la agenda y la mayoría de ellos requieren dinero para solucionarse. Comprometer el 30 por ciento de los recursos municipales implica un golpe severísimo a las finanzas municipales, es quitarle más dinero a una ciudad que ya está en quiebra.

Al presidente Villalobos eso ya no le importa porque lo que trata de hacer en estos últimos meses es llevarse la mayor cantidad de recursos a su bolsa.

Podríamos pensar que este negocio es la última mordida del lobo como jefe del ayuntamiento de Cuernavaca, pero no es así; aún le quedan cuatro meses para seguir robando todo lo que pueda.

  • posdata

Un grupo no muy numeroso de estudiantes universitarios convocados por la FEUM se han manifestado en los últimos días en contra del alza de dos pesos a la tarifa del servicio público de pasajeros; el martes cerraron algunas calles del centro histórico de Cuernavaca y al día siguiente instalaron un plantón afuera de un verificentro.

Tres fueron las demandas de los jóvenes, empezando por su reclamo al incremento en la tarifa de las rutas; las otras dos son el llamado al gobierno federal para que rescate financieramente la universidad y la última una convocatoria a no retornar a clases presenciales porque “no hay las condiciones para ello”.

Hace ya varios años que no veíamos una movilización estudiantil como la de esta semana; en tiempos recientes las marchas universitarias habían sido distintas: acudían miles de estudiantes y sin descontar la firmeza de sus reclamos, se llevaban a cabo con civilidad, demostrando la personalidad de la clase universitaria morelense.

La del martes no fue así, apenas fueron unos cuantos jóvenes y hubo actos vandálicos que hace mucho no veíamos; la molestia por el incremento al transporte es válida, pero las otras dos peticiones no tenían sentido, porque el llamado al rescate financiero de la universidad lo encabeza el rector y a él se han sumado diversas figuras de la vida pública del estado; se trata de una situación económica grave que no es exclusiva de la UAEM (en la misma condición está una veintena de universidades públicas del país) y desde hace meses se buscan caminos para resolver este tema. No hacía falta marchar para ello.

En lo que refiere al regreso a clases el llamado es absurdo porque aunque las clases presenciales reiniciarán el próximo lunes, las autoridades de los tres niveles de gobierno han insistido hasta el cansancio que no es obligatorio, ni habrá sanciones de ningún tipo para quienes prefieran continuar su educación a distancia. Ítem más: la Universidad de Morelos no contempla por el momento regresar a las aulas. ¿Para que manifestarse por algo a lo que nadie está obligado?

Pero lo que me llama la atención de esta movilización estudiantil no es el legítimo reclamo por el alza al transporte, sino que parece el movimiento político de un grupo que, al viejo estilo de los Gumacos, pretende proyectar políticamente a su líder recurriendo a las prácticas porriles que ya habían desaparecido.

César González Mejía, el líder de la FEUM, es un joven cercano a la senadora Lucía Meza, quiere ser diputado local y supone que con este tipo de movilizaciones logrará llamar la atención. El problema es que visto su poder de convocatoria queda claro que al estudiante aún le falta liderazgo y todavía necesita entender mucho de política.

Es plausible que un grupo de universitarios (aunque sean muy pocos) decidan abanderar una causa social, pero el camino porril que eligieron no es el adecuado, porque recuerda los tristemente célebres tiempos de Jorge Meade, Víctor Saucedo o José Silva Bandala.

Habrá que estar atentos a la manera como se desenvuelva dirigencia estudiantil universitaria; si la estrategia del joven Mejía es revivir las viejas prácticas de los Gumacos, nada tiene que aportar a la vida política del estado, ni siquiera será digno de representar a la comunidad universitaria.

  • nota

Escucho la explicación de un miembro del cuerpo edilicio capitalino sobre la intención de privatizar el servicio de alumbrado público de Cuernavaca; se trata de darle viabilidad financiara al tema, dice, “Prácticamente pagaríamos lo mismo, pero el servicio mejoraría sustancialmente en beneficio de la gente”.

Los argumentos son interesantes y hasta cierto punto válidos, pero frente a ellos aparece un elemento que echa por tierra cualquier razón: la fama de Antonio Villalobos.

Los tres años de la actual administración han servido solo para enriquecer al alcalde y a su familia, en este tiempo los Villalobos acumularon más riqueza que en toda su vida y es evidente de donde ha salido el dinero.

Lo que se ve no se juzga: Cuernavaca está en quiebra, el municipio presta servicios de mala calidad y el ayuntamiento está muy mal administrado. Puede ser que privatizar el servicio de alumbrado público sea lo mejor para la ciudad, pero esa decisión ya no corresponde al cabildo actual ni a la legislatura saliente.

Ítem más: si en verdad se trata de una acción correcta ¿Por qué la manejaron por debajo del agua?

Antonio Villalobos es un personaje tan corrupto que resulta imposible pensar que en una licitación de 1 mil 500 millones de pesos no habrá mordida.

  • post it

Hace unos días se fue un buen hombre, falleció Rodolfo Becerril.

Inteligente, culto, interesado siempre en la vida pública del estado del país y dispuesto en todo momento a compartir sus conocimientos y opiniones, Rodolfo era sobre todo una buena persona.

No fuimos amigos cercanos, pero la vida me permitió tener una relación cordial con él y compartir en múltiples ocasiones el pan y la sal. Lo recuerdo sincero, bien informado y muy malo para hacer chistes; no siempre estuve de acuerdo con sus ideas, pero siempre encontramos puntos de coincidencia a partir del diálogo.

El PRI perdió un militante importante y Morelos un ciudadano valioso.

  • redes sociales

Se reacomodaron las posiciones plurinominales. Lo dicho: el MAS perdió y Morena ganó.

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