Serpientes y escaleras - La muralla guinda
En opinión de Eolo Pacheco
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“No llego sola, llegamos todas” Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de México
La muralla guinda
Todo indica que la solicitud de desafuero en contra del diputado federal Cuauhtémoc Blanco topara con la muralla de Morena y su mayoría legislativa; hace unas semanas parecía que la petición sería votada en el pleno, ahora todo indica que el tema se perderá en el océano de la burocracia. La 4T cargará con el costo de proteger a un violentador de mujeres. Otro más.
Seguramente el futbolista tocó base con su amigo el expresidente y este movió sus piezas en la cámara de diputado para que el tema ni siquiera se revisara; la excusa del titular de la comisión instructora fue que el expediente tenía “errores técnicos” y debía privilegiarse la presunción de inocencia.
Frente a esta nueva postura está la opinión pública, las decenas de columnas periodísticas que se escribieron sobre el tema, recordando las polémicas en las que ha estado involucrado Cuauhtémoc Blanco y los millones de comentarios en redes sociales criticando el actuar de un hombre que, a pesar de haber sido exitoso en la cancha, nunca fue un ejemplo como deportista ni como persona.
“Son falsas las acusaciones de la señora… ella le pidió que se lo llevara a trabajar a México y que le cambiara su auto, un Mini Cooper, por uno nuevo, pero como no le cumplió le inventó esa historia. ¿Por qué crees que se tardó tanto tiempo en demandar?” dice una persona cercana al exgobernador a manera de justificación.
A ciencia cierta no hay claridad sobre lo que ocurrió la noche de la supuesta agresión en la residencia oficial, narrada en una declaración ministerial por la hermana del gobernador; es la palabra de ella contra la de él, cada uno se mantiene firme en su postura y acusa al otro de mentir. Justamente para determinar la verdad de los hechos es importante que una autoridad investigue las cosas, pero parece que eso no sucederá porque Morena no lo permitirá.
A Cuauhtémoc Blanco lo volverán a proteger con los votos de Morena y quizá desde la propia fiscalía estatal, cuyo titular va llegando, no fue quien armó la carpeta de investigación y muy probablemente ha recibido la instrucción de dejar que el tema se enfríe. La cosa es así: la cámara de diputados dice que la carpeta tiene “errores técnicos” que deben ser subsanados por la autoridad estatal y la FGE quizá no tenga interés en corregir. Entonces el caso se congelará.
A lo largo de su corta carrera política Cuauhtémoc Blanco ha estado inmerso en escándalos: la contratación millonaria para que participara en la elección de Cuernavaca, sus constantes ausencias, las historias de corrupción, excesos, relaciones con narcotraficantes, fiestas, drogas y al final este señalamiento por intento de violar a su hermana. A pesar de todo ello el delantero siempre regateó los conflictos gracias al apoyo presidencial y al cobijo de un partido con mayoría en todas las cámaras.
Pero lo de hoy es diferente: el lío en el que está metido el jugador de fútbol es un tema que, a diferencia de otros que caracterizaron su gobierno, llamó la atención pública más allá de los medios de comunicación.
Las acusaciones de corrupción, las fotografías con delincuentes y su vulgaridad pública siempre fue festejada por sus seguidores, pero el señalamiento de su hermana por tratar de abusar sexualmente de ella en la residencia oficial es diferente, involucró en la discusión a personas y grupos que normalmente no opinan de temas políticos y está acabando rápidamente con la imagen que le ha valido contratos millonarios, invitaciones de televisoras y patrocinios comerciales. Obvio ¿Quién quiere estar junto a un violador?
Regresemos al principio: sin investigación, lo que hay sobre la mesa es la acusación de intento de violación de una mujer (su hermana) y la negación de los señalamientos. Ella da detalles de cómo ocurrieron las cosas, proporciona nombres, circunstancias de tiempos y una relatoría que, de ser cierta, expone a una persona con una severa enfermedad mental. Él afirma que el intento de violación es mentira, acepta que le permitió vivir en la residencia, pero asegura que “apenas la vio unas cuantas veces en su vida”; agrega que Fabiola no es su hermana y que la denuncia es un intento de chantaje ¿Pero si no la conocía, ni es su familiar, por qué la dejó vivir en la residencia oficial por varios años?
De Fabiola “N” se sabe muy poco, apenas lo que ella misma ha declarado en muchísimas entrevistas; de Cuauhtémoc Blanco se conoce todo porque se trata de una figura pública. En un caso tan grave como lo es una acusación por intento de violación la historia se ha ido armando individualmente en cada persona que opina sobre el tema.
La percepción pública favorece a la dama por la cantidad de detalles que aporta y porque se trata de una denuncia ante una autoridad; al exgobernador le pesa su pasado, las historias en las que por años ha estado involucrado y la fama paralela al fútbol que lo acompaña toda su vida y que lo pinta como un hombre proclive al alcohol, a los escándalos, la prostitución y a las relaciones peligrosas.
Este contexto es el que se ha puesto a debate más allá de lo que determine el congreso federal con los votos de Morena; permitir que el exgobernador sea investigado como cualquier persona pudo ser el mejor camino para Morena, aunque al final la fiscalía lo declararan inocente.
El problema es la forma: el hecho que la 4T no permita que se investigue a uno de los suyos le va a costar muy caro frente a la sociedad, hablamos de un mal gobernante, un terrible ser humano, una persona que se burla públicamente de los defectos físicos de los demás, que ha sido reiteradamente señalado por violentador de mujeres, que se mofa de las leyes y presume sin recato que nada le pasará porque lo protege Andrés Manuel López Obrador. ¿A quién puede caerle bien algo así?
La decisión de frenar la solicitud de desafuero y la investigación judicial evitará que el futbolista enfrente la ley como un ciudadano cualquiera, pero no cambiará la percepción de culpabilidad que ya existe entre la ciudadanía. Lo que sí sucederá es que este tema se volverá un caso más de impunidad que se atribuirá a Morena y pegará a la presidenta Claudia Sheinbaum y a la gobernadora Margarita González Saravia.
En un país gobernado por mujeres parecía imposible que un violentador de mujeres fuera protegido por el sistema.
Pero así es la 4T.
· posdata
El arranque de la administración de Margarita González Saravia no ha sido sencillo: primero fue la falta de voluntad política en el proceso de entrega recepción, luego la carencia de recursos económicos y ahora los conflictos surgidos del ejercicio de poder, agravados por fallas y traiciones de algunos integrantes del gabinete.
Han transcurrido casi cinco meses de que inició el sexenio y aunque la buena voluntad de la jefa del ejecutivo es notoria, la carencia de un gabinete adecuado comienza a ser cada vez más visible. En muchos lados se habla del equipo que acompaña a la gobernadora, de la falta de capacidad en algunas áreas y la necesidad de hacer un ajuste que permita alcanzar los objetivos y evitar nuevos casos de corrupción.
Lo ocurrido en transportes es sintomático porque en lugar de trabajar para erradicar la corrupción, se comenzaron a replicar las prácticas. El relevo no mejoró las cosas porque debajo del nuevo coordinador estatal colocaron a una dama que participó en el gobierno de Antonio Villalobos, caracterizada por su voracidad económica, su ambición personal, a quien durante muchos años se señaló de corrupta y fue conocida por ser la operadora financiera del presidente municipal. Fue, pongámoslo en perspectiva, como la Mónica Boggio del municipio.
Lo que pasó en la coordinación estatal del transporte con Josué Fernández fue malo y burdo, pero las cosas pueden ponerse peor en esta nueva etapa si Jorge Toledo no aprende de los errores cometidos por su antecesor y mantiene dentro de la estructura a figuras que son proclives al dinero fácil y pertenecen a un grupo político opuesto a la 4T, aunque vengan recomendados por alguien del gabinete.
Urge que la gobernadora revise personalmente lo que está ocurriendo en su equipo. Evidentemente algunas decisiones no fueron tomadas por ella.
· nota
Los problemas de inseguridad y los constantes hechos de violencia han impedido que el gobierno estatal refleje hacia la sociedad el enorme esfuerzo que cada día hace la gobernadora; aunque hay avances en el tema, reconocidos recientemente por los empresarios, el optimismo se pierde cuando ocurre un hecho de sangre.
Lo que sucede en la fiscalía merece atención: Edgar Maldonado es un hombre decente y su rostro refleja la enorme presión que trae encima; atrás quedó el semblante apacible, la actitud serena y la tranquilidad que da estar haciendo bien las cosas; en su lugar vemos un funcionario ojeroso, preocupado y notoriamente agobiado.
Y no es para menos: Edgar Maldonado no buscó la fiscalía, no al menos en esta etapa; estaba contento en la consejería, un área que domina, en un ambiente controlado, donde podía ejercer su profesión y cuidar a la gobernadora haciendo gala de sus conocimientos.
Ocupar la fiscalía parece una decisión de último momento de su jefa: la gobernadora necesitaba a alguien de su confianza en una posición clave y ese fue su consejero jurídico. Edgar Maldonado aceptó un cargo de alto nivel que para muchos representa poder y recursos económicos, pero también trae aparejado un cambio total de vida que afecta a su familia y representa un enorme riesgo personal.
Hasta ahora el nuevo fiscal mantiene a prácticamente todo el equipo que ya estaba en la institución y aunque eso es una decisión acertada, que le permite conocer al monstruo, conlleva el riesgo que implica estar rodeado de personas que eran leales a su antecesor, que conocen la dependencia y podrían tener intereses más allá de lo profesional.
El arranque del periodo de Edgar Maldonado como nuevo fiscal de Morelos no ha sido fácil. Y va a ponerse peor.
· post it
Luego de que la consejera jurídica del estado declaró que se habían encontrado irregularidades y actos de corrupción en la secretaría de administración del gobierno de Cuauhtémoc Blanco, la diputada Sandra Anaya, exsecretaria de administración del futbolista se puso el saco y salió presurosa a negar que ella hubiera incurrido en actos de corrupción.
Hablamos de la misma Sandra Anaya que sacó ventaja se su cargo para comprar terrenos baratos al fideicomiso Lago de Tequesquitengo y también la que aseguró que presentaría una demanda por difamación, luego de que se divulgó su nombre en el escándalo del Filateq.
La diputada no tiene mucha credibilidad que digamos.
· redes sociales
En un gobierno de mujeres, en un año de mujeres y en el régimen de una presidenta que dijo “No llego sola, llegamos todas”, Morena se perfila hacia la exoneración de un violentador de género, alguien que muchas veces ha sido acusado de agredir a las mujeres y que hoy está denunciado por intento de violación a su hermana.
Puede ser que Cuauhtémoc Blanco sea inocente de lo que se le señala, pero Morena no permitirá que el exgobernador enfrente a su acusadora en un juicio.
¿En serio llegaron todas?
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