Serpientes y escaleras - ¿Va a ganar Morena el 2024?

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - ¿Va a ganar Morena el 2024?

Todas las encuestas dicen que la 4T ganará la próxima elección. ¿Qué dicen los ciudadanos?

 

¿Va a ganar Morena el 2024?

Todas las encuestas de opinión coinciden en que Morena lleva la ventaja electoral de cara a la elección del 2024; en la Ciudad de México y en Morelos la tendencia es similar, aunque la preeminencia es menor. A pesar de ello, vista la movilización dominical en gran parte del país contra del Plan B del presidente Andrés Manuel López Obrador vale la pena preguntar ¿Es real la superioridad del Movimiento de Regeneración Nacional? ¿Hay un voto oculto que pueda dar alguna sorpresa?

La primera marcha ciudadana a favor del INE fue muy nutrida, más de lo que la mayoría hubiera anticipado y sin duda mayor a lo que el gobierno federal esperaba. En la segunda muchos pensamos que el interés ciudadano disminuiría, pero fue al revés: hubo mucha más gente que en la primera y al unísono corearon su rechazo a la figura del presidente de México.

Para el mandatario federal lo visto en la plancha del zócalo fue una expresión política de la oposición, de los grupos conservadores que marcharon en defensa de sus intereses y de la figura del exsecretario de seguridad Genaro García Luna, hoy sentenciado en Estados Unidos por narcotráfico; “Fue la marcha de los corruptos” dijo desde su tribuna mañanera. Según datos del gobierno de la Ciudad de México los manifestantes apenas llegaron a 90 mil, aunque los organizadores afirman que se superó el medio millón de asistentes.

Debatir el número de personas que marcharon o etiquetarlos en función de una lógica partidista es una manera equivocada de ver las cosas; formalmente la caminata fue para defender la autonomía del Instituto Federal Electoral y rechazar el Plan B del presidente, pero en el fondo Andrés Manuel López Obrador tiene razón: más que la defensa de la democracia se trató del agrupamiento de la ciudadanía que está en su contra.

Hay que entender algo: la oposición que se está agrupando en contra de López Obrador y de su partido no está en los partidos; Acción Nacional, el PRI y el PRD no son adversarios de Morena porque carecen de representatividad, de credibilidad y de confianza; puede ser que la gente no esté a favor de algunas (o muchas) acciones del presidente, pero ello no quiere decir que los prefieran a ellos.  

Los integrantes de la Cuarta Transformación deben observar con cuidado el surgimiento de una oposición ciudadana que ha decidido tomar las calles y manifestar su rechazo a quien hace apenas cinco años representaba la esperanza de treinta millones de mexicanos. Etiquetar a todos los que no coinciden con el régimen como parte de una mafia es un grave error de cálculo de Morena y una enorme falta de respeto a quienes hoy exigen lo que en la elección sexenal pasada les prometieron.

Queda claro que el presidente Andrés Manuel López Obrador no moverá ni un milímetro su postura, ni moderará su discurso; ¿por qué lo haría? Durante cinco años el debate frontal le ha funcionado y lo mantiene alto en un sector popular que lo idolatra.

Pero el problema para Morena no está en “los pobres”, porque para ellos el presidente de México sigue siendo un líder como ninguno, alguien que enfrenta a la clase pudiente, que pelea con los medios de comunicación, que lucha contra los corruptos y rompe paradigmas, incluidas las añejas reglas diplomáticas que nos permitían tener una relación cordial con todos los países del mundo. Esos “pobres” siguen estando del lado de Morena pase lo que pase”.

Lo que ha cambiado en cinco años es el apoyo de la clase media trabajadora, de millones de ciudadanos sin partido que votaron por Morena porque estaban hartos de la corrupción del PRI, de las complicidades criminales del PAN y vieron en López Obrador alguien distinto, alguien que representaba esperanza. ¿Cuántos de los que en el 2018 votaron por Morena lo volverán a hacer en el 2024?

El triunfo de la 4T en el 2018 no fue resultado del voto morenista, ni solo del apoyo de los pobres, ellos ya habían votado por Andrés Manuel López Obrador en las dos ocasiones pasadas en las que compitió, pero su apoyo no fue suficiente para hacerlo ganar. La ola transformadora vino cuando la clase media y la clase alta se sumaron; eso y los acuerdos que hizo el tabasqueño con todo mundo, para poder concretar su victoria.

La marcha ciudadana dominical tomó la defensa del INE como pretexto, pero de fondo se trató de una expresión colectiva de rechazo al gobierno que encabeza López Obrador, de ahí el abucheo masivo a su nombre. Entender que Morena se está desgastando socialmente y que la estrategia de choque del presidente no está dando los mejores resultados debe ser imperativo para el partido, antes de que la situación se le complique más.

En la Ciudad de México el triunfo electoral de Morena en el 2024 se ha complicado y lo mismo puede ocurrir en otros lugares, como Morelos, en donde el desgaste de las autoridades es creciente y contrastante con el aumento de la animadversión social contra la 4T.

El caldo de cultivo para que las cosas se le compliquen electoralmente al Movimiento de Regeneración Nacional en el 2024 están dadas: es evidente la existencia de un enorme enfado social y una decisión ciudadana de expresarlo en las calles y en las urnas. El problema es que del lado de la oposición no existe una propuesta electoral llamativa que capitalice este enojo o lo transforme en votos a favor de una propuesta distinta a la que mande el Movimiento de Regeneración Nacional.

Si en la boleta no hay alguien frente a la 4T que convenza a la gente, alguien que represente algo diferente, que genere empatía y conecte con la sociedad, lo que sucederá es que ante el desencanto de muchos hacia Morena lo que aumentará es la abstención. Y en ese caso quien gana es la 4T.

A nivel federal no se ve en este momento a nadie que pueda capitalizar el enojo ciudadano. En Morelos sí puede aparecer.

·         posdata

El PAN destapó a José Luis Urióstegui como su candidato a la gubernatura de Morelos en el 2024; “Es nuestra propuesta a la alianza” dijo la dirigente estatal blanquiazul.

Hay que entender cómo se definen las candidaturas cuando se trata de una alianza/coalición electoral: aunque siempre se habla de una encuesta para ubicar al precandidato (a) mejor posicionado, cuando uno de los partidos encabeza notoriamente la intención de voto, es él quien pone al candidato a gobernador.

En Morelos la coalición electoral podría estar conformada por el PAN, el PRI y el PRD (este último es un partido sin registro), pero dado que el Revolucionario Institucional agoniza y en la contienda anterior apenas conservó el registro y no tiene una figura fuerte rumbo al 2024, es evidente que la candidatura corresponderá al Partido Acción Nacional.

En un acuerdo equilibrado, si al PAN pone al candidato a gobernador, al PRI como segunda fuerza le correspondería postular al abanderado en la capital. Peeero como el tricolor está fundido y carece de perfiles atractivos para la sociedad, puede ser que también la candidatura de Cuernavaca le toque al PAN, al cabo que si los priístas hicieran berrinche y decidieran ir solos, lo más probable es que, como el PRD en el 2021 perderían el registro como partido.

Más allá de siglas partidistas, el alcalde capitalino es en este momento el mejor perfil que tiene la oposición para representarlos en el 2024; pese al desgaste de la administración municipal, para muchos José Luis Urióstegui sigue siendo un hombre decente, con arraigo y una honestidad poco vista en política. Obvio: no es panista, ni está militando en ningún partido.

Si el alcalde quiere competir en el 2024 por la gubernatura de Morelos no solo tiene que hacer un buen trabajo en el ayuntamiento y comunicar mejor, también debe comenzar desde ahora a construir la plataforma que le ayude a competir.

Con cualquiera que postule, Morena no es un partido sencillo de vencer.

·         nota

A un año de haber iniciado la administración el secretario de obras de la capital Alejandro Rosas presentó su renuncia al cargo… o se la pidieron; su relevo es quien hasta hace unos días era el secretario particular del alcalde, Demetrio Chavira.

El efímero paso de Alejandro Rosas por la administración pública fue más de sombras que de luces; tibio de carácter, sin experiencia en la administración pública y descuidado en sus responsabilidades, el exfuncionario trató de suplir sus carencias con justificaciones y el futuro lo alcanzó.

Durante el 2022 el gobierno de José Luis Urióstegui llevó a cabo un número importante de obras en la ciudad, mucho más que las últimas tres administraciones, pero en muchos casos se trató de trabajos de mala calidad que al cabo de algunas cuantas semanas o meses mostraron vicios ocultos. Todo eso ocurrió frente a los ojos de Alejandro Rosas.

Demetrio Chavira es arquitecto de profesión y en la administración de Antonio Villalobos fue funcionario municipal, precisamente en la secretaría de obras públicas, al lado del tristemente célebre Mauricio Vega Chavaje. Al nuevo titular de la dependencia le corresponde sacar una dependencia muy importante en un momento clave para la administración municipal, su encomienda va más allá de ser eficiente en lo técnico, también debe ser un punto que proyecte al ayuntamiento.

Los panistas fueron los principales promotores del cambio en la secretaría de obras del municipio y presionaron mucho para quedarse con la posición, pero el alcalde Urióstegui no se las concedió. Dicho sea de paso: los Terrazas y sus contlapaches también quieren para ellos la tesorería y la consejería jurídica, para redondear su negocio.

Esperemos que el nuevo titular de la secretaría de obras públicas municipal entienda la trascendencia del encargo y no pierda de vista que su trabajo no solo debe ser técnico, debe tener un sentido social y una actuación estratégica, porque de ello depende en buena medida el futuro político de José Luis Urióstegui.

·         post it

Primero fue la diputada panista Andrea Gordillo: desde la tribuna legislativa lanzó un exhorto al presidente de México para que condone la deuda histórica del Sapac.

Ahora es el diputado panista Oscar Cano el que “trabaja” en un convenio para la saldar la deuda millonaria del Sapac, para que la mitad (150 millones de pesos) lo absorba la CFE y la mitad la actual y subsecuentes administraciones municipales.

Ninguno de los dos puso sobre la mesa la posibilidad de que el congreso, ellos, redireccionen recursos de obras no prioritarias a la contingencia que enfrenta la capital por la crisis de agua.

Obvio: no les va a hacer caso la CFE y los legisladores no están dispuestos a sacrificar un peso de su presupuesto en pro de la ciudadanía.

¡Chulada de diputados!

·         redes sociales

A veces veo a José Luis Urióstegui y pienso que el PAN puede ser una buena opción de gobierno en Morelos.

Luego recuerdo que en el PAN están los tres corruptos hermanos Martínez Terrazas y se me pasa esa buena opinión.

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