Serpientes y escaleras - La licencia del gobernador

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - La licencia del gobernador

El americanista quiere gobernar la Ciudad de México, a pesar del apoyo del presidente, la cruzada no es fácil.

 

La licencia del gobernador

Cuauhtémoc Blanco ha confirmado que en los próximos días solicitará licencia al cargo para competir por la candidatura de Morena a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México; los tiempos y las normas que establece el partido obligan al mandatario a tomar esta decisión, aunque seguramente la separación será temporal y no definitiva para evitar que el G15 designe a un sustituto. El futbolista es un fuerte contendiente en la capital del país, tiene fama, simpatía e intención de voto; si la candidatura se define a partir de una encuesta podría ganar. El reto es superar las variables políticas y legales.

Los tiempos de Morena en el proceso de selección de candidatos a gobernador en los nueve estados del país con elección concurrente los ha definido ya la dirigencia nacional: el 18 de septiembre se emitirán las convocatorias para las nueve entidades del país en donde se renovará la jefatura del ejecutivo, léase Ciudad de México, Chiapas, Jalisco, Guanajuato, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán; el 25 y 26 de septiembre es el periodo de inscripción de aspirantes a las gubernaturas y a la jefatura de gobierno.

Con estos datos comienza la carrera por la sucesión en los estados en donde se renovarán las gubernaturas; en el caso de Morelos la historia se nutre con el hecho que el jefe del ejecutivo morelense quiere gobernar la Ciudad de México. En este momento ninguno de los aspirantes tiene claridad total sobre las reglas, para ello tienen que esperar hasta conocer los detalles de la convocatoria y revisar las constituciones locales para conocerlos requisitos de elegibilidad. De estos dos puntos derivarán el momento en el que los aspirantes con un cargo público se separen del cargo de forma temporal o definitiva.

El proceso interno en Morena combina elementos políticos que van más allá del simple posicionamiento de los precandidatos; quienes se inscriban deben tener claras las reglas del juego, sobre todo las que no están escritas, pero que suelen ser más fuertes que las plasmadas en letra de molde. Una de ellas, muy importante, es el factor político, es decir, los intereses que se mezclan en los estados, en la jefatura de gobierno y el ánimo de quienes controlan políticamente las entidades.

Veámoslo de esta forma: en Morelos Cuauhtémoc Blanco influye en el proceso porque es él quien ostenta el cargo, por su relación con el presidente de México, con la dirigencia nacional de Morena y por el derecho de veto que históricamente tienen los gobernantes. El exseleccionado tiene preferencia por un candidato y también animadversión hacia otros participantes; la 4T respeta su opinión, su investidura, su peso político y el hecho que maneja la administración estatal y desde ahí puede ayudar o no al candidato de Morena. Lo mismo sucede en las entidades en las que habrá elecciones de gobernador y jefe de gobierno.

Guste o no, en la tierra de Zapata el primer filtro político que deben superar los aspirantes es el de Cuauhtémoc Blanco; Víctor Mercado y Sandra Anaya gozan de su apoyo; el lado opuesto lo representan Lucía Meza y Rabindranath Salazar, con quienes el jefe del ejecutivo tiene mala relación. El resto son figuras neutras, es decir, tal vez no sean del agrado del gobernador, pero tampoco están vetadas.

En la Ciudad de México el candidato de la coordinadora de la defensa de la 4T en México es el exsecretario de seguridad pública Omar García Harfuch; el jefe policiaco renunció recientemente a su cargo de titular de la seguridad para incorporarse al equipo de campaña de Sheinbaum, lo cual le brinda condiciones para registrarse como aspirante a la jefatura de gobierno o ponerse en sintonía para un cargo en el gabinete federal. García Harfuch es el símil político de Víctor Mercado en la contienda capitalina.

Bajo esa perspectiva hay que entender que la participación de Cuauhtémoc Blanco en la carrera por la candidatura a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México es importante porque se trata de una figura popular y bien identificada, pero no es el candidato más fuerte; si la selección derivara solamente de los resultados de una encuesta de popularidad, el futbolista es el más rentable; pero la evaluación del partido en la CdMx igual que en el resto de los estados con elección concurrente derivará de varios factores que serán medidos e incluyen el conocimiento, la opinión de la sociedad, la fama de honestidad, el respeto a las mujeres, la cercanía con la gente, en conocimiento del estado y la credibilidad.

Hacer política en la Ciudad de México no es igual que en un estado, en la capital se combinan más factores que en las entidades federativas, hay presencia de los grupos políticos más fuertes del país y se mezclan intereses más allá de los partidos. En en el proceso de renovación de la CdMx hay dos voces que influyen en el proceso y pesan más que la propia encuesta: la candidata de Morena a la presidencia de la república y el presidente de México. En ese orden.

El próximo jefe de gobierno de la Ciudad de México es un candidato natural a la presidencia de México en el 2030.

·         posdata

Hay un requisito específico en el artículo 32 de la Constitución Política de la Ciudad de México que establece que para ser elegible como jefe de gobierno, quien tenga mando policial o militar debe de separarse del cargo antes del inicio del proceso electoral.

Como gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco  tiene bajo su mando a la policía del estado, lo cual lo vuelve inelegible para el máximo cargo de la Ciudad de México toda vez que el proceso electoral en la capital del país inició el pasado 10 de septiembre y no se separó del cargo.

El mandatario morelense puede en los próximos días solicitar licencia temporal al cargo y participar en el proceso de selección interna de Morena, pero en caso de ser postulado, cualquiera podría impugnar su registro con amplias posibilidades de ganar, porque además, el Poder Judicial Federal está enfrentado con la 4T.

Al gobernador de Morelos y a su equipo se le pasó esta fecha… o la dejaron correr a propósito porque, como lo señaló el propio Cuauhtémoc Blanco este fin de semana “La situación en el congreso es complicada y difícil”.

·         nota

El caso de Uriel Carmona Gándara está generando un enorme desgaste a Morena. El pleito entre poderes y las acciones en contra del fiscal, al no estar socializadas, provocan un enojo colectivo y victimizan al titular de la FGE.

Puede ser que detrás de los operativos de la FJCdMx, la Marina, la FGR y la CES existan elementos socialmente válidos que hagan mover de esta forma a las instituciones, pero al no comunicar correctamente el motivo hacen pensar que se trata de una revancha política, de un ataque personal y desproporcionado que no se ve en otros casos donde hay personajes iguales o peores.

Pero el hecho que este proceso desgaste a Morena no quiere decir necesariamente que la oposición se fortalezca; explico:

A mucha gente le molesta lo que le hacen al fiscal, les parece que la justicia no se aplica de la misma manera a todos y que lo que estamos viendo contra Uriel Carmona es excesivo. Insisto: quizá detrás de lo visible existen más elementos de prueba, actuaciones fuera de la ley o hechos que ameritan un ataque tan feroz y contundente, pero eso solo las autoridades lo saben.

Frente a ello no hay una oposición local que capitalice la situación, que se vuelva receptora del enfado colectivo y aproveche electoralmente el momento. Peor: la figura más llamativa de la oposición, el alcalde de Cuernavaca José Luis Urióstegui, está señalado de ser cómplice y aunque las filtraciones no representan una acción legal, la actitud del edil y su eterna pasividad le provocan un desgaste muy grande en el único valor personal que le quedaba: su honestidad.

Social y políticamente hablando el caso del fiscal Uriel Carmona Gándara está lastimando mucho a Morena, pero aún no beneficia directamente a nadie de la oposición. Aún.

·         post it

Estos son los requisitos para ser Jefe de Gobierno de la Ciudad de México:

Ser ciudadana o ciudadano originario de la Ciudad de México en pleno goce de sus derechos;

Para las personas no nacidas en la Ciudad, se requerirá vecindad de al menos 5 años. La ausencia de la Ciudad hasta por seis meses no interrumpe la vecindad, así como la ausencia por cumplimiento de un encargo del servicio público;

Tener 30 años cumplidos al día de la elección;

No haber recibido sentencia por delito doloso;

No ser titular de una Secretaría o Subsecretaría en el Ejecutivo local o federal, a menos que se separe definitivamente de su puesto al menos 180 días antes de la jornada electoral local correspondiente;

No tener mando en instituciones militares o policiales, a menos que se separe del cargo antes de la fecha de inicio del proceso electoral local correspondiente;

No ejercer una magistratura de Circuito o ser Juez de Distrito en la Ciudad de México, a menos que se haya separado definitivamente de sus funciones antes de la fecha de inicio del proceso electoral local correspondiente;

No ejercer una magistratura en el Poder Judicial, el Tribunal de Justicia Administrativa ni ser integrante del Consejo de la Judicatura de la Ciudad de México, a menos que se haya separado definitivamente de sus funciones antes de la fecha de inicio del proceso electoral local correspondiente;

No ser legislador local o federal, ni ser titular o concejal de una alcaldía, dependencia, unidad administrativa, órgano desconcentrado, organismo autónomo o entidad paraestatal de la Administración Pública de la Ciudad de México o de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, a menos que se haya separado definitivamente de sus funciones al menos 180 días antes de la jornada electoral local correspondiente;

No ser ministro de culto religioso, a menos que hubiere dejado de serlo con cinco años de anticipación y en la forma que establezca la ley; y

No haber sido consejera o consejero, magistrada o magistrado electorales, a menos que haya concluido su encargo o se haya separado del mismo, al menos tres años antes de la fecha de inicio del proceso electoral local correspondiente.

·         redes sociales

Nueve horas duró la última audiencia de Uriel Carmona. El panorama para el funcionario estatal es muy complicado. A la Fiscalía Estatal y a la Fiscalía Anticorrupción no les funcionó la estrategia de desistirse y ahora ambas instituciones están en la mira de las autoridades federales. El rostro del fiscal durante la audiencia lo decía todo.

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