Serpientes y escaleras- Inicia la guerra

La inseguridad es el eje de la campaña opositora en México y en Morelos

Inicia la guerra

Los partidos que conforman el Frente Amplio Opositor de Morelos iniciaron una campaña mediática, complementaria a la de su candidata al gobierno estatal, con tres spots que se transmiten en televisión abierta dentro de los tiempos oficiales. La línea discursiva baja desde México, sigue la misma retórica de la abanderada presidencial, pero se tropicaliza con el nombre del gobernador. El tema es muy duro.

Golpear al mandatario saliente no es nuevo, es una estrategia recurrente en las campañas gubernamentales; en los últimos tres procesos sexenales de Morelos, en 2012, 2018 y 2024 el eje del discurso ha sido y es la inseguridad y la violencia, porque a lo largo de estos años el problema continúa latente.

La forma como ahora abordan el tema desde el FAM es cruda, politizada y eminentemente electoral. No mienten al exponer con severidad el problema, pero caminan al filo de la navaja porque más de uno puede suponer que están lucrando con una situación que afecta a todos, que ha costado la vida miles de personas y cuyo origen está más allá de un individuo.

Visto desde una óptica electoral lo que está haciendo el FAM es correcto: quien viene abajo necesita llamar la atención y la mejor manera de lograrlo es atacando; el reclamo más recurrente de la gente en este momento es la inseguridad, de ahí que la candidata presidencial Xóchitl Gálvez hable de ello todos los días y su planteamiento de campaña aplique en todos los estados en los que habrá elecciones concurrentes.

Reitero: estratégicamente el FAM y los partidos de oposición están en el camino lógico, utilizan el tema más importante del momento, lo enlazan al gobierno saliente y juegan con los sentimientos de la gente. Tengamos claro que una campaña política lo trata es de llamar la atención, conducir la percepción y generar empatía con el votante. Los spots de televisión que lanzó el FAM en Morelos son duros, no aportan pruebas de sus acusaciones, pero tampoco las necesitan, porque lo que quieren es ganar la narrativa. Y lo están logrando.

Jugar políticamente con el tema de la inseguridad es riesgoso porque en un descuido la historia se puede revertir. En este momento la opinión es favorable para la oposición porque la senadora Lucía Meza lleva varias semanas manejando el tema y hasta ahora no ha tenido respuesta. Con la aparición de los comerciales del PRI, PAN y PRD el discurso se eleva y se vuelve dramático por la forma como se presenta.

Todo les irá bien mientras nadie recuerde que el PRI tiene historias negras con Jorge Carrillo Olea o Enrique Peña Nieto, el PAN con los pasajes oscuros de los narcogobiernos de Sergio Estrada Cajigal, Marco Adame y la guerra de sangre emprendida por Felipe Calderón. Y por supuesto el PRD con el corruptísimo gobierno de Graco Ramírez, señalado de principio a fin de estar coludido y proteger narcotraficantes. En materia de inseguridad ningún gobierno ha dado buenos resultados; o visto de otra forma: todos los partidos tienen cosas terribles que pretenden olvidar.

Pero a pesar de que administraciones de todos los partidos se encuentran señaladas de lo mismo, lo que importa en este momento es quién está al frente del gobierno, sobre quién cae la responsabilidad y sobre todo cómo se cuenta la historia. Ahí la oposición va ganando, porque a nivel federal la estrategia es indefendible y desde lo local no hay nadie que rebata sus dichos. Y como dice el refrán: el que calla otorga.

Si la inseguridad en el estado estuviera puesta a debate la opinión pública podría dividirse, porque el problema no tiene un solo origen, ni mucho menos un único culpable; la ventaja para la oposición es que eso no sucede en este momento: lo que vemos es un mensaje unilateral, una sola narrativa y un único discurso, todo contra los gobiernos de Morena y por consecuencia contra su candidata.

Una de las reglas de campaña es que quien va arriba no debate, no pelea y se enfoca en su objetivo. Cierto. Pero en el caso de Morelos esa regla se está llevando al extremo de parecer una estrategia ratonera que pretende aguantar hasta el final o al menos hasta que se den cuenta que los de enfrente se están acercando mucho, cosa que puede suceder antes de que las campañas inicien oficialmente.

Según el equipo de la 4T la ventaja de su candidata sobre su adversaria es enorme y por consecuencia inalcanzable, de ahí que no le hacen caso, le dejan el escenario completo y se dedican a cuidar lo que tienen, confiando que su estructura y la marca les garantizarán el resultado. “No hay manera de que la oposición gane”, afirman los expertos enviados desde México a la campaña local, esos que cobrarán sin importar el resultado el día de la elección, porque al igual que la de Morelos llevan la estrategia de otros estados.

Cada equipo trae su plan y a partir de ahí se mueve; en el caso del FAM es una guerra abierta a través del manejo crudo de un problema que afecta a miles de personas, bajo una línea discursiva ambigua, sin propuesta concreta, pero bien producida y enfocada a mover los sentimientos de muchas personas que son agredidos o han perdido a un ser querido.

En Morena se dice en voz baja que la oposición no tiene propuesta concreta en materia de seguridad, que están lucrando con la tragedia, que utilizan la violencia de forma mediática y que tanto el FAM como su candidata son y han sido parte directa del problema desde los espacios que han ocupado. El problema es que lo dicen en privado, casi en cuchicheo, como si decirlo estuviera prohibido.

En este punto del proceso electoral la narrativa de la campaña la está imponiendo la oposición, porque del lado de Morena están pasmados: en el equipo de Margarita González Saravia no hay nadie que se atreva a debatir y desde el partido la única voz que eventualmente opina, el delegado, carece de credibilidad pública por sus problemas personales.

Si observáramos la elección como un partido de fútbol, lo que vemos es un equipo ratonero que intenta con todo ahínco conservar el marcador, sin darse cuenta de que tiene todo para golear; del lado opuesto hay un equipo desvencijado, con un único jugador valioso, pero decidido a dar la vida con tal de ganar, porque se trata de su mejor oportunidad para obtener el campeonato.

Más analogías: un error le costó a Green Bay el partido en los Playoffs. Lo mismo le puede pasar a Morena

·         posdata

Los comerciales del Frente Amplio apoyando la campaña de Lucía Meza están bien hechos, dirigidos a casi todos los sectores, con un mensaje claro, corto e involucrando al gobernador, como si de él dependiera totalmente que las cosas fueran diferentes.

Éste será el tono de la campaña, es la misma línea que maneja la senadora desde hace varias semanas, acusando, señalando, culpando, pero hasta ahora sin proporcionar pruebas o presentar una denuncia formal; todo ha sido, hasta ahora, parloteo mediático. Y le está funcionando.

No sé si los despachos que asesoran a la candidata son los creadores de los spots que están lanzando los partidos del FAM en tiempos oficiales, pero sería interesante saber si antes de difundirlos los presentaron en grupos de enfoque, para conocer la reacción de la gente.

Explico: profesionalmente los anuncios están bien pensados, tienen intención, mensaje, destinatario y abordan el tema más sensible.

La pregunta ¿Conocen el efecto que provocará entre quienes los vean? Algunos, muchos o pocos, aceptarán a pie juntillas el mensaje, pero otros pueden sentirse agraviados por el intento de lucrar electoralmente con la tragedia.

La duda es ¿Qué reacción prevalecerá entre los votantes?

·         nota

Una y otra vez desde hace muchos años (años) la senadora Lucía Meza ha cuestionado el actuar del gobernador Cuauhtémoc Blanco; su discurso de campaña no es la excepción. Desde hace varias semanas la candidata ha señalado por diversos motivos al jefe del ejecutivo, ha hecho acusaciones directas en su contra y afirma que en su gobierno se han cometido múltiples actos ilegales.

La representante del FAM ha ligado el nombre de Cuauhtémoc Blanco con el de Margarita González Saravia para hacer que los golpes lanzados al futbolista retumben en la abanderada morenista. El ejecutivo no se ha quedado callado, una y otra vez ha revirado los ataques y en independencia de sus argumentos, no le ha dejado el camino libre a la senadora, situación que si pasa del lado de la 4T.

Ayer cambiaron las cosas: fue el diputado Agustín Alonso, histórico crítico del gobernador y presidente de la comisión de hacienda quien salió al paso de los dichos de Lucía Meza y la calificó de oportunista. “Durante cinco años, mientras estuvo en Morena, no dijo nada sobre la inseguridad y ahora que está del lado de la oposición es su agenda de todos los días”

Paradójico: Agustín Alonso no es militante de Morena, no es amigo del gobernador, no forma parte de este gobierno y aún así es el único que ha tenido el valor de responder. Todos los morenistas, incluidos los alcaldes que presumen ser los mejor posicionados y aspiran a coordinar el próximo congreso guardan silencio cómplice ante los ataques que recibe su candidata.

·         post it

El fiscal anticorrupción Juan Salazar informó que mientras estuvo ausente del cargo se perdieron varios expedientes y carpetas de investigación, por lo que inició una averiguación al respecto.

Antes de que se extraviaran los documentos, las denuncias y procesos contra muchos políticos y exfuncionarios corruptos durmieron el sueño de los justos, fueron desestimados por falta de pruebas o simplemente se dieron por muertos. Al final queda la sospecha pública de que la fiscalía anticorrupción lo que verdaderamente hace es vender la justicia al mejor postor y proteger a los corruptos.

El extravío de expedientes es solo un pretexto para que este funcionario público justifique su ineficiencia y falta de resultados.

·         redes sociales

Dice la jefa de la gubernatura Mónica Boggio que el gobernador Cuauhtémoc Blanco se mantendrá en el cargo hasta el final de su mandato.

Ergo: no senaduría, no diputación federal, no jefatura delegacional, no fuero.

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