Serpientes y escaleras - Gabinete dividido

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Gabinete dividido

El fuego amigo se hizo presente en una administración que aún no empieza

 

Gabinete dividido

Hay dos formas de ver el preámbulo de la siguiente administración estatal: a partir de las acciones y mensajes de la gobernadora, donde habla de recuperar la política, de dialogar con todos, de olvidar rencillas para avanzar, de construir juntos y sumar voluntades; y el de algunas personas que están a su alrededor que han formado bandos, se grillan, se lanzan golpes y se ponen el pie. ¿Qué conducta prevalecerá en el sexenio?

A pesar de su aplastante victoria en las urnas, Margarita González Saravia no debe perderse en el canto de las sirenas ni asumirse como una figura fuera de serie; entendamos algo: los aplausos que ahora recibe son resultado de su rol de gobernadora, de lo que representa su investidura y los intereses que despierta en muchas personas. Las mismas muestras de afecto y reconocimiento los habría recibido Lucía Meza o cualquiera que hubiera ganado la elección.

Jorge Carrillo Olea, Sergio Estrada Cajigal, Marco Adame Castillo, Graco Ramírez y Cuauhtémoc Blanco recibieron el mismo trato que ella después de ganar el proceso electoral e igual pasó con los gobernadores que estuvieron antes de ellos. El poder encanta, genera ese tipo de expresiones, magnifica las virtudes, oculta los defectos y provoca a quien lo ostenta la idea de que son superiores a todos los demás.

Embriagarse con las mieles del poder es muy sencillo y peligroso, porque los efectos que despierta en el gobernante lo alejan de la realidad y lo ubican en un plano donde solo su palabra, su verdad y su visión es importante. Cada mandatario ha tenido su propia borrachera y en todos los casos los resultados no han sido los mejores, porque como en una embriaguez etílica, la realidad se distorsiona y los sentidos se alteran. 

En este momento Margarita González Saravia genera la esperanza de que el estado será mejor bajo su mando porque es mujer, porque es honesta, porque se trata de una dama sencilla con una amplia trayectoria en la administración pública y ningún pecado capital en términos políticos o sociales. Pocos o quizá ninguno consideran que será buena gobernadora porque seguirá la línea del presidente Andrés Manuel López Obrador o porque está comprometida con el proyecto de la 4T, esa idea solo la tienen los morenistas duros que, dicho sea de paso, aquí son muy pocos.

La expectativa favorable que despierta el inicio de una nueva administración es porque anímicamente todos queremos que las cosas sean mejores; González Saravia representa muchas cosas buenas, pero no puede considerársele una persona que por sí sola va a lograr el cambio que le urge a Morelos. De ahí la importancia de que elija un buen equipo.

En este punto vale la pena observar una circunstancia que ha sido constante en todas las administraciones, pero que en este caso comienza a ser notoria desde antes de que arranque el sexenio. La división de los gabinetes ha ocurrido en todos los gobiernos estatales, incluido el de reconciliación que por dos años encabezó Jorge Morales Barud. Lo que no se había visto es que los grupos aparecieran tan pronto y con tanta virulencia, atacándose, grillándose y poniéndose piedras antes de ser nombrados; esa es una señal peligrosa que debe ser observada a tiempo.

Veámoslo en perspectiva: al inicio de la actual administración Cuauhtémoc Blanco tenía todo para hacer un buen gobierno, empezando por la inexistencia de una oposición partidista y el respaldo absoluto del presidente Andrés Manuel López Obrador. Lo que lucía como un sexenio tranquilo se complicó muy rápido cuando apareció la figura de Ulises Bravo y el gabinete se dividió.

Por el hermano las figuras que habían acompañado al futbolista durante muchos años fueron aislándose poco a poco, empezando por quien durante toda su vida profesional fue su representante. Bravo Molina entró al gabinete y asumió el mando de muchas áreas, operó políticamente con otros poderes e intervino en todas las decisiones del ejecutivo porque, como se lo dijo a sus colaboradores el mismo gobernador “era el único” en quien confiaba.

Ulises Bravo acumuló tanto poder que las cosas se descompusieron en torno al ejecutivo y lo que se presagiaba como un sexenio de paz se transformó en un periodo de turbulencia. Al interior del gabinete se formaron bandos, se atacaron, se grillaron y colocaron el duelo de poder interno por encima de las obligaciones institucionales y la agenda del estado. El resultado lo conocemos todos.

La misma historia se puede contar en el sexenio anterior, donde los bandos los representaron Jorge Messeguer y Rodrigo Gayosso; antes con Marco Adame, donde estuvieron Javier López y Mayela Alemán; y por supuesto en el sexenio de Sergio Estrada, en donde estaban por un lado sus amigos y por otro la gente del partido. En todos los casos la división del gabinete hizo fracasar al gobierno.

En la víspera de que arranque una nueva administración es llamativo que el equipo que acompaña a la gobernadora ya se dividió y se lanzan golpes. Lo obvio es innegable, aunque por la naturaleza del cargo la futura jefa del ejecutivo es la única que quizá no lo nota o prefiere no darse cuenta.

Al arranque de la administración de Cuauhtémoc Blanco la oposición partidista no existía, fue Morena quien asumió ese rol, quien comenzó a cuestionar el trabajo del futbolista y a presionarlo para que diera resultados a la gente. Hoy la oposición sigue siendo mediocre, pero no por ello deja de tener la posibilidad de complicarle el trabajo a la gobernadora, como ya lo han advertido en el congreso con el nombramiento de dos magistradas del Tribunal de Justicia Administrativa y el intento de abrir dos nuevas plazas en el TJA.

La división del equipo que gobernará Morelos a partir del primero de octubre es evidente, inocultable y de alto riesgo para la administración que está por iniciar; la postura de algunos personajes que rodean a la gobernadora contrasta con su mensaje y anticipa momentos de tensión que pondrán en riesgo el objetivo.

El proyecto que encabeza Margarita González Saravia inició hace poco más de dos años y en ese momento solo eran unos cuántos los que apostaron por ella, los que compartieron su visión y creyeron posible ganar la candidatura y la elección. Una vez postulada muchos se subieron al barco y comenzaron a tomar posiciones estratégicas, a negociar utilizando el nombre de la candidata y a pedir dinero para la campaña; ganaran o perdieran, esos que pasaron la charola se quedaron con buena parte de los recursos aportados y ahora tendrán que pagar los compromisos con obras y contratos a los patrocinadores.

Es difícil pensar que Margarita González Saravia se dará cuenta a tiempo de lo que ocurre a su alrededor, porque eso no ha ocurrido con otros gobernantes; el fuego amigo es fuerte antes de que inicie la administración y los golpes lanzados entre los miembros del mismo equipo advierten el tamaño de los odios y la formación de grupos no tiene que ver con un ideal, sino con un vulgar interés monetario.

Es muy pronto para que el equipo de la gobernadora se divida. Y muy malo.

·         posdata

Aunque aparentemente ya ha quedado definida la próxima legislatura morelense, todavía hay cosas que podrían cambiar a partir de las impugnaciones y reclamos hechos por partidos y personas ante las instancias jurisdiccionales.

Un caso es el de Jonathan Márquez y Gerardo Abarca; el primero recuperó la curul por determinación de las magistradas del Tribunal Estatal Electoral y el segundo recurre al TEPJF para que no lo dejen fuera.

También está la impugnación al resultado del proceso que interpuso Patricia Torres en contra de Andrea Gordillo; si el tribunal revierte el triunfo de la panista, Morena tendría una posición más, el PAN una menos, pero también se moverían las posiciones plurinominales.

Hablando de plurinominales Movimiento Ciudadano reclama un espacio alegando la sobrerrepresentación de Morena, mientras que en el Partido Verde sus líderes tratan de hacer de Luis Eduardo Pedrero un “Juanito”.

Las semanas que nos separan del primero de septiembre serán de mucha tensión para quienes pelean por ocupar una curul en la próxima legislatura de Morelos y para el encargado de armar la mayoría parlamentaria.

·         nota

En un gobierno estatal todas las áreas son importantes, pero algunas resultan estratégicas porque de su labor impacta en el desempeño de las demás; los pilares de una administración pública son la política, las finanzas, la seguridad y la comunicación, en ellas descansa el resto del gabinete y de su buen funcionamiento deriva que las otras oficinas tengan condiciones para hacer su trabajo.

En el gobierno de Margarita González Saravia estas posiciones parecen estar definidas: Juan Salgado Brito estará a cargo del área política y su presencia es un buen mensaje para todos, porque se trata de un hombre serio, de estado, de ámplia trayectoria y con la madurez necesaria para no perderse en el camino.

Lo financiero estará a cargo de Mirna Zavala, una dama experimentada, seria, prudente y con las herramientas profesionales que requiere una oficina que por obviedad interviene en todas las áreas y de su buen manejo del dinero dependerá que la administración avance sin sobresaltos.

La responsabilidad de la comunicación estará en los hombros de Margarita Estrada, una profesional de la comunicación con muchos años de experiencia y el conocimiento necesario para conducir una oficina que tendrá la responsabilidad de proyectar un gobierno humanista y el mensaje de la primera gobernadora en la historia de Morelos. Margarita Estrada, además, goza de la confianza de su jefa y conoce mejor que nadie su forma de pensar.

El nombre de quien estará al frente de la seguridad aún no se conoce públicamente, pero la futura jefa del ejecutivo ha dicho que la posición ya está definida con la venia de la federación. No será nadie que esté actualmente en la CES, pero sí una figura que contará con el respaldo del gobierno federal y consecuentemente de las instituciones que lo representan. La única duda que queda por despejar al respecto es ¿Marino, militar o policía?

·         post it

Dice el gobernador Cuauhtémoc Blanco que analiza si en las próximas semanas pedirá licencia al cargo para protestar como diputado federal.

Aunque su suplente podría tomar protesta el 01 de septiembre y luego renunciar para que el futbolista tome su espacio el 01 de octubre, no tiene sentido que eso ocurra.

¿Para qué quedarse más tiempo en un lugar donde nunca le ha gustado estar?

·         redes sociales

El centro de investigación Morelos Rinde Cuentas insiste con elementos de prueba: La Legislatura 55 de Morelos es una de las más caras e ineficientes del país.

Le faltó agregar que también está repleta de corruptos y nacos.

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