Serpientes y escaleras - El señorón

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - El señorón

Qué se preocupen los narcopolíticos, dice el gobernador. ¿De qué se van a preocupar?

 

El señorón

Infantes de la Marina Armada de México detuvieron el fin de semana a Francisco Javier Rodríguez, líder en Morelos del CJNG, uno de los grupos criminales más violentos, conocido también como El Señorón o el XL; la captura tuvo lugar en Mazatlán Sinaloa, en un operativo coordinado por la Semar y en la que participó la FGR. El gobernador Cuauhtémoc Blanco celebró este hecho y añadió que varios políticos locales del pasado y del presente “deben estar preocupados”, porque existen vínculos “para tratar de controlar el estado”. ¿Pasará algo después de la caída de El Señorón?

El comisionado de seguridad José Antonio Ortiz Guarneros advirtió que tras la detención de este personaje se espera un recrudecimiento de la violencia en el estado “por el reacomodo de grupos”; el cruce de información entre autoridades estatales y federales fue determinante para ubicar y detener a Francisco Javier Rodríguez, presumió el mandatario local al tiempo de resaltar que se trata del séptimo objetivo prioritario capturado durante su sexenio.

“En Morelos los delincuentes ya no pueden pasearse impunemente por las calles como lo hacían antes; con el apoyo de la federación los vamos a encontrar en cualquier lugar en donde intenten esconderse” dijo Blanco Bravo.

Igual que “La Jefa”, “El Señorón” no es un criminal cualquiera, sus actividades en el estado van más allá de las que comúnmente realizan los grupos delictivos; en estos casos son figuras con una intensa agenda de relaciones públicas en las que se incluyen encuentros con distintas figuras de la vida política de la entidad, por ello la expresión de Cuauhtémoc Blanco.

Hace unos meses el rostro de Francisco Javier Rodríguez fue colocado en anuncios espectaculares junto a una recompensa de medio millón de pesos que ofrecía el estado a quien aportara elementos para su captura; tras la colocación de esta propaganda vino la reacción del Señorón: sujetos encapuchados prendieron fuego a los anuncios y camionetas rotuladas con sus siglas repartieron despensas en varios municipios de la entidad, incluyendo la capital, hecho que las autoridades consideraron como un desafío.

A este personaje se le ha relacionado con el partido Acción Nacional, específicamente con los hermanos Martínez Terrazas, con quienes aparece fotografiado en actos de campaña de ese partido; algunas áreas de inteligencia federal observan de cerca a los Terrazas por la presunción de que la relación con El Señorón sigue vigente.

Las investigaciones policiacas, dijo el gobernador Cuauhtémoc Blanco, incluyen a diversos personajes de la vida política estatal, porque tienen sospechas fundadas de que varios grupos criminales gozan de protección política; “El problema es que con todo y que son conocidos (los vínculos) no hay denuncias; nosotros buscamos que la gente denuncie, queremos que con la detención del XL salgan a la luz las relaciones que existen con esos políticos que están involucrados”

Muchas veces desde hace varios años se ha hablado de la amistad existente entre grupos criminales y actores políticos, del financiamiento que en campaña reciben algunos candidatos y los vínculos estrechos entre cárteles de la droga y gobiernos municipales. Lo dijo muchas veces el gobernador Graco Ramírez y su comisionado Alberto Capella y lo repiten ahora el gobernador Cuauhtémoc Blanco y el comisionado José Antonio Ortiz Guarneros: en Morelos hay narcopolíticos.

A pesar de todas las acusaciones nada va más allá de la especulación y la denuncia en medios; ninguna de las dos administraciones ha sido capaz de probar las relaciones que tanto señalan, ni han hecho nada para combatir la narcopolítica. Peor: en los dos sexenios los gobernadores son los que más han sido señalados por la presunción de que protegen a grupos criminales a través de sus jefes policiacos.

Hace unos meses tras la detención de La jefa se especuló que habría consecuencias para los personajes políticos que públicamente mantenían relación con la dama; también en esa ocasión el jefe del ejecutivo advirtió que habría consecuencias, pero todo quedó en especulación: siete meses han pasado desde aquel aparatoso operativo de la Marina en Yautepec y ninguno de los aliados de la líder ha sido llamado a cuentas.

Tras la detención de Francisco Javier Rodríguez las autoridades de Morelos advierten que vendrá un recrudecimiento de la violencia y pone en alerta a la clase política por los presuntos vínculos de ese personaje con varios de ellos; el gobernador celebró el operativo federal y se montó en la ola al señalar que la información que proporcionó su gobierno ayudó a la captura de este peligroso sujeto.

Pero la otra parte, la que refiere Cuauhtémoc Blanco como una red de protección y vínculos políticos sigue intacta y ello permite que exista un relevo inmediato en ese cártel; de poco sirve que las autoridades de seguridad descabecen a un grupo criminal si los espacios de protección que les permiten crecer siguen activos y listos para apuntalar a quien llegue en su lugar.

Lo que insistentemente señala Cuauhtémoc Blanco es un secreto a voces, pero también es algo contra lo que ningún gobierno estatal ha hecho nada; gobernantes van y vienen, dicen que la delincuencia es protegida por personajes de la vida pública, pero no actúan para que las cosas cambien: hasta ahora ningún gobierno ha realizado investigaciones, ni tampoco ha sido capaz de documentar esas complicidades. Por eso la situación no cambia, por eso no importa cuántos líderes caigan, siempre habrá alguien que inmediatamente tome su lugar.

Si las estructuras de seguridad son capaces de rastrear y documentar las actividades de los grupos criminales ¿Por qué no lo hacen también con los políticos que los protegen?

Eso es complicidad por omisión.

  • posdata

Los cambios en el equipo de Cuauhtémoc Blanco son inminentes, él gobernador mismo los anunció la semana anterior; lo que no dijo fue cuándo se llevarían a cabo, ni en qué oficinas habría relevo.

Vista la dinámica del gabinete en los últimos meses se pueden anticipar al menos dos movimientos: en la secretaría de gobierno y en la oficina de la gubernatura; en el primer espacio sería natural la llegada del consejero jurídico, lo que no es visible aún es quién tomaría la oficina que hoy maneja José Manuel Sanz.

El jefe del ejecutivo justificó la decisión con el hecho que a mitad del sexenio es natural y positivo refrescar al equipo; visto el funcionamiento del gobierno estatal y tomado en cuenta la guerra de guerrillas interna, sin duda el ajuste es necesario.

Al momento de escribir esta columna aún no se habían anunciado cambios en el gobierno, pero tomando en cuenta las palabras del mandatario los movimientos serían esta semana.

Esperemos que quienes entren al quite de las oficinas sean mejores para el gobernador, pero sobre todo para el estado.

  • nota

También en el poder judicial se vienen cambios: concluye el periodo en la presidencia de Rubén Jasso y es tiempo de que los magistrados elijan a un nuevo presidente. El actual titular del TSJ tiene la posibilidad de reelegirse, aunque frente a él hay alguien más que alza la mano: Jorge Gamboa.

Rubén Jasso asumió la presidencia de una manera peculiar: formaba parte del equipo de Carmen Cuevas, pero no era el candidato de ese grupo para la presidencia; de último momento Jasso amenazó con votar del lado opuesto y hacer ganar al bloque rival si no lo apoyaban a él. Así, en un acto de traición, se volvió presidente del poder judicial.

Como titular del TSJ Jasso ha estado siempre en polémica: lo acusan de manipular la impartición de justicia, de ponerle precio a las sentencias y de permitir que su padre y hermano haga negocio con las resoluciones. Peor: bajo su presidencia los casos de corrupción y abuso de poder se multiplicaron.

Si nada sorpresivo ocurre Rubén Jasso volverá a ser presidente del TSJ, porque su estilo mercantil es benéfico para la mayoría de los magistrados. El cambio en el poder judicial es que no habrá cambio.

  • post it

La semana pasada el gobernador Cuauhtémoc Blanco concedió una entrevista a Televisa, en ella habló de diferentes tópicos locales y también de su eventual candidatura a la presidencia de la república. Esto es parte de lo que dijo el americanista:

  1. A mí nunca me ha gustado la política, hace muchísimo tiempo cuando era futbolista me buscaban para hacer campañas publicitarias para gobernadores y presidentes municipales, me ofrecían mucho dinero para ir apoyarlas, pero yo nunca le quise entrar porque no me gustaba; cuando me ofrecen ser Presidente Municipal de Cuernavaca dije: bueno hoy es una oportunidad para poder ayudar a la gente, porque sé que hay muchos políticos que aunque les duela que se los diga, han dañado mucho a los estados. Ser presidente municipal fue una gran oportunidad, lamentablemente hoy me doy cuenta de lo que pasa en la política, cómo se maneja la presidencia municipal: te dejan una deuda de los presidentes municipales anteriores y por eso el país está como esta. Como gobernador es igual, llega otro gobernador endeuda el estado y es una cadenita, un círculo vicioso que nunca va acabar… Lo he dicho muchas veces hay narcopolíticos que ojalá algún día caigan, hay personajes de la delincuencia organizada y nunca se han metido con ellos porque algunos gobernadores pactaban, también algunos secretarios de seguridad. Aquí no se está pactando con nadie.
  2. Hay 60 carpetas de investigación en contra de anteriores funcionarios, en contra de Graco Ramírez, ¿pero ¿qué crees? ninguna ha avanzado porque al fiscal anticorrupción lo dejo Graco Ramírez y al fiscal del estado también lo dejo Graco Ramírez; el señor se cubrió muy bien porque es un viejo lobo de mar en política: de treinta diputados los bajo a veinte para que yo no tuviera mayoría en el Congreso, nada más con esto no me deja mover. Yo sé que él ha estado moviendo tanto al fiscal de la anticorrupción como al fiscal del estado y de ahí viene toda la cadenita de corrupción con los fiscales y algunos jueces que también están involucrados; van a seguir los ataques porque estamos casi en el 2024.
  3. Yo estoy pagando muchas deudas que me dejaron, lo que sí es un gran alivio es que hice un refinanciamiento: antes pagaba el 7% de intereses a los bancos, ahí Graco agarraba su mochadita y repartía a los diputados para que le autorizaran ese préstamo. Para que lo sepa la gente: de a un millón de varos, de a dos y de a tres… a los amigos les daba de a tres millones de pesos por dar este refinanciamiento al gobernador. Que sepa la gente lo mafiosa y asquerosa que es la política, hoy por hoy te das cuenta de que por eso el país está como esta; si no se robaran tanto dinero los políticos, seriamos uno de los mejores países del mundo y no habría tanta pobreza como hoy.
  4. Ya me preguntó el secretario de Gobernación si quería ser presidente y yo dije que no; yo dije: ¡presidente, pero del América! yo nunca he dicho que quiero ser presidente de México. Primero hay que hacer las cosas bien aquí, primero hay que darle gracias a Dios de que estamos aquí; créeme que esta sillita no me marea, porque hay muchos políticos que llegan a una silla de gobernador y se marean.
  • redes sociales

Una vez más la diputada Juanita Guerra hizo de las suyas, esta ocasión fue en la ceremonia conmemorativa del Sitio de Cuautla; cuentan que la legisladora llegó al lugar acompañada de tres personas y de manera prepotente intentó meterlos al evento sin invitación: los encargados de seguridad le concedieron el paso a ella, pero le explicaron que sus acompañantes no podían ingresar a un espacio reservado para funcionarios y representantes populares. Ahí comenzó todo.

Los asistentes narran como la morenista comenzó a alzar la voz, insultó al equipo de seguridad y volvió a armar un escándalo, de esos que acostumbra y que le han caracterizado a lo largo de su vida. A la legisladora no le bastó con hacer un nuevo ridículo frente a todos, con empañar un evento cívico con su circo personal, más tarde llamó a la Secretaría de Gobernación y al grupo parlamentario de Morena en el congreso federal para decir que “había sido amenazada de muerte” por el equipo de seguridad del evento.

La acusación de la legisladora fue tomada con seriedad, pero al cruzar información la verdad salió a flote: no hubo amenazas, sino un altercado provocado por ella misma y por su prepotencia al tratar de ingresar por la fuerza con tres acompañantes a un acto protocolario al cual solo ella en su calidad de representante popular tenía acceso.

Nada de que extrañarse, esa es Juanita Guerra. Un accidente de la democracia.

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