Serpientes y escaleras - El que se ríe se lleva
En opinión de Eolo Pacheco
La legislatura 55 no solo abusó del poder, también quiere golpear a la gobernadora.
El que se ríe se lleva
Los diputados salientes se llevan pesado: las reformas hechas a la ley orgánica del congreso y las modificaciones a ley del servicio civil que les permitirá jubilarse con salarios muy por encima de la media son acciones que no solo representan un abuso de sus atribuciones, se entienden también como una acción retadora hacia las siguientes administraciones de la cámara y del ejecutivo. La gobernadora entendió el mensaje.
Quizá la hipótesis que desde la campaña sostienen algunos actores de oposición en el sentido de que Margarita González Saravia carece de carácter para tomar decisiones o se mueve en función de las indicaciones que les dan otras personas, animó a los diputados locales, especialmente a los que estarán nuevamente en la cámara en la siguiente legislatura, a actuar de la manera que la hicieron el lunes pasado.
La idea no era solo reformar leyes, sino nombrar a dos nuevas magistradas a partir de una iniciativa planteada por el exgobernador perredista para crear dos nuevas magistraturas en el Tribunal de Justicia Administrativa. Estas posiciones tenían, como todos los nombramientos que han hecho, un trasfondo político: inicialmente las propuestas eran Raúl Israel Hernández y Penélope Picazo, pero al final el nombre del ombudsman fue sustituido por el de Roberto Soto Castor. Detrás de estos personajes están los gobernadores Graco Ramírez Garrido y Cuauhtémoc Blanco Bravo.
Técnicamente estas designaciones corresponden a los diputados, están facultados para ello e incluso pueden, como lo han hecho siempre, ajustar las leyes y las convocatorias para impulsar a quienes ellos quieren, sin importar la opinión de nadie más.
El nombramiento de diez nuevos magistrados del Poder Judicial estuvo envuelto en polémica desde el inicio porque dentro y fuera de la cámara de diputados se acusó que el proceso estaba viciado y los legisladores les habían puesto precio a los nombramientos. Esta idea se fortaleció cuando trascendió que en un encuentro entre el G15 y el presidente del TSJ, la diputada panista Andrea Gordillo había preguntado abiertamente ¿Cuánto (dinero) le tocaría a cada diputado por las designaciones?
Hace menos de un mes el bloque opositor del congreso volvió a nombrar dos nuevas magistradas, ahora en el Tribunal de Justicia Administrativa; este caso también fue objeto de señalamientos públicos de parte de especialistas por la manera tan apresurada como se procesó el tema y la falta de claridad en el cumplimiento de la norma, porque al menos una de las dos nuevas magistradas no cumple con los requisitos legales para ocupar esa posición.
Hasta este punto el abuso del G15 era evidente, pero fue hasta el lunes pasado cuando de manera intempestiva volvieron a sesionar para dar un último golpe, esta vez con matices políticos y una clara intención de afectar a la próxima bancada de Morena y al gobierno que encabezará margarita González Saravia. El cambio a la ley del servicio civil para acceder a jubilaciones doradas tiene muchos beneficiarios, pero ayuda en particular a la diputada Tania Valentina, quien podrá acreditar casi una década de haber ocupado una curul, siempre por la vía plurinominal.
Dicho sea de paso: esta reforma es a modo de los legisladores y representa una ofensa para los miles de trabajadores que se han jubilado con el salario mínimo y otros miles más que esperan desde hace años el beneficio de una jubilación.
A diferencia del trabajador común que siempre está en calidad de empleado, que tiene que comprobar fehacientemente todos sus años de servicios y aspira solo a una parte proporcional de su sueldo, en las jubilaciones doradas, como las aprobadas en otras legislaturas, quienes obtienen esa prestación lo logran a veces sin cumplir con la antigüedad o de plano sin haber laborado nunca. Si eso no fuera suficiente, la Legislatura 55 ha cambiado la ley para que ellos sean considerados trabajadores y no patrones, a pesar de los millonarios beneficios y prestaciones que les concede su cargo.
Hasta aquí hablamos de un caso más de abuso de los diputados, pero a eso hay que añadir el ingrediente político que representa el cambio hecho a la ley orgánica del congreso para evitar que Morena presida los órganos de gobierno.
Pongámoslo en perspectiva: en estos tres años, teniendo la mayoría de votos, el G15 se apoderó de todas las comisiones legislativas y los órganos de control del congreso, nombraron magistrados, cambiaron leyes, crearon fideicomisos y formaron una alianza con las fiscalías para fortalecer su impunidad. Todo sin tomar en cuenta a cinco diputados, ni considerar los “equilibrios” políticos que ahora argumentan.
La gobernadora fue cuestionada al respecto y expresó que entiende perfectamente la jugada del bloque opositor, así como el alcance de sus acciones. Se equivocan totalmente quienes consideran a Margarita González Saravia una persona sin carácter, desinformada o incapaz de tomar decisiones; la futura jefa del ejecutivo es distinta a los últimos dos gobernadores y al G15, no es una vulgar peleonera ni tampoco alguien que reacciona por impulsos, pero tampoco es una mujer que se deja.
“El Morena teníamos clara la importancia de los equilibrios en la cámara de diputados” dijo, agregando que a partir de este movimiento replantearán la manera como trabajarán, porque de ninguna forma es justificable dicha postura y por tanto se analizan ya las acciones legales conducentes.
En lo general se entiende que estos ajustes los hizo el bloque opositor de la legislatura 55; entrando a detalle vale la pena destacar que quienes operaron los movimientos fueron los diputados Francisco Sánchez Zavala, Julio César Solís, Andrea Gordillo y Alberto Sánchez. También destaca que la aprobación fue posible con el voto de los morenistas Paola Cruz y Macrina Vallejo, así como de la “aliada” política Tania Valentina.
Las reformas legales hechas por el bloque opositor son reversibles, aunque ello obligará al coordinador de la bancada a hacer un esfuerzo extraordinario con sus compañeros de legislatura. Lo que queda claro con este movimiento también es que Morena no puede confiar en quienes desde ahora los intentan golpear y son afectos a la traición.
La regla aplica: quien traiciona una vez, traiciona siempre.
· posdata
Una diferencia sustantiva que destacar ente ambas cámaras es que en la 55 la figura más inteligente es Agustín Alonso; fue él quien construyó el bloquen opositor, el que convenció a los morenistas de estar de su lado, el que armó la alianza con los fiscales y procesó la designación de los magistrados, quien hizo la estrategia para golpear a Cuauhtémoc Blanco y dejó al grupo parlamentario de Morena fuera de la jugada durante tres años.
Pero Agustín Alonso ya no estará en la siguiente legislatura y ahora juega del lado de Morena; del lado opositor, que estará integrado por seis diputados, la figura más experimentada es Jonathan Márquez, si es que no le retiran la diputación antes de tomar protesta; el priísta, por cierto, no llegaría con la mejor relación con el PAN y conociéndolo, no se dejaría mangonear por la familia Terrazas, como si sucede con Francisco Sánchez Zavala. Luz Dary Quevedo también debe observarse con atención, porque de la postura que asuma dependerá la relación de su partido con la próxima administración estatal.
El G6 que arrancará en la Legislatura 56 luce más frágil que el G14 que tiene en principio Morena; Rafael Reyes es por mucho un mejor operador político que cualquiera del lado opositor y la fuerza del estado, con una gobernadora que no reacciona por impulsos como sucedió en los últimos seis años, será determinante en la vida interna del congreso. A partir de septiembre ya no habrá un genio del mal como Agustín Alonso, ni tampoco el control presupuestal que hasta ahora es la herramienta más poderosa del G15 para hacer lo que quieran.
Revertir las modificaciones legales, fortalecer y eventualmente ampliar las alianzas de la 4T en la cámara de diputados, son el primer gran reto del coordinador parlamentario de Morena.
Si lo logra, conseguirá la confianza de la gobernadora.
· nota
Los dos más recientes integrantes de la próxima legislatura de Morelos han hablado sobre lo que ocurrió esta semana en la cámara; tanto Jonathan Márquez como Nancy Alejandra Gutiérrez criticaron las reformas hechas por los diputados salientes y se pronunciaron porque se audite el manejo de los recursos durante su periodo.
Puede ser que en ambos casos sean declaraciones de chocolate, es decir, solo para salir del paso, pero pueden dar pie para que el bloque mayoritario las secunde y las convierta en acciones durante su periodo. Para que cualquier revisión sea confiable lo primero que deberán hacer los futuros legisladores es cambiar el andamiaje político y operativo que dejarán sus antecesores, porque fue hecho precisamente para cubrirles las espaldas.
Hagamos una analogía:
Además de la falta de capacidad y talento de su equipo, el gobierno de Cuauhtémoc Blanco no pudo actuar contra Graco Ramírez porque el perredista nombró a los encargados de fiscalizarlo y juzgarlo. Es imposible pensar que sus fiscales lo traicionen cuando los nombramientos representan acuerdos muy fuertes que incluyeron la protección total de la 55 legislatura.
Lo mismo sucederá en la cámara de diputados, porque la estructura de la Entidad Superior de Fiscalización responde a los legisladores actuales; si el próximo congreso no ajusta piezas, coloca a gente profesional y sobre todo apartidista, todo lo que llegue a la ESAF en contra de sus jefes dormirá el sueño de los justos.
¿Qué tan difícil puede ser modificar esa estructura? Tan simple como cambiarle el nombre a la dependencia y a partir de ahí modificar su operación y renovar a sus integrantes.
Si no hay cambios, la impunidad continuará
· post it
La decisión que tomaron las magistradas del Tribunal Estatal Electoral respecto a las diputaciones plurinominales del PAN y PRI es muy interesante, más allá de las figuras que en una segunda vuelta resultaron beneficiadas.
El lunes hablaré con más detalle de este tema.
· redes sociales
Todo indica que la buena relación presidente-gobernador que hubo en este sexenio se repetirá en el siguiente.
Esperemos que Margarita González Saravia aproveche esa cercanía para traer beneficios a Morelos y no solo para tener protección ante las críticas.
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