Serpientes y escaleras - Candidata mujer

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Candidata mujer

En Morelos la candidatura de Morena puede ser para una dama, no por ser la mejor posicionada, sino por obligación legal.

 

Candidata mujer

La contienda interna por la candidatura de Morena se mueve en diferentes planos, sin reglas establecidas por el partido y con una dirigencia cargada en favor de algunos contendientes; lo que prevalece en la 4T es la lucha individual y el trabajo en solitario por parte de cada uno de los aspirantes. La única certeza que tienen los precandidatos es que la decisión se tomará en base a una encuesta, pero existe la incertidumbre de que en Morelos aplique la regla de género y se imponga a una mujer. ¿Ganará Morena el 2024 en cualquier escenario?

Las bases que fijó el consejo nacional del Movimiento de Regeneración para la definición de su abanderado presidencial establece una serie de reglas a partir de las cuales deberán moverse los aspirantes, pero no impone un criterio de género, es decir, el defensor o defensora del proyecto de la cuarta transformación en el país será aquel o aquella que este mejor posicionado ante la sociedad, sin importar si es mujer u hombre. ¿En Morelos y el resto de los estados del país será diferente?

En la carrera por la sucesión estatal hay ocho contendientes que abiertamente han externado su deseo de competir bajo las siglas de Morena, siete de ellos trabajando abiertamente en su candidatura y uno, Juan Salgado Brito, observando desde su escritorio confiado que la decisión será cupular y le favorecerá. Lucía Meza, Margarita González y Cecilia Rodríguez se mueven desde hace meses y en las últimas semanas han acompañado su trabajo de campo con propaganda subliminal; Rafael Reyes, Juan Ángel Flores, Víctor Mercado y Rabindranath Salazar hacen lo propio: tienen recorridos y reuniones en todo el estado, participan en actividades, las difunden en diferentes medios de comunicación y arman estructura. Ninguno habla con el otro.

De parte de la dirigencia del partido en Morelos no hay línea, reglas ni diálogo: Morena en Morelos es un ente que solo representa a una fracción de ese partido, en donde participan solo los morenistas de reciente afiliación que, además, aspiran a ocupar una candidatura en el próximo proceso electoral. Con la representación de las siglas y la fuerza del gobierno del estado, la 4T está armando una estructura ficticia, basada en dinero, en coordinación con algunos presidentes municipales, pero sirviendo a una causa individual y no al proyecto de la cuarta transformación. Es, para tenerlo claro, la réplica de lo que en el 2017 hizo Rodrigo Gayosso.

La dirigencia nacional tampoco ha tenido el tiempo ni el interés de voltear a ver lo que sucede en Morelos: Mario Delgado no tiene la fuerza ni la representatividad para poner orden en sus filas; el dirigente nacional no posee liderazgo ni calidad moral para influir en sus militantes, por ello en Morelos el morenismo está dividido y una parte de él, quienes responden a Rabindranath Salazar, trabajan del lado de la oposición, con Graco Ramírez y Agustín Alonso, en contra del gobernador Cuauhtémoc Blanco. La parcialidad del dirigente nacional de Morena en favor del jefe del ejecutivo morelense y de su hermano ha caído mal entre los obradoristas porque el apoyo que les brinda no es discreto, inteligente, ni parece atender a una causa institucional, más bien luce como el acuerdo personal de un tipo ambicioso que busca en Cuauhtémoc Blanco un beneficio para sus propios intereses. Pero regresemos a los candidatos.

Tres de los cuatro precandidatos varones morenistas está bien posicionados en las encuestas y uno más, en candidato del gobernador, va creciendo poco a poco a pesar de la carga que le genera ser considerado la oferta oficial; cualquiera de ellos supera por mucho a dos de las tres aspirantes mujeres y a Juan Salgado. Aunque cada uno de los ocho contendientes aparece como líder en sus encuestas, pero en realidad solo cinco de ellos pueden demostrar que están en competencia. Y la única mujer que tiene un buen nivel de conocimiento, es Lucía Meza, la única dama que el gobernador no quiere que lo releve en el cargo. Pongámosles nombre:

En el orden que se prefiera, Rafael Reyes, Rabindranath Salazar, Lucía Meza, Juan Ángel Flores y Víctor Mercado son los únicos morenistas competitivos en la próxima elección; Margarita González, Cecilia Rodríguez y Juan Salgado no han repuntado y difícilmente lo harán en los próximos meses. Independientemente que ninguno de los cinco punteros dialoga con el otro, ni ha mostrado interés en acordar con los demás, lo que sobresale es que las mejores cartas que tiene Morena en Morelos para ganar el 2024 son hombres, o es la mujer enemiga del gobernador saliente.

¿Qué pasaría si la dirigencia nacional impone la regla de género en Morelos por encima de la rentabilidad de cada uno de los aspirantes? ¿Elegirían a una dama a pesar de no ser competitiva y poner en riesgo el triunfo de Morena? ¿Elegiría el partido a la única mujer que según las encuestas es capaz de ganar la elección, aunque se trate de una enemiga jurada del gobernador Cuauhtémoc Blanco? ¿Los precandidatos varones aceptarían que les impusieran a una candidata que este por debajo de ellos en las encuestas solo por razones de género? ¿La ayudarían a ganar la elección o le jugarían en contra?

La ley obliga a todos los partidos a cumplir con la regla de paridad de género en sus candidaturas, lo que implica que en el proceso electoral del 2024, donde estarán en juego nueve gubernaturas, al menos en cuatro deben postular a mujeres; algunos consideran que Morelos será un estado que quedará bajo esa norma sin importar la rentabilidad de los aspirantes. En síntesis: la candidatura de Morena en Morelos será para una dama.

Morelos, visto a través de los números de la 4T, es un estado ganable con hombre, lo mismo que Tabasco; en Veracruz y la Ciudad de México la ventaja la tienen mujeres, pero depende de la dirigencia nacional y del consejo morenista elegir la manera como se definirán las candidaturas, es decir, si es a partir de la rentabilidad de los candidatos, de los acuerdos políticos o de las cuotas de género.

El ambiente al interior del Movimiento de Regeneración Nacional en Morelos es tenso: por un lado está el partido y la nueva militancia que llegó del PES; por otro está la estructura original de Morena y seis de los ocho aspirantes; ninguno dialoga con el otro, nadie se preocupa por generar acuerdos y a la dirigencia no le importa fungir como árbitro del proceso. Por eso el ambiente está caldeado y los sentimientos de los precandidatos andan a flor de piel.

Ante esto surgen dos preguntas ¿Impondrá Morena a una candidata mujer en Morelos a pesar de que ello ponga en riesgo el triunfo? ¿Lo aceptarán los candidatos varones?

·         posdata

“Agustín Alonso va a buscar la candidatura al gobierno de Morelos por Morena, recuerda que fue candidato de Nueva Alianza y puede competir por la coalición” me comentó hace algunas semanas una persona cercana al diputado. “Va muy avanzado en el tema, tiene acuerdos con varios actores de Morena, incluyendo Rabín Salazar y ha ido posicionando muy bien su imagen con los eventos que ha organizado” añade.

Sin duda el hombre fuerte del congreso local es Agustín Alonso; el representante popular por Yautepec es la figura más destacada de la legislatura y se trata, si de deporte habláramos, del jugador franquicia.

Agustín Alonso junto con Francisco Sánchez, so los únicos que tienen la oportunidad de trascender a la legislatura, pero a pesar de su liderazgo sus opciones de continuar en política no van más allá de sus regiones. Pongámoslo de esta forma: cualquiera de los dos puede repetir el triunfo en sus distritos y estar presentes en la siguiente cámara local de diputados a pesar del enorme descrédito que carga el congreso en funciones; para los demás, incluidos los otros dos exalcaldes, será casi imposible volver a ganar una elección.

La posibilidad de que Alonso Gutiérrez compita por la gubernatura en el 2024 es remota no solo porque no tiene la rentabilidad e imagen suficiente, lo es también porque dada la estrategia que han implementado desde el congreso, ni los partidos políticos ni los medios de comunicación lo arroparían; y sus redes sociales no le alcanzan. Item más: el acuerdo del consejo nacional de Morena dejó claro qué partidos serán sus aliados en el 2024: el Verde y el del Trabajo; no contempló a Nueva Alianza y por ello resulta muy complejo que se celebre un acuerdo local, sobre todo porque ahí sí será determinante la voz del gobernador.

Agustín Alonso es un buen político, es más inteligente que los otros diecinueve integrantes de la legislatura y tiene más habilidad política que la mayoría de los políticos estatales. Pero cometió un error clave: siguió la regla de Graco, se confrontó con todos suponiendo que podría salir adelante en solitario. Olvidó la regla: el poder es para hacer amigos.

En el pecado lleva la penitencia.

·         nota

Estamos en el último tramo del sexenio de Cuauhtémoc Blanco; más de cinco años han pasado desde que el americanista se alzó con el triunfo en las urnas frente a Rodrigo Gayosso y en poco más de tres meses se llegará al quinto aniversario de que tomó protesta como gobernador de Morelos en relevo de Graco Ramírez.

El andar del futbolista por Morelos no ha sido sencillo, desde que arribó al estado para competir por Cuernavaca ha generado polémica y desplazado a muchos actores de la vida pública, otrora poderosos y hoy en el olvido. Ocho años más tarde la lista de enemigos del exseleccionado nacional es enorme e incluye a figuras de todos lados.

La calificación al gobierno saliente la tiene la sociedad y se manifestará cuando en un año los morelenses volvamos a las urnas. El tiempo que resta a la administración será el más difícil, trompicado y peligroso para quienes hasta ahora ostentan el poder; en otros gobiernos este era el momento de conciliar, de sanar heridas y de cerrar frentes de ataque. Hoy eso no ocurre.

Quizá porque se trata de un gabinete que no tiene mucha experiencia política o por la personalidad de un hombre al que nada importa el qué dirán, el caso es en lugar de conciliar, esta administración mantiene una línea de enfrentamiento con muchos sectores, incluidos algunos que hasta hace poco estaban de su lado.

Suponer que no pasará nada porque se cuenta con la protección del presidente Andrés Manuel López Obrador puede ser un gravísimo error de cálculo del mandatario; primero porque al tabasqueño también le queda un año y segundo porque muchos de quienes han sido agraviados a lo largo del sexenio seguirán aquí y algunos seguirán vigencia en sus cargos.

El año más difícil para cualquier gobernador es el séptimo, no importa que tan poderoso o popular haya sido.

·         post it

Las reglas se hicieron para romperse, reza un viejo dicho. Y Marcelo Ebrard ya comenzó a actuar al margen de lo que aceptó con su firma.

En Morelos la regla es que no hay reglas.

·         redes sociales

Los ataques contra el gabinete han comenzado. El primero es el comisionado de seguridad. No será el último.

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