Serpientes y escaleras - Daños colaterales

El reacomodo político en el congreso local es efecto directo de lo que pasa en Morena

Daños colaterales

Las derivaciones de lo ocurrido en Morena luego de la elección de sus consejeros van más allá de las fronteras del partido; el reacomodo en la cámara de diputados es consecuencia de la pugna obradorista e influirá en la discusión del paquete económico del siguiente año. La división en la 4T beneficia a la oposición y coloca en una posición sumamente complicada al gobierno estatal; en el congreso los adversarios de Cuauhtémoc Blanco tienen ya los sufragios suficientes para votar lo que quieran sin necesidad de negociar con nadie más. Es el costo de hacer política con el estómago.

Por muchos meses los integrantes de la 55 legislatura local se mantuvieron entrampados en dos bloques: de un lado estaban once diputados que abiertamente se opusieron a la línea gubernamental y por otro ocho que respondían al ejecutivo; en medio, dispuesto a moverse según sus intereses personales, estaba Arturo Pérez Flores.

Sin los 14 votos necesarios para avanzar en temas de fondo, los dos bloques legislativos lo único que consiguieron es una parálisis parlamentaria que duró más de siete meses, que impidió la aprobación del paquete económico 2022 y retrasó la agenda legislativa. En ambos lados hubo intentos por convencer a los otros, pero nadie se movió de su lugar… hasta que vino la pugna en Morena.

El surgimiento de una corriente neomorenista en el partido de la esperanza modificó la correlación de fuerzas en el congreso: molestos con lo que pasó en su elección interna, varios diputados del Movimiento de Regeneración Nacional sumaron sus votos al G10 a sabiendas de lo que ello implicaba; el cambio de bando de estos legisladores es una decisión firme que no se modificará con amenazas

En este momento el bloque mayoritario del congreso ya tiene 14 votos suficientes para, por ejemplo, modificar y aprobar el paquete económico del próximo año sin negociar con el ejecutivo; derivado de esa seguridad se entiende que en la víspera del análisis de la propuesta económica el parlamento ha informado que no habrá pasarela de secretarios para discutir los pormenores de cada dependencia, es decir, los diputados analizarán, discutirán y aprobarán el presupuesto del siguiente año solos, incluso sin tomar en cuenta a los otros 6 representantes populares, porque cuentan con los sufragios necesarios para hacerlo.

Con los votos que hoy tienen, además del paquete económico, los representantes populares están en condiciones de realizar cambios en la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización y darle cauce a la solicitud de juicio político que hace algunos meses se interpuso en contra del gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo.

La recomposición del escenario parlamentario es una consecuencia directa de lo sucedido en la elección interna de Morena y de la manera como se desarrolla la vida interna de ese partido luego del arribo de los neomorenistas. Tener el control del partido está resultando muy caro y riesgoso para el régimen, es una apuesta que ya modificó las cosas en el congreso y puede dar pie a acciones legislativas sumamente complejas para la administración que encabeza Cuauhtémoc Blanco.

La llegada de Ulises Bravo al escenario local de Morena rompió la endeble unidad morenista, dio vida a una nueva corriente obradorista y arrebató el control de la institución a los fundadores; este proceso no fue pausado, ha sido acelerado, sin prudencia y sin cuidado, por eso existe un enfrentamiento interno que se refleja en todos los espacios donde los obradoristas tienen presencia.

El trabuco legislativo no se resolverá desde México, la dirigencia nacional que encabeza Mario Delgado no tiene ascendencia en el morenismo local porque la consideran entregada al gobierno de Cuauhtémoc Blanco y en el pasado no ha sido capaz de poner orden en la institución; las amenazas de expulsión no preocupan a nadie, porque los acusados entienden que no existen elementos para ello, ni calidad moral para señalarlos.

Pensar que de alguna forma el gobierno federal intervendrá en este tema a través de expedientes u acciones en contra de los representantes populares locales tampoco es probable, porque hasta ahora la federación no ha sido capaz de actuar contra nadie, ni ha querido o podido activar los expedientes que dicen tener contra varios actores de la vida pública estatal, principalmente de la oposición.

Si del lado oficial decidieran apostar por la fuerza para vencer al bloque de 14 representantes populares, el ambiente político se enrarecería aún más, porque los diputados locales no son los únicos que están a disgusto con el ejecutivo; en ese mismo ánimo están los fiscales y muchos sectores de la sociedad. En un duelo mediático la opinión pública no estaría del lado de Cuauhtémoc Blanco.

El trabajo político del gabinete estatal y la operación electoral de la corriente cuauhtemista no camina en un mismo sentido; las formas y las prioridades son diferentes: los primeros apuestan por la figura de Cuauhtémoc Blanco y por un buen cierre de administración; los segundos están pensando en las elecciones sin tomar en cuenta los efectos de sus actos en la estabilidad gubernamental.

Los 14 votos del bloque mayoritario del congreso morelense deben verse con absoluta seriedad del lado del ejecutivo; este conjunto multipartidista tiene mucha fuerza y la capacidad de tomar decisiones que pueden influir en la marcha del estado, pero también están en condiciones de iniciar o contestar una guerra mediática en circunstancias favorables porque hoy el tiempo juega de su lado.

Por el bien del estado y del propio gobernador Cuauhtémoc Blanco la prioridad en la operación del los cuauhtemistas debe ser sacar adelante al gobierno estatal, apostar por la conciliación y por un buen cierre de gobierno. Hacerlo al revés, es decir, pensar primero en la elección y luego en la conclusión del régimen es un grave error de cálculo que ya está generando problemas mayores.

El peor error que pueden cometer los cuauhtemistas es repetir lo que hizo Rodrigo Gayosso.

Y lo están haciendo.

• posdata

El operativo a través del cual elementos de la Fiscalía General de la República y de la Marina Armada de México capturaron al jefe de plaza de la Familia Michoacana puede tener efectos directos en la estabilidad social del estado, dicen autoridades municipales y del estado. Israel Blanco Nava, conocido por el sobrenombre de “El Seven”, era uno de los objetivos prioritarios de la mesa de seguridad, a él se atribuye gran parte de la violencia que ocurre en la entidad y se responsabiliza por ser el autor de la matanza ocurrida hace unos años en un velorio que se llevaba a cabo en la colonia Antonio Barona.

La detención de este peligroso personaje estuvo a cargo del gobierno federal a través de la FGR y Semar, sin la intervención del estado ni del ejército mexicano; los hechos registrados la tarde de lunes en la entrada del colegio Marymount, al norponiente de la capital, llamó la atención por la forma en que actuaron los elementos federales, específicamente por el trabajo que les costó someter al sujeto; en contraparte se debe reconocer que la captura ocurrió sin realizar un solo disparo.

Otro aspecto sobresaliente es que la detención de este sujeto no se trató en la mesa de seguridad del gobierno estatal del día siguiente; cada mañana representantes de los tres niveles de gobierno y de los tres poderes, con la presencia de funcionarios de la FGR, Semar y Sedena evalúan la agenda de seguridad estatal y ese día, unas horas después de la captura del Seven, nadie tocó el tema. Ni el gobierno estatal y ni el gobierno federal confirmaron la detención.

Históricamente la captura de un jefe criminal deriva en reacomodos en la estructura delictiva y ello se refleja en un incremento de violencia; Israel Blanco Nava “El Seven” era, según lo comentan especialistas en el tema, rival directo de Francisco Javier Rodríguez Hernández, “El Señorón” o “El XL”. Ambos estaban considerados objetivos prioritarios del gobierno morelense porque a ellos se atribuían casi todos los actos de violencia. Hoy los dos están detenidos.

Habrá que esperar hasta conocer la versión oficial de los hechos y sobre todo las derivaciones de esta captura. Frente a las críticas que desató la forma en que los elementos federales sometieron a los delincuentes destaca el hecho que fue un operativo limpio, sin heridos ni daños colaterales, un hecho sobresaliente porque los tres personajes detenidos iban fuertemente armados.

• nota

La gobernabilidad y la estabilidad del gobierno de Cuauhtémoc Blanco debe ser una prioridad para todos los integrantes del gabinete y para aquellos que forman parte de su corriente política; el panorama para el ejecutivo estatal se ha complicado luego de la elección interna de Morena y la situación se agrava ahora que, como consecuencia de lo primero, en el congreso estatal la oposición ya tiene los 14 votos necesarios para hacer lo que quieran.

En este contexto de alta complejidad es irresponsable insistir en la división interna en lugar de abonar a la unidad; el gobernador Cuauhtémoc Blanco ya tiene una relación tensa (por decir lo menos) con la mayoría de los diputados, está enfrentado con los fiscales Uriel Carmona y Juan Salazar, se ha distanciado de muchos liderazgos de Morena y sufre un desgaste importante ante varios sectores de la sociedad.

Si a ello se suma la grilla interna generada desde el gabinete contra varios alcaldes que podrían ser aliados, el panorama se ensombrece. Entendamos algo: al gobierno de Cuauhtémoc Blanco Bravo le quedan menos de dos años, si el futbolista tiene alguna aspiración electoral en el 2024, deberá separarse del cargo a más tardar en un año y en ese punto requerirá de todos los apoyos posibles para dejar a cargo del estado a alguien que le cuide la espalda y cobije su proyecto político.

La suerte es un elemento que hasta ahora ha jugado del lado del americanista, ese intangible le ha favorecido en muchos momentos y le ha permitido sortear dificultades que pudieron ponerlo al borde del abismo político. Pero la suerte no es eterna, ni tampoco algo a lo que deba apostar un gobierno; para que el sexenio actual concluya en orden y sin sobresaltos es fundamental que se opere políticamente, que se fortalezca la imagen del jefe del ejecutivo, que se den resultados en el trabajo y que se dejen de generar nuevos enemigos.

Lo que hizo el fin de semana Alfonso Sotelo en la feria patronal de Tehuixtla, al llevar al mandatario a inaugurar la festividad excluyendo del evento al alcalde Juan Ángel Flores fue rudeza innecesaria, es un acto de provocación que ahonda los conflictos entre morenistas, multiplica el resentimiento hacia el ejecutivo y genera problemas donde no los había. José Galindo y Alfonso Sotelo se han convertido en secretarios que generan problemas políticos, que dividen y provocan odios hacia el gobernador.

Los que hoy son vistos como inferiores y se les trata con desprecio, a la vuelta del tiempo se volverán importantes, cuando la gobernabilidad estatal penda de un hilo y el apoyo de todos sea indispensable para salir adelante.

A esta altura del sexenio el nombre del juego debe ser la unidad; por el bien de Cuauhtémoc Blanco la gobernabilidad debe estar por encima de los intereses políticos y los rencores personales.

• post it

La Fiscalía Anticorrupción de Morelos ya mostró que tienen dientes y que está dispuesta a utilizarlos; el encarcelamiento de Antonio Villalobos no es cosa menor y podría volverse el principio de una serie de acciones que impulse Juan Salazar desde su oficina.

Si la FECC pone un alto a la impunidad metiendo a la cárcel a más corruptos, Juan Salazar se puede volver un personaje popular, porque haría nadie más lo está haciendo.

• redes sociales

El gobierno de Temixco esta sucumbiendo ante los problemas; la administración morenista ha sido rebasada por la inseguridad, la falta de servicios, los reclamos sociales y la corrupción que prevalece en su interior.

Como diría el clásico: no esperaba nada de ti y aún así me decepcionas.

Comentarios para una columna optimista: eolopacheco@elregional.com.mx

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