Serpientes y escaleras - ¿A quién le echamos la culpa?

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - ¿A quién le echamos la culpa?

La gobernadora Margarita González no echa culpas al pasado ¿Eso es bueno?

 

¿A quién le echamos la culpa?

Los últimos cuatro gobernadores han recurrido al pasado para disculpar su falta de resultados; desde que iniciaron sus administraciones los últimos cuatro ejecutivos advirtieron que sería difícil sacar adelante al estado porque había muchos problemas pendientes por resolver, heredados, que dificultarían el trabajo. La justificación se convirtió, al tiempo, en un pretexto para la inacción, un camino para repetir las mismas prácticas que criticaban. ¿Qué pasará ahora?

Los retos que tiene enfrente Margarita González Saravia no son pocos, ni sencillos de resolver; los problemas empiezan en lo económico, con una administración sumamente comprometida en sus recursos y muy poco margen de maniobra, producto de las enormes deudas contraídas en el pasado.

Cuauhtémoc Blanco afirmó que entregaría buenas cuentas a la siguiente administración y finanzas sanas en el gobierno; el entonces secretario de hacienda abonó a la historia diciendo que dejarían mucho dinero en las cuentas, por lo que el cierre fiscal del año estaba garantizado. Pero no fue así.

Lo primero que encontró la gobernadora fue una administración devastada, sin recursos económicos y múltiples compromisos contraídos a futuro. Marco Adame y Graco Ramírez endeudaron al estado por las siguientes cinco administraciones; durante seis años Cuauhtémoc Blanco cumplió con el pago mensual de la deuda bancaria, sin abonar un peso extra al pago de capital, por lo cual el nuevo gobierno seguirá cargando con ese enorme pasivo.

Antes de cerrar su ciclo el futbolista ordenó a su equipo que se gastaran todo el presupuesto del año, la orden que fue obedecida al grado que no solo vaciaron las cuentas de las dependencias, también firmaron contratos a futuro y pagaron obras antes de que se concluyeran.

El futbolista nunca ha simpatizado con Margarita González Saravia y al final, a través de figuras muy cercanas a él y a su hermano, apoyaron la candidatura de Lucía Meza, con recursos económicos y materiales, manejo informativo y guerra sucia en contra de la abanderada de Morena.

La jefa del ejecutivo comienza a dimensionar el tamaño del daño que su antecesor causó al estado, de la gravedad de los problemas sociales que dejó en la agenda del estado y el enorme quebranto que junto con los suyos causó al erario.

El problema es tan grave que a pesar de que la dama trata de ser prudente y evita entrarle de lleno al tema, las historias comienzan a surgir de manera natural y desde muchos lados, sin que del lado del gobierno exista capacidad de contención o interés por aclarar las cosas.

Las primeras semanas del sexenio se pueden dividir en dos partes: por un lado la intensa agenda de la gobernadora, reuniéndose todos los días con muchas personas en todos los municipios del estado, supervisando personalmente y a detalle los temas de las dependencias; por otro la convulsión de un estado sumamente violento, con una corporación policiaca limitada y desarticulada, una estrategia de seguridad disfuncional y poca coordinación con las autoridades municipales.

El esfuerzo personal de Margarita González Saravia es lo que hoy acapara la atención, lo que genera esperanza y eleva la expectativa de que las cosas puedan mejorar en el mediano plazo; lo que también comienza a hacerse patente es que el gabinete que acompaña a la gobernadora no es el adecuado, porque a pesar de que hay algunas figuras de primer nivel, también hay otras que brillan por su incapacidad.

Mientras en el estado no ocurra algo que cimbre nuevamente a la sociedad, una crisis que acapare la atención y haga voltear la vista de la sociedad a los problemas de siempre, la gobernadora podrá continuar como hasta ahora, con mucho entusiasmo, pero sin estrategia… y todo seguirá siendo favorable.

El problema es sí ocurre algo que cambie el ritmo de las cosas, que meta al gobierno en una dinámica distinta y exija a las autoridades resultados inmediatos. En algún momento veremos una crisis gubernamental, va a ocurrir porque es parte de la naturaleza del cargo, la única duda es cuándo y de que tipo: social, política, policiaca, ambiental… y frente a ello la pregunta obvia es ¿Está preparado el gabinete para responder a una situación así?

La gobernadora Margarita González Saravia no ha recurrido a la regla de echar la culpa al pasado o de justificar anticipadamente la falta de resultados por problemas heredados; la dama mira hacia adelante, habla de lo que se debe hacer, de lo que se tiene que cambiar y predica con el ejemplo, trabajando de manera incansable y siendo congruente con sus expresiones.

Eso no quiere decir que a la jefa del ejecutivo no le importe lo que hicieron en el pasado o que vaya a ser omisa ante las faltas, más bien se concentra en el futuro y en las necesidades de la gente y deja en otras manos, en gente de su confianza, la tarea de revisar las acciones y actuar en los casos que se amerite.

En este primer mes y medio de gobierno la esperanza en la gobernadora sigue siendo alta, su imagen personal es buena, genera empatía porque se trata de una figura distinta a las que hemos tenido y una mujer diferente a las que estamos acostumbrados a ver en la política local.

Hasta ahora la gobernadora no ha echado culpas al pasado para justificar nada, pero no puede dejar pasar las múltiples faltas cometidas en la administración anterior porque se trata de acciones visible, burdas, ofensivas, que ponen a prueba el discurso de honestidad de la nueva administración.

La confianza de la gente en Margarita González Saravia es alta, pero la paciencia es poca.

·         posdata

Aunque el gobierno estatal no habla abiertamente del tema, otras dependencias gubernamentales confirman que existen irregularidades en el manejo de algunas dependencias durante la administración anterior.

Tanto la Fiscalía especializada en Combate a la Corrupción como la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización han adelantado que tienen procesos activos en algunas oficinas por acciones que pudieran ser consideradas ilegales.

La mira está puesta en varias dependencias: Agricultura, Ceagua, Sedagro, DGPAC, Sedeco, Filateq… en todas estas (más las que se sumen) se presumen actos de corrupción, mal manejo de recursos y violaciones fragrantes a los procesos.

El gobierno estatal está reuniendo información y trabajando, dos acciones distintas pero en paralelo, es decir, por un lado se revisa la situación de las áreas y el manejo del gobierno anterior y por otro se avanza en función del nuevo proyecto que encabeza la gobernadora.

La estrategia oficial es correcta en lo operativo, pero puede generar sorpresas en lo mediático, porque institucionalmente se guarda silencio y desde otras áreas se confirma lo que es un secreto a voces: corrupción.

La administración de Margarita González Saravia no podrá pasar por alto las fechorías cometidas en el pasado porque los actos de corrupción ya se hicieron públicos y se han documentado. El silencio puede ser prudente por un momento, mientras se reúnen las pruebas necesarias para iniciar procedimientos, pero no es un camino permanente porque con el tiempo la inacción puede interpretarse como complicidad.

En lo que respecta a los actos de corrupción cometidos por el gobierno anterior, el nuevo régimen solo tiene dos caminos: la bebe o la derrama.

·         nota

A propósito de decisiones, recordemos el cuento de las Tres Cartas.

El relato tiene varias versiones, la clásica es un recordatorio de que la vida está llena de momentos difíciles, pero también de oportunidades para aprender, crecer y tomar decisiones. Otra se ha adecuado al ejercicio de poder, a la política, en forma de parodia para justificar la falta de resultados. Recordemos las dos:

La primera versión:

Había una vez un joven que tras cometer un gran error se sintió lleno de arrepentimiento y deseaba corregir su vida. Acudió a un sabio para pedirle consejo y el sabio al escuchar su dilema le dijo:

“Te voy a dar tres cartas. Cada una de ellas tiene una enseñanza importante. La primera carta te ayudará a encontrar paz, la segunda a tomar mejores decisiones y la tercera a ser feliz.”

El joven, emocionado preguntó: “¿Cuándo debo abrirlas?”

El sabio respondió: “Abre la primera cuando te sientas perdido, la segunda cuando enfrentes una decisión difícil y la tercera cuando pienses que todo está perdido.”

El joven aceptó las cartas y se fue en busca de su camino. En su vida tuvo momentos de confusión, de tomar decisiones cruciales y de sentir que ya nada tenía sentido. En cada uno de esos momentos abrió una carta:

1.      Primera carta: “Esto también pasará.” Con estas palabras, encontró consuelo y entendió que incluso los momentos más oscuros tienen su fin.

2.      Segunda carta: “Haz lo correcto, no lo fácil.” Cuando enfrentó decisiones complicadas, estas palabras lo guiaron para hacer lo correcto, aunque a menudo fuera el camino más difícil.

3.      Tercera carta: “Escribe tus propias cartas.” Esta última carta lo inspiró a ser el autor de su propia vida, a tomar el control de su destino y a compartir sus aprendizajes con los demás.

La segunda versión:

Un asesor político le dio un día a un presidente tres cartas que debería abrir sucesivamente si las cosas le iban mal. Así sucedió, y el mandatario se enfrentó a la primera misiva.

El mensaje era escueto, pero rotundo. Decía: «Échale las culpas a tu predecesor». Aquello surtió efecto durante algún tiempo, pero no fue suficiente para resolver los problemas, por lo que nuestro gobernante tuvo que abrir la segunda carta.

Esta rezaba: «Échale la culpa a la crisis general; di que es tan intensa que a pesar de las acertadas medidas que tomas para enfrentarla, las soluciones aún tardarán en llegar». Así lo hizo con fortuna desigual porque el argumento convenció a los convencidos y no satisfizo a los detractores que criticaron su reacción tardía y el desacierto de sus decisiones.

El presidente no tuvo más remedio, entonces, que rasgar la tercera carta que lacónica sentenciaba: «Vete escribiendo las tres cartas».

·         post it

Con cargo al erario, las dos nuevas magistradas del Tribunal de Justicia Administrativa andan de paseo por Holanda; la justificación es que acuden a un curso de capacitación.

Patrocinar las vacaciones fue decisión del presidente del TJA Guillermo Arroyo, quizá para tener contentas a sus dos nuevas aliadas, quienes le podrían dar los votos que requiere para mantenerse al frente del organismo, aunque la ley lo prohíba.

Seguramente al Tribunal de Justicia Administrativa la sobra el dinero, por eso se da el lujo de pagar las vacaciones por Europa a dos magistradas. Si hay dinero suficiente para ello, sería absurdo que solicite ampliación presupuestal para el 2025.

·         redes sociales

“Dicen que yo controlaba todo y a todos… ni yo sabía que era tan poderoso” afirma el hermano del exgobernador Cuauhtémoc Blanco, Ulises Bravo, al tiempo de llamarse perseguido por el fiscal Uriel Carmona.

Lo mismo decía en su momento Rodrigo Gayosso.

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