Serpiente y escaleras - ¿Y si no todo sale bien?

En opinión de Eolo Pacheco

Serpiente y escaleras - ¿Y si no todo sale bien?

Los morenistas están confiados en que van a ganar porque tienen todo para lograrlo.

 

¿Y si no todo sale bien?

Competir por una gubernatura es casi siempre un chance único. Son pocas las excepciones en las que alguien tiene una segunda oportunidad de buscar la jefatura del ejecutivo estatal, situación que en Morelos no ha sucedido. La carrera en la que hoy están inmersas Margarita González Saravia y Lucía Meza Guzmán será muy probablemente la única ocasión en la que las veremos luchar por el manejo del estado. Igual que en los campeonatos deportivos, en política no hay nada más deprimente y despreciado que el segundo lugar.

“Si las cosas salen como las tenemos planeadas no hay nada de qué preocuparse”, comentan algunos personajes cercanos a la candidata de Morena; “nuestra estructura es grande, el voto duro es sólido y el obradorismo morelense es fiel”, añaden. A pesar de la confianza, poco a poco los estrategas de la 4T han ido ajustando su estrategia: de unos días para acá se nota más presencia de su candidata en los medios y por aire sus mensajes llegan a muchas más personas que antes. “Hay que empatar el marcador en el terreno de la percepción y en ese camino estamos”.

Los margaritos lucen y se escuchan confiados a pesar de que su rival les ha ganado terreno en la percepción e impone su narrativa en la campaña. Y tienen razón para estar esperanzados: Morelos es un estado obradorista y los programas del gobierno federal impactan en mucha gente y eso invariablemente generará votos. El problema es si algo no sale como lo tienen calculado. Veamos:

En este momento el Movimiento de Regeneración Nacional va adelante en la carrera por la gubernatura y puede dar por controlados los municipios donde se concentra el mayor número de votos, es decir: Cuernavaca, Jiutepec, Yautepec, los Altos, Jojutla y Cuautla; aunado a ello confían en que como gobiernan la mayoría de los ayuntamientos, las estructuras municipales formales e informales jugarán en automático para ellos. ¿Y si no es así?

Esta semana los aspirantes a la candidatura a la presidencia municipal de Cuernavaca esperan conocer los resultados de las encuestas que habría levantado el partido para definir a quien representaría a la 4T en capital morelense, pero independientemente del resultado del estudio, la decisión parece haberse tomado ya desde hace tiempo, situación que tiene enfadados a varios aspirantes y ha sido motivo para que el senador Sergio Pérez y el secretario Jaime Juárez impulsen un movimiento de rebelión interna.

La falta de operación política entre los contendientes ha generado un ambiente propicio para el conflicto; la candidata a la gubernatura se reunido varias veces con los aspirantes en grupo o en privado y en todas las ocasiones el compromiso que ha quedado en la mesa es respetar el resultado y salir en unidad. Pero el compromiso no dura más allá del encuentro, ni se traducirá en el apoyo para quien resulte beneficiado por la encuesta; a pesar de que el conflicto es evidente, ni la dirigencia nacional del partido, ni el equipo de la candidata, ni el comité estatal hacen algo para suavizar las cosas. Lo mismo ocurre en todos los municipios importantes.

Veamos otro caso: junto con Jojutla, Jiutepec es un municipio obradorista, en ambos casos hay buenos gobiernos municipales y alcaldes que tienen un liderazgo indiscutible en sus comunidades; en Jiutepec el duelo por la candidatura es entre el alcalde Rafael Reyes, quien impulsa a David Ortiz y la diputada local Ariadna Barrera, apadrinada por Ulises Bravo; frente a frente la legisladora tiene ventaja por su condición de género y porque en el terreno de la percepción podría estar mejor posicionada que el pupilo del alcalde por su condición política activa. Eso no quiere decir que sea la mejor candidata o que pueda ganar sola.

A pesar de la tensión evidente en el proceso interno de varios municipios, no hay nadie que haga trabajo político de conciliación y todo se deja al tiempo y al resultado de la encuesta. En las cúpulas de la 4T asumen que es obligación del morenismo sumarse a quien gane y que sin importar el nombre o la circunstancia, los obradoristas tienen que apoyar a los candidatos de la 4T. Y eso no va a suceder.

Antes que militantes, los obradoristas son humanos y en muchos casos hablamos de políticos y personas que han participado o militado en otros partidos; Morena es un movimiento fuerte, producto de las circunstancias y la suma de personajes de todas las corrientes políticas, con la complejidad que ello implica. En el momento que la 4T se volvió un partido electoralmente rentable todos se fueron para allá y los dejaron entrar sin filtro, por eso ahí coinciden personajes tradicionales de la vieja izquierda, seguidores desde hace muchos años de Andrés Manuel López Obrador, pero también figuras arribistas que solo quieren mantenerse conectados al presupuesto.

Un grave error de cálculo de los estrategas morenistas es suponer que la unidad interna se dará en automático y que pase lo que pase la gente votará por los candidatos de la 4T; la tensión que se vive al interior de ese partido en la víspera de que se definan los nombres de los candidatos a las presidencias municipales y a los congresos local y federal es grande y puede causar sorpresas en la elección si no operan políticamente desde ahora.

Pongámosle nombres: ¿Qué pasa si en Cuernavaca gana la encuesta Javier Bolaños y todos los demás deciden no apoyarlo o boicotearlo? Evidentemente Bolaños es un candidato mucho más rentable que los demás, pero si las cosas se le descomponen internamente antes de que inicie la campaña deberá competir contra el candidato del PAN, contra la fuerza del gobierno municipal y contra sus correligionarios. Le puede pasar lo mismo que a Argüelles.

En Jiutepec puede suceder lo mismo si el partido elige a la diputada Ariadna Barrera sin tomar en consideración al alcalde Rafael Reyes; obviamente el edil no dejaría Morena, pero si no apoya a la candidata de su partido o extraoficialmente impulsa a un candidato rival, Morena puede perder el municipio; si esto sucediera, además, se pondría en riesgo el voto a la gubernatura. Esa misma situación de enojo y rebeldía se puede replicar en todos los demás municipios, sobre todo en aquellos en donde Ulises Bravo prometió candidaturas a los alcaldes.

Los puntos fuertes de Morena para ganar la elección de Morelos están perfectamente identificados: Cuernavaca, Jiutepec, Yautepec, Los Altos, Jojutla y Cuautla; si la 4T ganara esos lugares no hay manera de que la oposición gane la gubernatura; para que eso suceda deben tener buenos candidatos, pero también deben salir en unidad y de manera conciliada con quienes dominan esas regiones, léase Rafael Reyes, Agustín Alonso, José Gachuz, Juan Ángel Flores y Rodrigo Arredondo. Tendría que mencionarse en este punto a Rabindranath Salazar, pero él, su mamá, Miguel Lucia y sus diputados ya están operando para Lucía Meza.

Aclaremos: no se trata de ceder a chantajes, sino de hacer política. Y eso es lo que prometió Margarita González.

·         posdata

Ganar la gubernatura de Morelos el próximo mes de junio no es algo que solo interese a Morena, es algo que también debe impulsar el gobernador Cuauhtémoc Blanco y todos sus funcionarios, porque de ello depende su tranquilidad futura.

Es claro que Margarita González nunca fue la candidata del gobernador y que hasta el último momento jugó con Víctor Mercado y Sandra Anaya; item más aún después de que fue designada coordinadora estatal, el jefe del ejecutivo se ha mantenido distante y nunca la ha felicitado públicamente.

A pesar de ello y de que algunos de los funcionarios de su gobierno han generado vasos comunicantes con la candidata de oposición, le comparten información y le filtran datos del régimen estatal, el triunfo de Morena en las elecciones de junio representan el mejor escenario para los cuauhtemistas.

Veámoslo de esta forma: si quieren obtener espacios en la administración del FAM, cualquier morenista o cuauhtemista tendría que formarse detrás de los priístas, los panistas y los perredistas que harán suyo, de darse, el triunfo de Lucía Meza; la propia candidata del FAM en su esfuerzo por ganar está haciendo muchísimos compromisos que como gobernadora le sería muy difícil cumplir. En este escenario ¿Por qué privilegiarían a morenistas o cuauhtemistas recién llegados por encima de quienes llevan tiempo apoyando su causa?

Lo que sí pasará en ese escenario es que como jefa del ejecutivo Lucía Meza iniciaría su mandato investigando a fondo el manejo económico, jurídico y administrativo del gobierno saliente y presentando denuncias contra quienes encuentre culpables de ilícitos; ya lo dijo y lo seguirá reiterando a lo largo de la campaña.

Basta ver a quienes están alrededor de la candidata del FAM para identificar la manera como ejercería el poder en el estado; priístas, graquistas, panistas, perredistas y rabinistas flanquean a la senadora y hacen todo lo que pueden para ayudarla a ganar; en todos ellos existe enfado hacia Morena y particularmente hacia el gobernador Cuauhtémoc Blanco.

Los morenistas y los cuauhtémistas que piensan que saltando a la candidatura contraria encontrarán una mejor opción que en su casa están equivocados; en la 4T pueden quedarse sin candidatura, pero quizá les otorguen un espacio en algunas de las estructuras de gobierno que tendrán; del otro lado solo los van a usar. Así es la política.

·         nota

Una manera de observar la defensa del presidente Andrés Manuel López Obrador al gobernador Cuauhtémoc Blanco durante su última visita al estado es celebrando el total apoyo frente a la crítica; “Es un gran gobernador y me consta” afirmó el líder nacional de la 4T a quienes abucheaban.

Otra forma es analizar la situación a partir del desgaste que ya tiene el gobernador y del hecho que se trató de un evento organizado por el gobierno estatal en coordinación con el federal y se restringió la entrada para que solo estuvieran ahí los de casa. Y fueron ellos los que reclamaron.

El cierre de sexenio será muy duro para los gobiernícolas. Y el séptimo año lo será aún más. 

·         post it

Conozco a Lorena Castillo desde hace muchos años, la he visto desarrollarse profesionalmente y cumplir siempre a cabalidad en los espacios laborales en los que ha participado.

La actual directora del Instituto de la Mujer municipal es una mujer preparada, solidaria y comprometida con muchas causas sociales; dejar la investigación e el INSP para sumarse a un gobierno municipal no fue una decisión sencilla, desde ningún ángulo le convenía hacerlo, pero dio el salto por lealtad con quien encabeza hoy el ayuntamiento de Cuernavaca.

Lorena Castillo es un elemento de primera en el gabinete municipal, aunque no le den su lugar; a lo largo de dos años he visto como con esfuerzo personal y ayuda de sus amigos la funcionaria ha atendido la enorme responsabilidad que le encomendaron; hacerlo con los diez mil pesos anuales que le asignaron el 2022 o los 80 mil que le dan en este 2023 es humanamente imposible y a pesar de ello Lorena nunca se ha rendido.

A pesar de conocerla desde hace muchos años no he tenido la oportunidad de charlar con Lorena Castillo más allá de un par de ocasiones, sin embargo su formación académica, su profesionalismo, su calidad humana y su lealtad me confirma que es una figura de primera en un gobierno de tercera.

No tengo claro cuánto durará en el cargo, ni hasta qué punto aguantará los maltratos, pero estoy seguro de que mientras esté al frente del instituto de la mujer de Cuernavaca dará el cien por ciento de su esfuerzo por un sector vulnerado que requiere mucho apoyo. Por la calidad de su titular, el instituto municipal tiene más reconocimiento que su símil estatal.

·         redes sociales

Hay guerra sucia contra las candidatas de Morena y del FAM. El duelo es a ver quien lanza más cochambre.

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