Secreto a voces - El opositor a Maduro: Henrique Capriles (XXXIII)

En opinión de Rafael Alfaro Izarraraz

Secreto a voces - El opositor a Maduro: Henrique Capriles (XXXIII)

Henrique Capriles, es fundador del partido Primero Justicia (PJ) de carácter regional. En sus inicios integrante del partido COPEI. Participó en la administración federal durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez. Colaboró en el despacho de su primo, y diputado por COPEI. Recibió su primera oportunidad de ganar una diputación por el estado de Zulia, en 1998, una entidad de tradición petrolera y de influencia social cristiana. Zulia se caracteriza por ser una de las regiones en donde habían surgido líderes de los partidos tradicionales AD y COPEI así como empresariales. A los 26 años fue el diputado más joven y vicepresidente del Congreso por un breve tiempo pues se disolvió dando lugar a los trabajos de la Asamblea Constituyente.

Su familia emigró de Europa (judíos de ascendencia polaca) a la isla de Curazao y de ahí a Venezuela. Se trata de sobrevivientes del exterminio nazi que emigraron al Caribe, inicialmente. Como empresarios han orientado sus inversiones en cadenas de cine, medios de comunicación como periódicos, revistas, radio e internet. Asimismo, mantienen inversiones importantes en la comercialización de bienes alimentarios. Por lo que Capriles es un abogado-empresarios versado en asuntos empresariales de los medios de comunicación y formado en escuelas estadounidenses. Sabe cómo manejarse públicamente.

El posicionamiento de Capriles como político tiene que ver con lo ocurrido en el pasado y me parece errores cometidos por el chavismo con respecto a cómo tratar políticamente a un opositor. Al parecer por su participación (como alcalde) en 2002 (intento de golpe contra Chávez), durante ataques de gente ligada a la derecha a la embajada cubana pues se creía que ahí se encontraban protegidos políticos pro Chávez. Capriles, ingresa a la embajada y lejos de atenuar el conflicto lo agudiza. El gobierno lo acusa, detiene y libera. Lo convierten en víctima y al participar en comicios locales aplasta a opositores chavistas. Lo convirtieron en héroe ante segmentos de la población.

Capriles, había sido en dos ocasiones alcalde de la ciudad de Baruta y gobernador del estado de Miranda. Para aquel entonces, cuando Capriles enfrenta a Chávez y luego a Maduro, contaba con 40 años y con los antecedentes políticos ya referidos. De profesión, había obtenido el título abogado y estudiado en universidades extranjeras (ver: https://www.cidob.org/content/pdf/51541). Era un abogado que había estudiado en el extranjero, en tono racista, los medios hacían el contraste con Maduro a quien lo minimizaban como un ex chofer de autobuses, sin estudios universitarios. Lo anterior, a pesar de que durante su campaña Capriles tomó como modelo las políticas sociales de gobierno de Lula, de Brasil, quien fue un obrero electricista que se empleó en las fábricas del cordón industrial de Sao Paulo. De lo que se trataba era de demeritar al sucesor de Chávez.

Chávez muere el 5 de marzo de 2013, oficialmente, y en abril ya está en marcha un nuevo proceso electoral, en donde Capriles repite como candidato y Nicolás Maduro es nominado candidato oficial y heredero del legado de Chávez (el resultado: 50.6 por ciento para Maduro y 49.12 para Capriles). La segunda participación de Capriles debe entenderse en el contexto de que las fuerzas derechistas venezolanas asociadas a las estrategias estadounidenses, ven en la muerte de Chávez como la oportunidad esperada para derrotar a la revolución bolivariana. A la masa venezolana Capriles, en la elección de 2012 y 2013, les lanzó el discurso acerca de sus necesidades sabiendo que para su campaña era importante romper con el peso que tenían las políticas sociales del gobierno bolivariano. Capriles, de parte del mismo Chávez, recibió el calificativo de ser una “marioneta” de la oligarquía venezolana.

El punto a destacar es que la derecha creyó que la transición entre Chávez y un nuevo líder era la oportunidad de su vida. Los analistas políticos proclives o no a las corrientes empresariales tienden a ver en Maduro a un líder que, a diferencia de Chávez, no tiene el carisma del líder desaparecido. La oposición valoró la existencia de una debilidad del bolivarianismo. A distancia de los comicios de 2013 sin duda que la valoración fue un punto importante para la oposición que se reflejó en la votación para Capriles. No obstante, la campaña que realizó Maduro consistió en recuperar la figura de Chávez para mantener el poder en la primera elección sin Chávez.

Algunos autores ven en la acción del equipo de Maduro como algo intrínsecamente erróneo porque asocian la figura de Chávez con el populismo (ver: Arena, N. (2016). Nicolás Maduro: ¿populismo sin carisma? Cuadernos del CENDES, núm. 92) y no alcanzan a ver nada nuevo bajo su análisis no obstante que el populismo es una corriente que logró sobrevivir hasta la década de los setenta y que, lo que siguió, es otra experiencia que no logran descubrir porque recurren a enfoques que los obligan a seguir un esquema analítico preestablecido. Lo que es una revolución es reducida o normalizada a esquemas analíticos populistas. Capriles, al no reconocer los resultados, inicia una campaña de resistencia al nuevo gobierno.

Los resultados de las elecciones de abril de 2013 fueron estrechos. Desde antes del día de las elecciones Capriles denunció la existencia de un fraude y durante la fase postelectoral continuó denunciando su existencia. El Consejo Nacional Electoral (CNE) declaró ganador a Maduro el 15 de abril. Este momento es relevante con respecto a lo que ocurrirá en el futuro e, inclusive, para los comicios del año entrante, 2024, es Capriles el que se perfila como candidato opositor a Maduro, 11 años después. En 2013, las protestas dejaron un saldo siete personas que perdieron la vida. Como veremos en entregas próximas, a Capriles se le vuelve a sancionar en 2017, con razón desde el punto de vista legal pero políticamente, y de acuerdo a la experiencia de 2002, fue victimizado.

Con respecto a las víctimas del proceso de 2013, por supuesto que no existe nada que justifique la muerte de una persona (o un animal), pero existen corrientes políticas para las que sacrificar a personas en la política es parte de ese tipo de prácticas de la política nociva, pero que les otorga dividendos políticos. Recordemos que, en México, en 1994, se llegó a sacrificar a Luis Donaldo Colosio como parte de una estrategia de control del proceso electoral que mantendría al PRI en el poder. Aquí inicia para la vida política venezolana el tema de los derechos humanos y la violación de los mismos que se le adjudica al gobierno bolivariano. En ese contexto, ocurren las primeras muertes de personas como parte de la vida política.

El triunfo de Maduro no encontró un buen ambiente económico, comparado con la época vivida por Chávez desde 1998 hasta prácticamente su muerte. Los precios del petróleo bajaron en algún momento drásticamente, como ocurrió durante la pandemia, pero lo mismo ocurrió años antes. Lo que significó una caída de los ingresos del gobierno cuyas exportaciones dependen en un 90 por ciento de los ingresos petroleros. La posibilidad de satisfacer las necesidades de la población se redujo, combinado con las políticas del gobierno de Trump contra Venezuela a la que le impuso toda una serie de sanciones como ya se ha mencionado en otras entregas. Lo mismo hizo la Unión Europea. Esto fortaleció a la oposición. (Continuará).