Rumbo a la cruz
En opinión de Carlos Morales Cuevas
Sumerjo los pies en poemas tibios,
mañana tendré que caminar rumbo a la cruz.
No a una cruz de palo o piedra, no;
sino a la cruz del tiempo que está a punto de caducar.
Los poemas curan demonios,
quitan el cansancio y gentilmente ponen la soga al cuello,
una soga que cuelga del árbol del pecado original.
Qué son los poemas sino manzanas golpeando cabezas
o envenenando silencios de almas muertas.
Qué son, sino pinceladas apócrifas de Basil Hallward,
máscaras que la vida arrancó al cielo
y la muerte recogió para camuflar su ego.
El cantar de los violines entre el pochotal,
arrastró la góndola que navegaba a por mí,
para llevar a la cruz el último poema palpitante
que el diablo fratricida, fatuo porta en su estandarte.
Sumerjo los pies en poemas tibios,
mañana tendré que caminar rumbo a la cruz.