Repaso - Tania Valentina: ley estatal de educación

Resulta interesante el anuncio de la diputada local Tania Valentina Rodríguez, mediante un boletín informativo, de haber presentado a la instancia legislativa correspondiente, vía correo electrónico, “la iniciativa más importante de esta Legislatura para el Partido del Trabajo”, referente a la Ley de Educación para el Estado de Morelos, informando que el plazo para hacer lo conducente vence el próximo 15 de mayo, fecha límite para armonizar la ley estatal con los lineamientos que a nivel federal se aprobaron para esta materia.

La ley vigente data del año 1996, durante la infausta gestión gubernamental de Jorge Carrillo Olea, siendo los integrantes de la XLVI legislatura local quienes la aprobaron. En ese entonces se afirmaba, con una buena dosis de fingimiento, que en los trabajos habían participado desde las tres fracciones parlamentarias que existían, hasta las autoridades educativas y la Sección 19 del SNTE. Aseguraban también que se había convocado para opinar a representantes de la UAEM, Consejo Coordinador Empresarial, Asociación Estatal de Padres de Familia, entre otras instituciones. En realidad, se pretendía “demostrar” discursivamente que esa ley había sido producto de un amplio consenso social.

Durante la Legislatura 50, el entonces presidente de la Comisión de Educación y Cultura, Víctor Benítez Quintero, diputado plurinominal por el Partido Nueva Alianza, intentó o simuló encabezar los trabajos para una nueva ley del ramo educativo en Morelos, para lo cual incluso, dijo, se organizaron foros regionales de consulta, pero al final presentó casi una copia de una ley de educación aprobada en España. No le funcionó y la ley promulgada por Carrillo Olea siguió vigente.

Me parece que en la Legislatura 53, siendo presidente de la Comisión de Educación y Cultura el diputado Alfonso Miranda Gallegos, actualmente preso en una cárcel federal por sus vínculos con el narcotráfico, se realizaron diversas modificaciones a la ley de educación estatal, que contravenían las propuestas en la materia ordenadas por Enrique Peña Nieto, razón por la cual se interpuso una controversia constitucional que finalmente echó por los suelos el intento de esa Legislatura local. Corría el primer trienio de la gestión gubernamental de Graco Ramírez Garrido.

Las reformas aprobadas, creo que durante el penúltimo año del sexenio de Peña Nieto, se impusieron cabalmente para que estuvieran en consonancia con las de nivel nacional, alimentadas por los estrategas de la mal llamada reforma educativa, como la calificó una y otra vez el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Así las cosas, como consecuencia ahora de las reformas impulsadas por López Obrador, era necesario que alguien tomara la iniciativa para armonizar la legislación local con la federal. Uno esperaría que fuese la diputada Blanca Nieves Sánchez Arano, emanada plurinominalmente del moribundo Partido Nueva Alianza, pero la legisladora, quien había pertenecido a la Sección 19 del SNTE, por lo que se ve, o cuando menos por lo que se le critica, es su total desapego a la educación y su renuencia para encabezar reclamos sentidos del magisterio, como los de los profesores jubilados. No sería de confiar para un proyecto de tal envergadura.

El asunto lo asume la diputada Tania Valentina y considero que hizo bien, con el propósito de contar con una nueva ley educativa, porque la aún vigente está toda “parchada”, sostiene, además de estar “desactualizada respecto de las profundas reformas que se formularon a partir de la llegada de la Cuarta Transformación de México”.

Ahora sólo falta que su iniciativa sea pertinente. Espero que no le vayan a poner objeciones sin fundamento las autoridades educativas locales o los representantes sindicales, pues parece que no fueron tomados en cuenta o de plano les interesa muy poco el trabajo serio y fundamentado.

Tania Valentina aclara que su iniciativa la enviará “al mayor número de maestras y maestros, a las autoridades educativas y a los representantes de las Cámaras y organizaciones sociales, con el fin de que en los foros de educación que convoque el Congreso, puedan participar ampliamente con propuestas para enriquecerla (la iniciativa), ya que la actitud de las diputadas del PT siempre ha sido escuchar y atender a los morelenses”.

Sí me invitan, yo sí voy. Y si no me invitan, también.

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