Repaso - RELEVO SECCIONAL: ¿QUÉ HACEN LOS EX SECRETARIOS GENERALES?
En opinión de Carlos Gallardo Sánchez
Por la representación sindical que en su momento tuvieron, quienes se han desempeñado como secretarios generales de la Sección 19 del SNTE, son tomados en cuenta como actores que pueden influir en la toma de decisiones gremiales en lo general, y muy en particular, durante los procesos de renovación del Comité Directivo Seccional.
En la jornada de sucesión que viene, por primera vez no estarán, supongo, “atados” a la voluntad centralista del Comité Ejecutivo Nacional, mucho menos a la orden irrebatible que les daba la entonces lideresa Elba Esther Gordillo Morales o su antecesor Carlos Jonguitud Barrios.
Prácticamente, si se les requería cierto tipo de injerencia, debía girar en torno a la conformación de una planilla de unidad, pese que entre ellos hubiese preferencias distintas.
Ahora parece que eso no sucederá, si nos atenemos a los comentarios que entre corrillos de maestros ya se vierten sobre quiénes de los aspirantes que ya están apuntados y los apoyos que ya están recibiendo, en una especie de precampaña soterrada echada a andar desde hace tiempo.
¿Hay alguno de esos aspirantes que se estén rascando con sus propias uñas, como se dice popularmente? En lo personal me cuesta trabajo creerlo, pero por otro lado infiero que ese tipo de respaldo no está prohibido, siempre y cuando no haya mano negra de agentes externos a la organización sindical.
En algunos casos es ahí donde estarían manchando su participación. En este mismo espacio he dado cuenta de ciertas versiones recibidas por fuentes confiables, en el sentido, por ejemplo, de que en principio grupos de Morena, particularmente identificados con Rabindranath Salazar Solorio, habían prometido su apoyo a Alejando Trujilo, pero luego se dice que voltearon a ver a Paul Pliego. O que Felipe Castro Valdovinos estaba recibiendo el respaldo, incluso económico, del senador priísta Ángel García Yáñez. Desde luego, mientras no se les pueda comprobar, aunque lo estén recibiendo de esos y otros actores políticos, pienso que no tendrán impedimento para registrar su propia planilla, si bien el desgaste en el ánimo de los miles de presuntos votantes les puede orillar a perder simpatías, más allá de las de sus fieles seguidores. Claro que sólo con de ellos para nada tienen asegurado un nivel decoroso de competitividad. Necesitan de otros muchos más, de allí el activismo estratégico de personajes como los ex secretarios generales.
Se afirma, por ejemplo, que Basilides Nava Ariza y Luis Manuel Rodríguez mueven su experiencia y relaciones en apoyo a Felipe Domínguez o que Mario Luis Salgado Sagado tiene preferencias hacia Joel Sánchez Vélez. A Víctor Benítez se le asocia con Felipe Castro, lo mismo que a Ricardo Aldape, sólo porque su hija ha manifestado su bien pensada preferencia en los artículos de opinión que publica. De María Eugenia Ocampo Bedolla no tengo noticia alguna. Parece que anda alejada de ese tipo de activismo. Quién sabe. Tampoco sé la inclinación que pudiera tener Enrique Vargas Larios.
No sabría valorar cabalmente quiénes de ellos en realidad están constituidos en un soporte confiable para las aspiraciones de quien sea su gallo. Pienso que Basilides Nava. Luis Manuel Rodríguez y Mario Luis Salgado estarían en posibilidades de resultar útiles a uno u otro aspirante.
Pienso también que, en virtud de esos apoyos que ya se dan, tendrá el mismo derecho aquella maestra o aquel profesor que desde el actual comité seccional pudieran encabezar una planilla, la cual no debería entenderse como la “oficial”, sino como otra más que en igualdad de circunstancias participe en la jornada electoral que ya muchos esperan.
Así pues, apoyos, acuerdos, consensos, negociaciones entre grupos, seguramente están a la orden del día. Lo que nadie debe olvidar es que, finalmente, así como ese tipo de personajes están su derecho de sumarse a la promoción de su aspirante preferido, las maestras y maestros, así como el demás personal de apoyo y asistencia educativa, estarán en total libertad de orientar el sentido de su voto. Allí, en las urnas, determinarán qué tanto hacerle caso a los que se acercaron a ellos para convencerlos de un proyecto sindical y de quien lo encabece. Ya falta menos.
De refilón
¿Será cierto que Eliacin Salgado de la Paz, aprovechando su posición como director general del IEBEM, mueve las piezas y sus falderillos a favor de alguno de esos aspirantes? No creo que tenga la credibilidad suficiente, ni el poder para obligar a los maestros en ese sentido.
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