REPASO - Aguas, maestros, puede aparecerse Gayosso

En opinión de Carlos Gallardo

REPASO - Aguas, maestros, puede aparecerse Gayosso

Rodrigo Gayosso Cepeda, candidato que fue de la dupla PRD – PSD a la gubernatura de Morelos, cuestionó hace casi dos años, en un foro organizado para contrastar ideas entre quienes buscaban conducir los destinos de nuestra estoica entidad federativa, las medidas “populistas” como el aguinaldo de 90 días.

Gente enterada de las apariciones de políticos que no se resignan a vivir fuera del erario público, comenta que el hijastro de Graco Ramírez pudiera estar interesado en continuar con su carrera política en Morelos. Hay quienes han dicho que incluso ya volvió a valerse de algunos simpatizantes como Felipe Castro Valdovinos, quien fuera presidente estatal del Partido Nueva Alianza, pero posteriormente se puso a disposición del PRD para lo que gustaren y mandaren.

Sobre lo dicho por Gayosso respecto del aguinaldo, los primeros en sentirse aludidos e intimidados, por lo menos así se pudo apreciar en las redes virtuales, fueron precisamente los maestros, no obstante que ese beneficio alcanza a todos los empleados sindicalizados de los poderes públicos y de los ayuntamientos. Al inicio del régimen conducido por Graco Ramírez, se aprobó que esos 90 días los dejaran de gozar funcionarios públicos de primer nivel y de un poco más abajo. Fue, creo yo, una medida justa, pues era y es evidente que muchos de esos funcionarios saben ingeniárselas para ganar como si fueran de primer mundo y gozar aún de prebendas en lo oscurito o, de plano, con un cinismo bárbaro, a plena luz del día, a sabiendas de que la impunidad seguía protegiendo a los corruptos de marca.

Ante las reacciones en cadena que surgieron en su contra, Gayosso tuvo que difundir un video, no para desmentir lo que se le grabó durante el foro aludido, pero sí para avisarles a los docentes que sus derechos estaban garantizados y que no se dejasen engañar.  Engañar, ¿por quién? Eso ya no lo mencionó. Se limitó a justificar que todo eso era una argucia de quienes le temían envidia porque, según él, iba adelante de las preferencias ciudadanas.

¿Asunto aclarado? Poquísimos se lo creyeron., Lo primero que se interpretó es por qué dijo lo que dijo. Las causas, sus motivaciones, sus íntimos cálculos de lo que creyó podría servirle para proyectarse como carta confiable para todos los morelenses o para enviar a sus oponentes algún mensaje poco amable y no tan cifrado.

En aquel tiempo me pareció que en lo que el candidato perredista requería de mayor legitimación para darle validez moral a sus pronunciamientos fue, precisamente, en el origen de los recursos económicos de los que disponía, en su empleo transparente y en su compromiso demostrado para encauzarlos en beneficio del desarrollo social. Allí, a Rodrigo Gayosso Cepeda, no le apreciamos fortaleza alguna. En torno de él pululaban diversas consignas sobre su influyentismo y la discrecionalidad con la que se le permitió actuar desde su posición de dirigente estatal del diluido Partido de la Revolución Democrática (PRD), pero también, claro que sí, usufructuando con toda la libertad del mundo, su condición de hijo político de Graco Ramírez.

Entonces, ¿cuál fue la intención de su puya retirada hacia quienes reciben los tres meses de aguinaldo?  Cuando sostuvo, interpreto yo, que tras de ese logro prestacional había prebendas políticas.

En el magisterio los efectos a su favor fueron nimios. Prácticamente pasó inadvertido. Los docentes vinculados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que son miles, y con ellos sus también miles de familiares, se mantuvieron alejados de los principios (si es que existen aún) que le dieron vigor y profundidad social al Partido de la Revolución Democrática, cuestión que, para el entonces candidato de la continuidad seguramente representó un duro golpe. Probablemente irritado más de la cuenta, no pudo contenerse, o no quiso hacerlo, y entonces, sin medir las consecuencias, o valiéndole un sorbete lo que de ello se derivara, Rodrigo Gayosso se desbocó y habló de las prebendas políticas que observaba tras el aguinaldo de 90 días. El tema seguramente permanece latente a estas alturas Los docentes en Morelos tienen memoria y cualquier intento de Gayosso o de sus falderillos, por ganarse las simpatías de los trabajadores de la educación, terminará en un rotundo fracaso.

Sin embargo, uno no sabe; en política se da cada cosa, que lo improbable, por razón propia de las circunstancias imperantes y los sesgos de quienes son profesionales de la grilla barata y mercenaria, aparece a la vuelta de la esquina como un escenario tangible y probable, si bien turbio y vergonzoso. ¿A eso le apostaría Gayosso si intentase regresar?

profechon@hotmail.com